Las luchas en el mundo por el derecho al aborto

Escribe Javiera Sarraz

Tiempo de lectura: 7 minutos

Más de 90 millones de mujeres en edad reproductiva alrededor de todo el mundo tienen prohibido abortar bajo cualquier circunstancia; otras 360 millones sólo pueden acceder de manera legal a la interrupción de su embarazo por el riesgo de muerte que corren (1). La cifra de la falta de acceso a este derecho es aún mayor si se contemplan los países donde existe la legalización del aborto pero no se garantiza de manera pública o son saboteados por las iglesias y sus colaboradores.

Es decir, que solo el 22% de la población mundial de mujeres puede acceder a la interrupción del embarazo en caso de que su vida corra riesgo, mientras que otro 23% sólo puede acceder a este derecho si acredita su condición de pobreza o por una gestación producto de una violación (2).

Por otra parte, en los países donde no existe una restricción respecto de la motivación de las mujeres que deseen abortar, la principal dificultad para acceder a la interrupción de su embarazo es la ´objeción de conciencia´ de los efectores ´institucionales´ o individuales.

La tasa de abortos no varía significativamente entre países que permiten legalmente su acceso y los que poseen legislaciones que los prohíben y penalizan. La variabilidad entre países que lo autorizan y lo prohíben es de 34 y 37 abortos sobre 1.000 respectivamente. A nivel mundial, se calcula que uno de cada cuatro embarazos es interrumpido a través de un aborto.

Las estadounidenses contra la anulación del fallo Roe v/s Wade

En EEUU la Corte Suprema anuló recientemente el famoso fallo Roe v/s Wade, que desde 1973 se había asentado como precedente jurídico para prohibir que los estados federales obstaculizaran el derecho al aborto antes de las 23 semanas de gestación.

En Texas, republicanos, conservadores y otro derechistas antiabortistas no sólo consiguieron que la Corte valide la prohibición del aborto reviviendo una ley de 1925 que penaliza la práctica sanitaria incluso frente a casos de violación, sino que han promovido que la población delate a mujeres que han abortado (y cualquier otra persona considerada cómplice) a cambio de una recompensa.

También en Arizona luego de la anulación del fallo Roe v/s Wade se prohibió todo tipo de aborto, incluyendo los producidos por violación. La prohibición la llevó adelante una jueza del condado, quien a su vez restituyó una legislación de 1864 que estipula que cualquier persona que ayude a abortar a una mujer puede recibir hasta cinco años de cárcel.

Por otra parte, la población de Kansas frenó la prohibición legal del aborto a través de un referendum. El referendum fue promovido por la iglesia y otros sectores antiaborto. Pero las mujeres estadounidenses de Kansas también pasaron a la ofensiva con movilizaciones y otras agitaciones políticas. Finalmente la ofensiva oscurantista fue frenada con el 59% de los votos.

Michigan, California, Montana, Kentucky y Vermont incorporarán en las boletas de sus próximas elecciones la opción de validar o rechazar la anulación del fallo Roe v/s Wade.

Las restricciones al derecho de aborto en Irlanda

Una de las conquistas más importantes del movimiento de mujeres en el occidente de Europa ha ocurrido en Irlanda, donde se aprobó una ley que permite el acceso al aborto de manera segura. Durante la década de los 80 y bajo la presión de la Iglesia católica, el gobierno intervino la Constitución para introducir la prohibición completa del aborto. Esta arremetida clerical dio un giro durante el 2018, luego de que las irlandesas consiguieran la aprobación de una nueva ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo bajo cualquier motivación hasta la semana 12; y también durante gestaciones más avanzadas en casos donde la vida de las mujeres corra peligro o el feto presente malformaciones graves.

Sin embargo el acceso al aborto en Irlanda aún sigue siendo restrictivo y se debe principalmente a dos razones. Primero, existe un permanente sabotaje por parte de la Iglesia católica; y segundo, sólo pueden practicar interrupciones médicos que se encuentren dados de alta en un registro público. No sólo los médicos demoran en darse de alta, sino que a menudo quienes sí lo hacen son hostigados por los antiabortistas. Las mujeres irlandesas aún tienen que viajar hasta Londres para acceder a un aborto seguro.

Polacas y húngaras, en guerra contra la Iglesia católica

Durante el 2021 Polonia derogó el acceso al aborto en caso de grave malformación del feto, que corresponden casi a la totalidad de los mil abortos que realizaba legal y anualmente el país. Ahora las mujeres polacas sólo pueden acceder de manera legal a un aborto en caso de violación y riesgo de muerte para la mujer gestante. Las polacas protagonizaron masivas movilizaciones contra esta derogación y aún se encuentran en lucha. Desde 1993 la constitucionalidad polaca establece que “todo ser humano tendrá derecho inherente a la vida desde el momento de la concepción” y en los últimos años la intervención de la Iglesia respecto de los derechos sexuales y reproductivos de las polacas se han endurecido fuertemente.

Luego del decreto del 2021, uno de los casos que han mantenido movilizadas a las polacas es el de la activista Justyna Wydrzyńska, quien arriesga tres años de cárcel por haber ayudado a mujeres polacas a conseguir misoprostol para poder abortar.

Otras mujeres en pie de lucha contra la Iglesia católica son las húngaras. Este año su primer ministro anunció que todas las mujeres húngaras que quieran acceder a la interrupción voluntaria del embarazo deben presentar un certificado médico que acredite que previamente fue sometida a escuchar los latidos del feto. Esto ha sido considerado por profesionales de la salud mental como acto de tortura psicológica.

El decreto generó una ola de protestas en las calles y redes sociales, y el pasado 28 de septiembre miles de húngaras y húngaros salieron a manifestarse en las calles de Budapest en repudio a la medida.

China: de la restricción al derecho de la maternidad a la restricción del aborto

China ha aplicado sistemáticamente políticas restrictivas contra la decisión de las mujeres respecto de su vida sexual y reproductiva para controlar la tasa de natalidad en el país. Una de las más conocidas fue la política de hijo único instaurada a finales de la década del 70. Sin embargo, frente a la disminución de la tasa de natalidad de los últimos años y una posible falta de mano de obra a futuro, China ha comenzado a prohibir la interrupción voluntaria de embarazos por necesidades no médicas.

Latinoamérica

En el caso de América Latina, El Salvador, Honduras y Nicaragua prohíben el aborto sin excepción. El movimiento de mujeres en México consiguió la despenalización del aborto en todo el país, pero la garantía de su acceso varía en cada estado federal.

En el caso de Chile, está autorizado por tres causales (inviabilidad del feto; riesgo de muerte de la madre; y violación). Recientemente el Partido Republicano chileno y amigos de Trump presentaron un proyecto de ley para prohibir el aborto en casos de violación. Actualmente el gobierno de Boric se encuentra negociando con la oposición un futuro proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que de ser pactado, probablemente autorice la objeción de conciencia.

En Argentina, luego de la sanción que legalizó el aborto en 2019 se han monitoreado una serie de dificultades para acceder a este derecho especialmente en las provincias del norte del país, como el Chaco o Formosa.

La lucha por el derecho al aborto se ha convertido en una reivindicación de primer orden no sólo por las miles de mujeres que mueren por la clandestinidad de esta práctica; sino que también porque su prohibición y falta de acceso golpea mayoritariamente a las mujeres de la clases trabajadoras y pueblo oprimidos -a diferencia de las mujeres burguesas o pequeñoburguesa que pueden acceder a un aborto que aunque sean clandestinos, son probablemente seguros.

Las movilizaciones por el derecho al aborto en los últimos años se han transformado en verdaderas rebeliones de mujeres contra los Estados, las Iglesias y los sectores más reaccionarios. Han suscitado además demostraciones de solidaridad internacional entre el movimiento de mujeres (en Latinoamérica lo hemos visto entre argentinas, colombianas, chilenas, mexicanas y ecuatorianas). Esta lucha política ha pretendido ser secuestrada por los gobiernos progresistas que pese a ser presionados por miles de mujeres, se han atribuido, como Alberto Fernández, su entero mérito.

El feminismo ha sido un colaborador de este secuestro toda vez que no han dudado en incorporarse a los ministerios de mujeres y organismos del Estado que, pese a la existencia de la legislación del aborto, obstaculizan permanentemente su acceso acosando a los trabajadores de salud y desabasteciendo de misoprostol las farmacias. La pelea para que las mujeres trabajadoras accedan a una interrupción voluntaria del embarazo de manera segura y gratuita debe ser permanente (porque su saboteo es permanente, ya lo saben las estadounidenses y las polacas).

La lucha por el derecho a decidir sobre la vida sexual y reproductiva de las mujeres es inherente no sólo a la lucha por el derecho al aborto, sino que también, a la lucha por el derecho a la maternidad; la educación sexual integral y laica; y el derecho a la anticoncepción universal de calidad.

Ninguna tregua al capitalismo, sus Estados y gobiernos. Implementación efectiva de la IVE.

Fuentes:

https://reproductiverights.org/maps/worlds-abortion-laws/?category[1348]=1348&category[1349]=1349&category[1350]=1350&category[1351]=1351&category[1352]=1352

https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/que-esta-pasando-con-el-derecho-al-aborto-en-el-mundo-1/

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