La pulverización de las jubilaciones docentes nacionales

Escribe Mariano Hermida

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Luego de que durante 6 meses los haberes de los jubilados docentes no se movieran -la última suba fue del 9,38%-, en septiembre percibirán un aumento del 40%. Esto abarca a 163.833 personas. En los últimos 12 meses -de marzo 2022 a febrero 2023-, habrán percibido un aumento de un total de 53,2%, contra una inflación anual que se proyecta el doble.

El régimen previsional docente prevé aumentos cada 6 meses, pero como la inflación se contabiliza por día y por minuto, el resultado es de una pérdida salarial descomunal. Sólo en julio la inflación fue del 7,2%.

Debido a la espiral inflacionaria, el año pasado el gobierno había decidido adelantar en diciembre una parte del aumento de marzo de 2022, pero este año no ocurrió eso. Durante el mes de agosto los jubilados docentes cobraron sus haberes con los mismos valores que vienen cobrando desde marzo.

Según Clarín (12/8), “con estos niveles de inflación y con el aumento del 40% a partir de septiembre, este año punta a punta, la caída real de esos haberes puede ser de más del 25%”. Esta pérdida hay que agregarla a las ya sufridas en los últimos 3 años. En 2018, dos aumentos de 22,3% frente a una inflación del 47,6%, retroceso salarial del 17,1%. En 2019, el aumento fue del 49,3% y la inflación del 53,8%. Un retroceso del 2,9%. En 2020, hubo una recuperación parcial, ya que el aumento fue del 40,8% contra una inflación del 36,1%. Una mejora del 3,4%. En 2021, con el adelanto de diciembre, el incremento fue del 50,6%, versus una inflación del 50,6%. Una caída de 0,3 puntos (ídem).

La burocracia de la CTERA, en el marco del paro nacional docente, realizó un acto ultra minoritario en el Ministerio de Trabajo y le reclamó al gobierno un aumento salarial de “emergencia”, aunque sin mencionar monto alguno. Su posición es que los aumentos para los jubilados docentes pasen de ser semestrales a trimestrales, que tampoco resolverán la pérdida salarial. En realidad, estamos ante una completa impostura. Porque los acuerdos paritarios que han firmado en todos los últimos años han perjudicado sistemáticamente a los jubilados, ya que contienen en su gran mayoría cifras “no remunerativas”, como el FONID. La ultima paritaria nacional docente firmada por la CTERA y el gobierno consagró salarios mínimos de $65.000. Los jubilados docentes acompañan en mayor medida la pérdida de poder adquisitivo de los docentes activos. Los sindicatos son cómplices de la destrucción salarial y de la destrucción de la jubilación docente.

Los aumentos diferenciados para docentes se deben a que la ley previsional establece para el sector que los trabajadores activos aportan dos puntos adicionales (el 13% del sueldo), que la mayoría de los trabajadores, y se jubilan con el 82% móvil correspondiente al cargo que tenían en actividad.

Es archiconocido que el FMI pretende barrer con todo “régimen especial” establecido, y convertir a la jubilación en una pensión mínima universal de indigencia, mandando al olvido definitivamente el 82% móvil.

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