Obreros industriales, docentes, estudiantes, trabajadores de la Salud, defensores de los humedales –en lucha. Nota de tapa de Política Obrera N° 54 edición impresa.
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La fenomenal carestía “organizada” desde las entrañas del gobierno ha desarrollado una fuerte respuesta en el corazón de la clase obrera.
Los obreros del neumático le impusieron la firma de una paritaria a las patronales y el gobierno, que intentaban quebrar la organización sindical.
La Salud, en la ciudad de Buenos Aires –médicos, residentes, enfermeras- multiplica sus huelgas y reclamos. Lo mismo ocurre con los docentes de Santa Fe, que enfrentan ahora descuentos salariales masivos. Como ocurre en todos los virajes profundos, la juventud “avisa”: es lo que pasa con la toma de colegios en CABA, contra las pasantías precarizantes y el desquicio de viandas y edificios escolares.
El gran capital y sus voceros políticos reclaman una política de guerra contra la clase obrera y los explotados. Han impuesto la militarización de los conflictos con los mapuches, como ocurre hoy en Río Negro, por la ocupación de 40 hectáreas de terreno, en una Patagonia usurpada por grandes capitales y ricachones internacionales.
Pero la clase capitalista y sus agentes políticos se encuentra dividida y el gobierno partido en varios cuartos, como ocurre con el nuevo régimen de la carne. La crisis de ‘gobernabilidad’ es la expresión de una economía quebrada y un régimen financiero en default.
Llamamos a responder a sanciones por luchar y al corte de salarios por ejercer el derecho de huelga, por medio de una huelga general. Llamamos a reunir toda la capacidad de organización y lucha de la clase obrera para poner fin a un sistema de despojo contra el mundo del trabajo.