Artistas y escritores en cuarentena y sin un mango

Escriben Eugenia Cabral y Ariel Linares

Tiempo de lectura: 3 minutos

Los primeros afectados (en orden cronológico) por la pandemia mundial del Coronavirus son, sin dudas, los artistas y escritores. Una semana antes de que se decretara la “cuarentena preventiva y obligatoria” en Argentina todas las actividades artísticas se encontraban suspendidas. Pero ya antes de que se declarase la pandemia, las denominadas “actividades culturales” se encontraban en crisis, dado que diversas producciones estaban paradas y los teatros -tanto los independientes como los comerciales- padecían una merma importante de público, con las consecuentes postergaciones de estrenos y altos costos del mantenimiento de las salas. En cuanto a los escritores, hace largo tiempo que la “industria” se encuentra prácticamente sin producción editorial. Otro ejemplo de la maltrecha situación a la que se ven sometidos los artistas es que, en 2019, el Festival Arte BA pagaba, en promedio, entre $3.000 y $4.000 a los actores que participaran en las presentaciones.

Actualmente no es posible realizar castings o producciones publicitarias de ningún tipo, dada la propagación masiva mundial de la epidemia de Coronavirus. Todos los festivales y eventos que se iban a realizar durante 2020 se encuentran condicionados en su realización, entre estos, la Feria del Libro de Buenos Aires. Los músicos que se ganaban el mango los fines de semana tocando en bares y restaurantes, o simplemente en la calle, hoy no pueden hacerlo, trayéndoles esto el agravante de la falta de mínimos ingresos para el pago de alquileres y el consumo de alimentos.

El gobierno de Alberto Fernández, a través del Ministerio de Cultura, dirigido por Tristán Bauer, lanzó una serie de subsidios que se limitan a un estrecho número de producciones y actores, o subsidios para la Cámara Argentina del Libro (ente patronal), o adelantos en las liquidaciones de derechos de autor para los músicos.

En realidad, los montos de dichos anuncios ya estaban presupuestados y, en cuanto a la producción teatral, eran parte del “Plan Podestá”, cuyo propósito sería el de “reactivar” esa actividad artística. Estos anuncios son pura improvisación, ya que las salas teatrales independientes, por ejemplo, no se sabe todavía si están o no contempladas en las postergaciones del decreto de pagos de servicios por 180 días. Lo mismo ocurre con los alquileres, donde se otorgará un subsidio por única vez para pagarlos. Las salas independientes para ponerse en funcionamiento necesitarían, por lo menos, un mes más, después que termine la cuarentena para volver funcionar. La contratación para realizar “contenidos digitales” se limita a 500 actores, con un presupuesto de 7,5 millones de pesos, dando un promedio de $15.000 para cada actor.

¿Y los miles de pintores, músicos, bailarines, escritores, artesanos, de todo el territorio nacional? ¿Los técnicos que trabajan para realizar las producciones de cualquier índole? Ninguno está contemplado en estos “anuncios”. Lo mismo ocurre con los cientos de centros culturales donde se desarrollan talleres y muestras artísticas, con las ferias de artesanía y las de libros.

La gravedad de la situación material de los artistas se hace visible en que la Asociación Argentina de Actores lanzó un empadronamiento para entregar bolsones de alimentos la semana pasada, pero el 25 de marzo suspendió el empadronamiento dada la cantidad de afiliados y no afiliados que solicitaban esa ayuda. ¿Qué hizo la AAA? Mandó a anotarse en el subsidio de $10.000 que otorgará la ANSES y que, con suerte, se cobrará a partir del 15 de abril.

Los escritores y artistas también somos trabajadores. Vivimos de la explotación de nuestra propia fuerza de trabajo intelectual y corporal. Producimos, como todo trabajador, no lucramos con el sistema financiero ni con ninguna clase de rentas ociosas. La única diferencia es que producimos objetos para la mente, para la inteligencia y los sentimientos, antes que para la reproducción de la fuerza laboral.

¡Por un reclamo unificado al Estado de un salario mínimo, vital y móvil que cubra la canasta familiar!

¡Que el otorgamiento de ese derecho incluya a los integrantes de todas las disciplinas artísticas y literarias, al personal técnico y de infraestructura, y a todos los artesanos!

¡Canasta de alimentos y elementos de limpieza para todo aquel artista, artesano o escritor que lo solicite proporcionado por el Estado!

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