El recorte en Educación

Escribe Mariano Hermida

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El gobierno nacional anunció en el Boletín Oficial una reducción de $ 128.000 millones de pesos en seis áreas diferentes. En Educación, el zarpazo alcanza $70.000 millones, que representa el 5% del presupuesto educativo nacional.

Casi $50.000 millones se le quitarán al programa “Conectar Igualdad”, que había sido creado con el objetivo de entregar netbooks a estudiantes y docentes de secundaria de las escuelas públicas. Unos $15.000 millones que iban a ser destinados a mejoras para los jardines de infantes, como parte del programa “Fortalecimiento Edilicio de Jardines de Infantes”. Otros $5.000 para al área de “Infraestructura y Equipamiento”, también serán retirados (La Nación, 23/8).

El recorte presupuestario se produce cuando se manifiesta un derrumbe educativo en todos los planos. Los docentes cobran salarios mínimos de pobreza y faltan cubrir miles de cargos; el hacinamiento se vive en las escuelas a falta de construcción de aulas y nuevos edificios; la falta de herramientas pedagógicas y materiales es acuciante. Se estima que durante la pandemia unos 600.000 estudiantes en todo el país fueron expulsados del sistema educativo, en muchos casos, por la desazón que produjo la falta de conexión y dispositivos para cursar a distancia. El mismo gobierno que recorta el presupuesto educativo, por otra parte, se encuentra en una cruzada para imponer una hora más de clases en la Escuela Primaria alegando que le importa la Educación, a expensas de los docentes.

El ajustazo educativo tiene por fin bajar el “déficit fiscal” del Estado. Sin embargo, el principal causante del “déficit” es causado por el pago de intereses y de bonos de una deuda que el pueblo argentino ya pagó varias veces, llevando a la quiebra al propio Estado.

La burocracia de CTERA, por su parte, salió a despegarse del recorte, pero para aclarar que no piensa hacer nada al respecto para no joder al gobierno que ella apoya. Actualmente los docentes de ocho provincias están en huelgas por aumento salarial, que la CTERA se encarga de aislar para no desenvolver ningún movimiento de lucha contra el gobierno.

La enorme adhesión al último paro nacional docente demostró que anida entre la docencia un espíritu de lucha, para no dejar pasar los embates del gobierno contra los trabajadores de la educación y la escuela pública.

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