Escribe Lisandro Martínez
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Qatar posee reservas petrolíferas, es líder mundial en gas natural licuado, tiene14% de las reservas y es 3er. exportador detrás de Rusia e Irán, por eso la comunidad internacional no revisa las condiciones de altísimo riesgo en que se juega el mundial de fútbol.
A 30 días de la Copa, en París, Marsella, Burdeos, Estrasburgo, Lille, Bordeaux, Nancy y Reims, boicotearán el evento y no habilitarán pantallas en lugares públicos.
Marsella tildó el torneo de "catástrofe humana y medioambiental y fuera de los valores deportivos” (EFE). En Francia, el boicot se inició en octubre cuando la alcalde de Lille, Martine Aubry, declaró que el Mundial es un "despropósito en términos de DDHH, medio ambiente y deporte" (www.cronista.com, 07/10).
Joakob Jensen (federación danesa), señaló que su selección no tendrá logos patrocinantes en sus camisetas que serán negras en señal de luto y con slogan pro DDHH.
Qatar afirmó que en el Mundial no habrá emisiones de carbono porque el aire acondicionado alimentará con energía solar a 8 Estadios y el subte. Eso lo desmintió Gilles Dufrasne, investigador de Carbon Market Watch quien dijo que las afirmaciones de neutralidad de carbono eran “engañosas y deshonestas sobre el verdadero impacto climático que tendrá el evento” (www.noticiasdelmundo, 19/10).
Siete mil futboleras argentinas preparan su ida a Qatar, con todo lo que ese viaje presupone por las desventajas que el género femenino tiene garantizadas en ese lugar por ley. La sede del mundial se estableció mediante sobornos de un país que no garantiza los derechos básicos ni a mujeres ni a trabajadores, es decir indiferencia para la mayoría de los 2.800.000 habitantes de Qatar.
La conducta misógina y la falta de derechos laborales no le importaron a la FIFA ni a los gobiernos “demócratas” del planeta, quienes dejaron hacer a los inescrupulosos a la hora de organizar el evento futbolístico más importante.
El negocio capitalista del fútbol corre el riesgo cierto que, en lugar de brindar un ambiente de relax, las normas coercitivas de una sociedad referenciada en el Islam y el Corán dinamiten “la fiesta” y hagan la vida imposible, imponiendo momentos amargos a quienes tengan la idea de visitar un país regido por una dictadura teocrática con la prohibición de la homosexualidad, el encarcelamiento de marginales y el combate a los robos cortando las manos a quienes toman lo ajeno. Esta sociedad barbarizada deviene del medioevo y abreva en el fachismo teísta, donde los sacerdotes normatizan el embrutecimiento y estrujan la vida social para que los emires se enriquezcan más, más y más, impidiendo al pueblo -en nombre de dios- gozar de la única vida que conocemos.
El gobierno argentino recomendó a través del INADI un manual de cómo fingir en Qatar. Allí recomienda cuidar el vocabulario mediante obviedades que avergüenzan, la pretensión es convivir con las ideas retrógradas de los dueños de casa.
INADI aconseja “no avalar ni promover situaciones de violencia”. Estas previsiones, los cráneos argentinos las promueven en el contexto de un país sometido a una dictadura feroz avalada por la ley de “la Sharia”. El consejo para cualquier pensante debería reforzar la idea de no ir a semejante aventura donde los preceptos religiosos influyen en todos los aspectos de la vida pública y privada. Pero investigando a los funcionarios qataríes que dicen respetar “la Sharia”, éstos violaron “las leyes de dios” pagando sobornos por u$s 5 millones para manejar el negocio del mundial de fútbol. La asociación anticorrupción “Anticor” investigó las condiciones que habilitaron a Qatar como sede y el papel de Michel Platini y el presidente Nicolás Sarkozy. Qatar negó las acusaciones, pero la investigación por corrupción a las autoridades francesas sigue y en 2020 EEUU acusó a 3 funcionarios de FIFA de recibir pagos.
Los castigos -en su mayoría corporales- establecidos por “la Sharia” se aplican al pueblo y no a los gobernantes. Son latigazos, amputaciones o lapidaciones, para combatir el adulterio, el falso testimonio o la apostasía, que es la lógica rebelión de los humanos pensantes contra toda creencia de la existencia de un ser divino y superior diseminada por los inventores del infierno. Todos estos tormentos medievales están presentes en Qatar siglo XXI. La Sharia impone rezar 5 veces al día, desaconseja divorciarse y prohíbe robar, mentir o beber alcohol. Pero para que fluyan los dólares en este mundial los millonarios qataríes dan permiso para que se pueda beber alcohol en los estadios. Por lo que la violación a las leyes “santas” se propicia para que ingresen los dólares al reinado. Como siempre, es de la boca y la acción de los poderosos que se destapa que la religión es una maniobra de sometimiento a los pueblos.
El mundial dicen traerá 75.000 puestos de trabajo, según lo informado por el responsable del Comité Supremo de Entrega y Legado (CS), Hassan Al Thawadi. Hace un lustro Amnistía Internacional denunció a la monarquía qatarí por utilizar mano de obra de obreros hacinados que pagaban para ser contratados, no cobraban a término y les confiscaban sus pasaportes. Human Rights Watch señaló en 2021 que los obreros eran sometidos a "deducciones salariales ilegales y punitivas", así como a "meses de salarios impagos tras jornadas de trabajo agotadoras".
En el frenesí de la construcción de 8 estadios -a usar sólo por 30 días- murieron más de 6.500 obreros, la mayoría de: India, Nepal, Bangladesh, Paquistán, Sri Lanka; “los obreros recibieron un trato casi inhumano” (Clarín 23/02/2021); trabajaron en Qatar entre 2010 y 2020, 1.800.000 inmigrantes y los salarios que pagaban estaban por debajo del costo de vida (www.theguardian.co.23/02/2021). La nómina de muertos en las obras indica que de India fallecieron 2711, de Nepal 1641, Bangladesh 1018, Paquistán 824, Sri Lanka 557. No hubo registro de Kenia y Filipinas a cuyos gobiernos no les importó el destino de sus obreros.
El futbol para Panzeri era “la dinámica de lo impensado”, pero en Qatar nada se improvisará, el VAR y los árbitros seguirán el guión del filósofo Chiqui Tapia pagando y cobrando favores. Mientras, futbolistas desindicalizados jugarán con 30° ofrendando sus máximos esfuerzos para concretar los negocios del capital.