El Encuentro de mujeres en San Luis

Escribe Eva Gutiérrez

Género y ‘plurinacionalidad’ versus plan de lucha contra el gobierno del FMI

Tiempo de lectura: 5 minutos

Después de dos años de pandemia, el Encuentro Nacional de Mujeres -ahora "plurinacional y de diversidades"-, en medio de convocatorias divididas, reunió entre 60 y 80.000 mujeres en la ciudad de San Luis durante el fin de semana extralargo. Su desarrollo puso de manifiesto una convocatoria “encuadrada” por organizaciones ligadas al gobierno y al Estado, declarada de “interés público”. La financiación de la concurrencia corrió a cargo del Ministerio de Mujeres. Privilegió a las organizaciones con “papeles y personería”, o sea a las entidades oficiales o paragubernamentales.

Al frente de las organizadoras locales estaba Ayelen Mazzina, la ministra de “género” de Rodriguez Saa, que enseguida asumió el cargo a nivel nacional, como consecuencia de otra crisis de gabinete. La función que dejaba Gomez Alcorta, debido a la represión de Aníbal Fernández a pobladores mapuches, la recogió la ´plurinacional´ Mazzina sin la menor reserva por esa represión. Otras dos flamantes ministras también ´visitaron´ San Luis: la menemista Kelly Olmos, otrora de la derechista Guardia de Hierro, ahora en la cartera de Trabajo, y Victoria Tolosa Paz, a cargo de gerenciar el ajuste en los gastos sociales en 2023. En suma: miles de mujeres fueron a San Luis a un encuentro financiado, dirigido y organizado por las agentes del Estado.

En contraste con lo ocurrido en los últimos años, con eje en la lucha por el aborto legal, la batalla de la salud bajo la pandemia y las movilizaciones educativas, el temario del encuentro de Estado encaró una temática centrada en las diversidades. No para adoptar un plan de lucha por las reivindicaciones de una población discriminada, sino para discutir ideologías de género y de autopercepción de las disidencias. La lucha por la emancipación de la mujer trabajadora, en referencia a la discriminación laboral y social, y a la opresión y la violencia doméstica, quedó relegada a los márgenes o a la nada. La lucha contra las redes de trata, la cara más brutal de la opresión de la mujer, no tuvo el lugar central que le corresponde, a pesar de que operan con la complicidad de la policía y del poder político. Desapareció el histórico taller de “mujer y organización sindical”. En su enorme mayoría, el centenar de talleres programados ignoraron la realidad de la mujer trabajadora. El objetivo del Encuentro fue sacar la cuestión de la mujer de la lucha de clases.

Disidencias y plurinacionalidad

La cuestión de las disidencias sexuales, que el Encuentro colocó en el primer plano, fue abordada a espaldas de las condiciones sociales y políticas que afectan incluso a tales disidencias. En cambio, la proliferación de talleres aludiendo a las más diversas identidades de género y subgénero puso de manifiesto nicho estatal al servicio de la cooptación y el arribismo. La intención de dividir a la clase obrera, en primer lugar, sacando la lucha de la mujer de la lucha de clases, y en segundo lugar, alentando la disolución de la cuestión de la mujer en un espectro de disidencias, ha sido manifiesta. El mismo derecho a la igualdad de las disidencias en la vida social fue sustituido por enfoques identitarios y de ´autopercepción´, en lugar de sumarlas al combate colectivo por la democracia y la abolición de la explotación capitalista.

El Encuentro “plurinacional” rechazó condenar al gobierno por la represión que había sido perpetrada días atrás contra las mujeres mapuches, en estado de lactancia o embarazadas. Se sustituyó este repudio por la elección de Bariloche como próxima sede del Encuentro. Esto sin dejar de invocar la “plurinacionalidad” y rebautizar a la provincia de San Luiss, con el beneplácito de los Rodriguez Saa. La sociedad precolonial, sin embargo, no puede ser resucitada, ni es progresista la división de las masas de Argentina en una multiplicidad de autonomías pseudonacionales y culturales. Las rebeliones contra los conquistadores hoy sólo pueden hacerse realidad mediante la lucha del proletariado contra el imperialismo y el capitalismo, por la Unidad Socialista de América (Latina o India). La más importante reivindicación de los pueblos de la Auracania, la Patagonia o las comunidades wichis en el norte -es la cuestión de la tierra - usurpada por los Lewis, la minería, el capital sojero o los monopolios azucareros. El gobierno que levanta la bandera ´plurinacional' está discutiendo, en cambio, el ´dólar-minero´ y las concesiones impositivas para los pulpos que explotan el litio. El Encuentro financiado por el kirchnerismo, con compañías ´plurinacionales´ de izquierda, aunque masivo y multitudinario, pero encuadrado, evitó desenmascarar esta impostura…

“Las banderas socialistas”

El FIT U y sus partidos hicieron campaña por esta convocatoria sin la menor delimitación de los que armaron el Encuentro, ni de Rodríguez Saa y su ministra “disidente”. Sepultaron la agenda de la lucha contra el ajuste y la crisis social en el féretro de las identidades. Una vez en San Luis, los partidos del FIT U actuaron por separado, en función de su interna. En vez de concurrir a los talleres a librar una lucha política contra los agentes del gobierno, se dedicaron a una actividad autoproclamatoria de sus candidatas. Lejos de contribuir al desarrollo de una acción autónoma de las mujeres y la clase obrera, insistieron con reclamar un paro y un plan de lucha, para la tribuna, a los burócratas de la CGT que apuntalan el acuerdo con el FMI. Es la línea elegida para hacer oposición a una campaña por la huelga general y las autoconvocatorias.

El FITU en su conjunto promueve un “movimiento popular” con el programa identitario del Encuentro y con las direcciones que lo organizaron.

Nuestra intervención

El Plenario de Trabajadoras ()Tendencia y el Polo Obrero ()Tendencia llegó a San Luis con una delegación de 250 compañeras, provenientes de Tucumán, provincia de Buenos Aires; Santiago del Estero; Catamarca; Salta; Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, San Juan y Río Negro. Un inconveniente con un micro nos privó de otro núcleo importante de compañeras de CABA y Buenos Aires.

Nuestras compañeras -que se movilizaron para financiar su viaje- dieron una batalla en los talleres por colocar la agenda de la mujer trabajadora. Así lo hicimos en relación a la lucha de los comedores y merenderos piqueteros, las trabajadoras docentes y de la salud, Reclamamos pronunciamientos y movilización por las compañeras detenidas en el Sur, y la condena al gobierno. Impulsamos y participamos de la asamblea organizada por la comisión de familiares contra la impunidad, el día domingo, con casos emblemáticos de Buenos Aires, de Tucumán, Salta y Santiago del Estero. La asamblea puso de manifiesto el rol de la policía, la Justicia y el poder político en favor de la impunidad y el encubrimiento a proxenetas y tratantes. Una de las conclusiones de esta asamblea fue la necesidad de conformar un agrupamiento nacional de familiares que luchan contra la impunidad.

A pesar de todos los obstáculos, con una Comisión “Organizadora” que nos otorgó albergues en pésimas condiciones y a kilómetros de los talleres, nuestra delegación repartió 10.000 declaraciones. Difundimos estas posiciones ante miles de mujeres de todo el país, con una conclusión clara: desarrollar una organización socialista de la mujer trabajadora.

Con esa perspectiva, vamos a trabajar para impulsar, el próximo 25 de noviembre -día contra la violencia a la mujer- una gran movilización contra la agresión que perpetra el gobierno fondomonetarista a la mujer trabajadora y a toda la clase obrera. Llamamos a que esta movilización sea también contra la guerra imperialista y por la unidad internacional de los trabajadores.

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