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El viernes pasado, los encargados de abrir el centro cultural “La Libre”, donde también funciona la Biblioteca Popular “Lola Mora”, se encontraron con las puertas del edificio soldadas. Asimismo, varios de los compañeros responsables del espacio cultural recibieron mensajes intimidatorios por parte del dueño del lugar, el cual les aclaraba que deberían coordinar con él -y con presencia policial- la devolución de las cosas que se encontraban dentro del inmueble.
“La Libre” está emplazada en Barrio Candioti, uno de los barrios más opulentos de la ciudad de Santa Fe, lugar donde se desarrollan grandes emprendimientos inmobiliarios y donde las grandes constructoras de la ciudad han “plantado” edificios en cada cuadra de la barriada. Por eso, no es descabellado pensar que detrás de este atropello a la cultura popular esté un gran negociado inmobiliario. Anteriormente, en el lugar, funcionaba la sede local del Sindicato de Trabajadores Vitivinícolas de Santa Fe, el cual ahora reclama el desalojo del edificio. Semanas antes del 31 de agosto, fecha que se planteaba como límite por el locatario, se informaba que se debería desalojar la institución. El pedido es brutalmente arbitrario, debido a que no se ha cumplido con ningún tiempo de anticipación estipulado por ley. Al pedido de dejar el edificio le siguieron amedrentamientos a quienes realizaban sus actividades en el lugar. Ante esa situación, desde la Asociación cultural se reclamó la intervención de la Defensoría del Pueblo, quien convocó a las partes a una audiencia de mediación, para el lunes 12 de septiembre. Si bien,el responsable del sindicato aceptó la mediación, prosiguió con la soldadura del ingreso al establecimiento, borrando con el codo lo que escribió con la mano. Cabe destacar que formalmente, es decir, en la justicia, no se ha radicado ningún pedido de desalojo, configurando el bloqueo de puertas como ilegítimo y terriblemente preocupante para todos los que habitan a diario el lugar. En asamblea abierta, el mismo viernes, posteriormente al bloqueo de las puertas, se resolvió llevar adelante actividades de lucha y visualización del conflicto con el fin de defender el centro popular.
Este ataque a la cultura independiente pone en riesgo no solo a los 13 talleres de diversas actividades culturales, sociales y deportivas que se desarrollan, sino también puestos de trabajo de talleristas y cooperativas. En una ciudad donde el acceso para la gran mayoría de los artistas a los grandes centros de la cultura santafesina se encuentra vedada, este ataque también representaría un golpe brutal a su trabajo.
Llamamos a toda la sociedad a rodear de solidaridad el centro cultural. ¡Abajo el cierre de “La Libre”! Defendamos la cultura que no se somete al mercado ni al régimen imperante y que asegura el acceso a la cultura del conjunto de los trabajadores de la ciudad.
