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Desde hace algunos años, el armado de los festejos por el 'Día de la Lealtad' peronista se han convertido en un factor de crisis política. Este año, el 17 de octubre amenaza con revelar crisis mayores. En estos momentos se están apresurando negociaciones para evitar la fractura y unificar las convocatorias para mostrar un “peronismo unido”.
Crisis en Trabajo
Las distintas fracciones de la burocracia sindical se han sumado a la contienda entre el camporismo y el albertismo por la cabeza del ministro de Trabajo, Claudio Moroni. Infobae asegura que “el presidente se apoya en los gremios afines para defender a su ministro de Trabajo de la renovada embestida, mientras La Cámpora y Pablo Moyano tejen una alianza circunstancial”. Moroni se mantuvo alineado hasta el final con la estrategia de 'desgaste' del sindicato del Neumático.
En la CGT “consideran al ministro de Trabajo un aliado, tanto frente a las empresas, como en la interna de la central sindical, contra Pablo Moyano” (Infobae). Petroleros y plásticos, alineados con los “gordos”, se apresuraron a cerrar sus paritarias en el 80% y 90%, respectivamente, en cuotas, lo que aumentará la desvalorización del salario, que ha sido del 25% en cinco años.
La CGT busca despegarse
Los “gordos” de la CGT preparan su acto en Obras Sanitarias, sin la presencia de referentes del gobierno y sin el moyanismo. Algunos medios señalan que van a lanzar su propio espacio político de cara a las elecciones del 2023, en la Lista del Frente de Todos
El gastronómico Luis Barrionuevo, intenta “despegar a la central sindical de la suerte que pueda correr la gestión de Alberto Fernández” (La Nación). Advirtió sobre la posibilidad de “un nuevo que se vayan todos” y agregó “¿de qué me sirve un aumento del 100% si no me parás los precios?”. Sobre la tentativa de armado político, afirmó que “acá empieza un nuevo trazado para el peronismo de todo el país...”.
El sector 'crítico'
La otra ala de la burocracia sindical -Moyano, la Corriente Federal, UOM, la CTA y algunos movimientos sociales- planean movilizar a Plaza de Mayo y leer un documento político. El eje de esta convocatoria sería la “unidad nacional por soberanía con justicia Social”. Para Hugo “Cachorro” Godoy, de la CTA Autónoma, “hubo un golpe del mercado y el gobierno se rindió, y aceptó las condición que le puso el FMI y los grandes grupos trasnacionales que manejan la estructura principal de negocios de Argentina, que son los formadores de precios, las exportaciones y el mercado de divisas”. Entre los convocantes estarán Yasky y Baradel, quienes corrieron a sacarse fotos con el embajador norteamericano, Marc Stanley.
Otro de los convocantes es Héctor Amichetti, líder del sindicato gráfico y de la Corriente Federal, quien aseguró que “con esta inflación todo lo que acordamos en paritarias es absorbido” y remarcó que “si la CGT no toma lo que hay que hacer va a salir por otro lado”.
Impasse
Los medios afirman que “si hubiera una doble marcha sería el peor escenario para Alberto Fernández”, por lo cual en los próximos días se encontrarán negociando para que todo confluya en una sola actividad unificada del peronismo. De todas maneras, la cuestión del 17 de Octubre ya ha expuesto la crisis profunda del gobierno y de la burocracia sindical, que no podrán tapar con un acto unificado (en caso de que lo logren).
