Revisión paritaria en Comercio: mucho ruido y nada de aumento.

Escribe Carmen Álvarez

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Con la aceleración de la suba de precios de los últimos meses el malestar de los trabajadores se puede ver a simple vista. Ante una proyección de la inflación que se acerca al 100% el gobierno con las patronales y la burocracia sindical se vieron en la necesidad de salir nuevamente a hablar de revisión paritaria para poner paños fríos a una situación que se vuelve insostenible con el paso de los días.

Cavalieri - siempre obediente y servil a los intereses de los gobiernos sumado a la necesidad de usar la revisión para su campaña electoral - fue el primero en sentarse con las cámaras patronales a negociar. Que el representante del sindicato más grande de Argentina (1.200.000 afiliados) sea el primero en la ronda de negociaciones no es inocente; el gobierno espera que lo acordado para los trabajadores de comercio marque la pauta para el resto de los gremios.

Sin embargo, la ronda de negociaciones no es más que una pantomima; no hay un nuevo acuerdo, solo un adelantamiento de lo que ya se había pactado. En medio de un cuadro electoral del sindicato teñido de acusaciones, fraude y proscripción de listas, las cámaras empresarias le dan una mano a Cavalieri adelantando una cuota del acuerdo. El problema real del aumento del salario quedará para enero del próximo año, cuando se venza el acuerdo anual. La contraprestación de Cavalleri al gobierno, hacer pasar el 60% para el año que viene.

La Federación argentina de empleados de comercio y servicios (FAECyS) con las cámaras empresarias han resuelto el adelantamiento de la cuota de enero del 2023 para agosto de este año, con lo que el nuevo esquema de aumentos quedaría así: 20,5% agosto, 10% en septiembre y 11% en noviembre. Con respecto a que los aumentos pasen a ser remunerativos ni siquiera se pronunciaron. Eso quiere decir que el aguinaldo que cobremos en diciembre no considerará el 60% de aumento sino que se tomará como referencia el sueldo de marzo de este año, un regalo de navidad por adelantado de Cavalieri para las patronales.

Se propuso también una nueva revisión para enero del 2023, una fecha conveniente para las patronales y para la burocracia que confían que la temporada de vacaciones haga menos conflictiva una negociación que de antemano sabemos será en desmedro de las y los trabajadores a menos que nos preparemos para dar vuelta el escenario e imponer nuestros reclamos.

¿Dónde queda lo perdido?

En los últimos 7 años los trabajadores de comercio hemos perdido el 50% de nuestro poder adquisitivo; en el contexto actual, si los trabajadores no hacemos algo la pérdida será aún mayor. Tomamos como ejemplo un trabajador con jornada de 48 horas semanales: en el año 2015 ganaba aproximadamente $1096 dólares (a cambio oficial) hoy, ese mismo trabajador gana $556 dólares. Todo esto sin considerar que muchos de nosotros trabajamos a tiempo parcial y por lo tanto cobramos solo un proporcional de la jornada completa.

Para cualquier trabajador de comercio, acostumbrado a cuotas de aumento miserables que rondan el 6%, escuchar un aumento del 20% suena a mucho; pero si vemos los números en la realidad, el acuerdo es insuficiente si consideramos que recién en noviembre de este año el sueldo básico será de $139.000, cuando la canasta familiar al día de hoy es de $180.000.

Transformar el malestar en organización ¡Salgamos a luchar!

Nuestros compañeros que trabajan en supermercados son testigos de cómo las grandes cadenas remarcan precios diariamente y de cómo las personas que llegan a comprar tienen que renunciar a alimentos y artículos de primera necesidad. Ya no es cosa de elegir entre una marca y otra; hoy las familias trabajadoras tenemos que elegir entre un paquete de fideos o 1 litro de leche; la plata no alcanza para nada. Por otro lado, la burocracia sindical espera la autorización del gobierno y de las patronales para negociar lo que nos corresponde mientras saquean las obras sociales y nos arrebatan nuestro derecho a la salud. La lista “opositora” de Muerza, los Moyano y Alfredo Coto no han emitido palabra al respecto.

¡No permitamos estos atropellos! Convoquemos asambleas, coordinemos la lucha y discutamos un plan de acción: por la homologación inmediata para las otras ramas de comercio, call center y cerealeros, por un salario igual a la canasta familiar y por recuperar los sindicatos para las y los trabajadores.

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