Ramal: "El gobierno indexa la deuda y desindexa los salarios"

Escribe Álvaro Torriglia

Entrevista publicada en el diario rosarino La Capital, 28 de agosto 2022.

Tiempo de lectura: 5 minutos

“Los salarios no se indexan mes a mes, los títulos de deuda sí”. El economista Marcelo Ramal describió así el trato desigual que la política económica tiene con capitalistas y trabajadores. Y aseguró que el ministro Sergio Massa busca consolidar esa regresión distributiva en busca de una “falsa estabilización” a través de un plan que impondrá un “sacrifico brutal e inútil a los trabajadores”. Dirigente nacional de la corriente Política Obrera, Ramal disertó en el centro cultural La Toma y, en ese marco, se refirió a la situación nacional e internacional.

-¿Cómo ve la economía luego de la crisis cambiaria y los primeros pasos de Sergio Massa?

-La crisis argentina tiene dos ejes fundamentales. Uno es el empobrecimiento masivo de su población y el otro es la insolvencia del Estado y una cesación de pagos no declarada, base de la actual desvalorización de la moneda y la inflación. La política de Massa apunta a trasladar las consecuencias de esta cesación de pagos, una vez más, a las masas. Como se ve en el tarifazo, en la intención de suspender las paritarias y en la continuidad de una política inflacionaria y de beneficios extraordinarios para los especuladores de la deuda pública.

-¿En qué se expresa esta cesación de pagos no declarada?

-En un hecho objetivo. La deuda argentina se cotiza a la quinta parte de su valor nominal. Y la fabulosa emisión monetaria que lleva adelante el gobierno tiene como propósito rescatar esa deuda defaulteada. El BCRA emitió un billón de pesos recientemente con el propósito de comprar parte de estos títulos desvalorizados. En esta línea, el nuevo ministro estableció una suerte de reperfilamiento de la deuda en pesos, lo cual confirma la cesación de pagos. Los vencimientos que no iba a poder pagar en septiembre los trasladó al año que viene, a un costo inmenso para el Tesoro, porque se van a indexar o de acuerdo a la inflación o a la devaluación. La vara del gobierno es muy distinta según se trate de trabajadores o los capitalistas. A los trabajadores y jubilados intenta desindexarles sus ingresos, o congelarlos disimuladamente a través de bonos o sumas fijas, y a los especuladores les indexa sus beneficios. Desindexación popular, indexación para el gran capital.

-¿Ese es el sentido del llamado al acuerdo de precios y salarios?

-El acuerdo de precios y salarios es tramposo porque las decisiones en relación a precios y tarifas ya fueron tomadas. Esta segmentación tarifaria mete en el acuerdo de tarifas a 8 millones de hogares, sobre 13 millones. Obviamente, la clase trabajadora está inmersa en ese tarifazo. Al mismo tiempo están los aumentos de precios que serán reforzados indirectamente por el aumento de tarifas. Entonces, se quiere convocar a un acuerdo de precios y salarios, con los aumentos de precios y tarifas ya resueltos. Sería solamente un pretexto para suspender cualquier reajuste paritario. Esta inquietud ya se está viviendo a escala nacional y Santa Fe, que está con paros de docentes y estatales, lo refleja. Y es natural porque las mejores paritarias del sector privado establecieron aumentos anualizados del orden del 60% ó 65%. Y la inflación estimada para este año es de arriba del 90%. Para los estatales es peor todavía. Se va gestando una gran inquietud salarial y seguramente por esta vía se va a abrir una intervención de la clase trabajadora en esta crisis. Nuestra corriente, Política Obrera, promueve la realización de una gran asamblea de organizaciones obreras, de desocupados, que establezca un plan de acción.

-Massa anticipó que el dato de desempleo del segundo trimestre será 6,7%, aunque convive con salarios históricamente bajos.

-Sin dudas. El salario en los últimos cinco años cayó entre 20% y 25% en términos reales. Va a caer más como resultado del aumento de tarifas. El ahorro de subsidios representa u$s 4 mil millones. Sobre 8 millones de familias afectadas, esto significa una detracción de u$s 500 por familia, en un año. Para ingresos medios de u$s 10 mil al año, significa que el salario en dólares va a caer otros u$s 55 como resultado de los aumentos tarifarios. El salario es uno de los más bajos de la historia y la llamada recuperación del empleo es en base a empleo precario, sin derechos laborales.

-¿Un plan de estabilización congelaría esta situación?

-El plan de estabilización es la estabilización de los salarios bajos. Consolida en el tiempo este despojo. Es una falsa estabilización. Porque podrán congelar el salario pero siguen con la rueda de la renovación de la deuda pública, que es completamente explosiva. Porque se tiene que emitir dinero para pagar intereses, luego esos intereses engrosan la carga de la deuda pública y generan una nueva rueda de emisión. Se quiere someter a los trabajadores a un sacrificio que, además de ser brutal, es inútil desde el punto de vista del famoso equilibrio macroeconómico. Porque los factores de crisis no están en la cuestión salarial sino en la carga explosiva del endeudamiento, que ya supera el 100% del PBI. En lo inmediato, el elemento explosivo es con la deuda en pesos. En el caso de la deuda externa, los compromisos más gravoso vienen hacia 2024, 2025. Y esto se da en el escenario de una crisis mundial de alcance inédito, porque los antagonismos de carácter comercial y económico llegaron al plano abiertamente militar. Y vuelven a ponerse en discusión los límites insuperables del capitalismo para dar las respuestas más elementales de la población. Lo demostró la pandemia y ahora la guerra. En Política Obrera queremos darle una salida a esta crisis trabajando para que la clase obrera llegue a la conclusión de que debe luchar por un gobierno y una organización política propias.

-¿Con qué programa?

-El primer punto tiene que ver con lo político. Con luchar por una sociedad y una economía que pueda ser conscientemente dirigida por los que viven de su trabajo. A partir de asegurar un salario que cubra la canasta familiar, articular lo demás. Hoy la economía está articulada en un sentido inverso. Nuestros salarios no se indexan regularmente mes a mes. Los títulos de deuda sí.

-¿Cómo impacta el escenario internacional?

-La inflación mundial está ligada a la cuestión de la guerra y al colapso planteado en el abastecimiento de energía y alimentos. El otro gran factor tiene que ver con la pandemia, que fracturó muchas cadenas de suministro y desató una guerra comercial. Eso generó una inflación por motivos monetarios, porque tuvo lugar a nivel mundial un enorme rescate de las corporaciones capitalistas. Ese dinero luego fue introducido en operaciones especulativas, como los futuros de granos y energía, y fue un factor de inflación. Ahora se da el ciclo contrario. EEUU se sumó un proceso de succión de fondos para, al menos, evitar nuevas emisiones destinadas a rescatar el propio déficit fiscal norteamericano. Y esto se conecta con la crisis argentina. Massa dijo que iba a salir a tramitar créditos internacionales. El escenario mundial es contrario a esa aspiración. Porque el capital financiero se está retrayendo hacia el centro global de las finanzas. El cuadro de la Argentina debe ser considerado en esa relación mundial, que va a ser gestora de grandes intervenciones populares. Están en juego cuestiones de sobrevivencia. Cuando se dice que la inflación va a superar el 90% y los mejores salarios tendrán un aumento del 65%, estamos hablando de la posibilidad de una caída del 25% en poco tiempo. Y eso es intolerable para una población que ya está ajustada. Es el ajuste sobre el ajuste.

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