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El martes 1 de noviembre, a las 8:10 de la mañana, mientras los estudiantes y personal docente realizaban el saludo a la bandera, se produjo la explosión de una cocina en la Escuela Primaria 74 de barrio Yaraví, Moreno. Se tuvo que evacuar a los estudiantes, docentes y personal de la escuela, y se cerró de inmediato la llave de gas y el suministro eléctrico. De milagro no hubo que lamentar heridos. La comunidad educativa quedó conmocionada.
La prueba de hermeticidad en el sistema de gas, realizada luego del hecho, reveló la existencia de pérdida del suministro. Cabe destacar que la escuela no tiene servicio de gas natural y, por tanto, la provisión se realiza a través de los zepelines conocidos como "chanchas".
Esta nueva explosión se da en el mismo distrito donde se produjo el crimen de Sandra y Rubén, que murieron en la explosión en la EP 49, colocando nuevamente de manifiesto el estado ruinoso de las escuelas del distrito, problema que vienen denunciando desde hace años docentes, padres y estudiantes. El cumplimiento de los "12 puntos de habitabilidad", a los que el Estado provincial se había comprometido a cumplir para garantizar "Escuelas seguras", es solo papel mojado. Las condiciones de cursada y el estado general de la infraestructura escolar es absolutamente calamitoso en toda la Provincia de Buenos Aires. Viene de aprobarse en el último presupuesto 2023 un recorte a las partidas para Educación del 15,5 %. No está en los planes del gobierno y del conjunto de los partidos tradicionales poner un peso para atender estas urgencias.
Frente a este grave suceso, la burocracia sindical de Suteba celeste se ha callado la boca. El miércoles 3, las clases se dictarán con "normalidad" en la escuela, con el suministro de gas cerrado a la espera de los arreglos, y en todo el distrito. Ni se les cruzó por la cabeza convocar a la huelga -incluso provincial- y a movilizar a la docencia para exigir el arreglo inmediato de las escuelas.
Lo de Moreno es solo el botón de muestra de un cuadro provincial del derrumbe educativo, que docentes y estudiantes padecen a diario. Es necesario organizar asambleas autoconvocadas, plenarios de delegados con mandato, para debatir la continuidad de la huelga que recogió una adhesión muy importante la semana pasada, para conquistar todas las refacciones necesarias y la amplia agenda de reclamos que tienen los trabajadores de la educación.
