Entre Ríos: no al ajuste salarial de Bordet y las directivas sindicales

Escriben Pablo Vallejo y Brian Murphy

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A pesar de las declaraciones de buenas intenciones de uno y otro lado para que ‘los salarios le ganen a la inflación’, el gobierno de Bordet y las directivas de los sindicatos docentes, empezando por la de AGMER, han acordado una ‘revisión’ que consolida la pérdida sistemática que nuestros salarios vienen sufriendo frente a la inflación en 2022, a lo que hay que agregarle la que ya arrastramos de años anteriores.

La conducción de AGMER Paraná ha reivindicado el último acuerdo destacando que en lo que va del año acumulamos un 69,45% de aumento, contra una inflación que hasta agosto acumulaba un 56,5%, pero este balance constituye una estafa. Primero, no refiere el piso del cual partimos: el cargo inicial estaba en 50 mil pesos en febrero y hoy se ubica en los 70 mil, uno de los más bajos del país y lejano incluso al valor de la canasta de pobreza para un hogar de apenas dos integrantes. Segundo, oculta que los reajustes han sido en cuotas no acumulativas y siempre en relación al salario de febrero, mientras que la inflación se acumula mes a mes. Tercero, omite que los docentes cobramos nuestros salarios a mes vencido, mientras que el aumento de los precios es continuo.

Los acuerdos paritarios implicaron una pérdida salarial real en todos los meses de 2022, incluso en aquellos en que se liquidaron las ‘actualizaciones’. Al cobrar el próximo salario, esta política habrá consagrado la sustracción de un salario completo del bolsillo de los trabajadores de la educación.

Cuadro comparativo salarios vs. inflación

Los docentes necesitamos un plan de lucha en serio en defensa de nuestros salarios y contra el ajuste del gobierno, y no la política de desmoralización de la docencia que vienen llevando adelante las direcciones sindicales con reclamos difusos, apelaciones vacías, ‘reuniones’ con la patronal que no resuelven nada y medidas de lucha aisladas y vaciadas en su convocatoria por las mismas directivas. Este último acuerdo, por el plazo de apenas un mes, revela el intento de seguir dilatando las negociaciones para desactivar cualquier posibilidad de recomposición salarial real antes del inicio del receso de verano. Al mismo tiempo, nos enteramos por los medios que se está en tratativas con el gobierno para imponer un descuento ‘solidario’ a los docentes no afiliados, una práctica de las burocracias más repodridas que deja expuesto el grado de cooptación política de las actuales direcciones sindicales y la intención de destruir de manera definitiva nuestras organizaciones, reemplazándolas por aparatos cómplices del gobierno. Tenemos que revertir de manera urgente toda esta situación.

Aumento de emergencia del 100%.

Salario inicial por cargo igual al costo de la canasta familiar (hoy arriba de los 200 mil pesos).

Indexación automática por inflación.

No al vaciamiento de nuestra organización sindical: recuperemos nuestras asambleas de escuela y plenarios de delegados para la lucha; no al aporte solidario, sí a la afiliación voluntaria en defensa de nuestro sindicato.

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