Danone: la bronca crece desde abajo

Escribe Bárbara Carrillo

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Para los trabajadores de la planta Danone Longchamps, el lema #QuedateEnCasa son solo palabras. Como muchos otros sectores, los trabajadores de Danone fueron exceptuados de realizar la cuarentena obligatoria por estar encuadrados en una actividad esencial, como es la producción de alimentos. En este caso, productos lácteos. En un primer momento, apenas realizado el anuncio de Alberto Fernández, la comisión interna de la fábrica emitió un comunicado en el que expresa "un gran orgullo de la tarea que tenemos por delante". Esto es, mantener la producción a toda costa. A la CI ligada a Oliva (sector moyanista) no se le ocurrió en ningún momento discutir con los trabajadores las condiciones de higiene y de seguridad en las que iban a llevar adelante "la tarea de abastecer al país": en el primer feriado de cuarentena, la planta quedó sin personal de limpieza.

La pandemia del coronavirus (Covid-19) desató toda una serie de discusiones y debates en Danone Longchamps. Los trabajadores no disponen de lentes de seguridad, guantes ni máscaras. Denuncian, además, que a los compañeros que integran el grupo de riesgo, los obligan a trabajar con la única precaución de que se tomen la fiebre cada tres horas, a pesar de que los síntomas como la fiebre pueden manifestarse luego de transcurridos diez días. También denuncian la imposición de realizar horas extras, aunque los obreros hayan realizado pedidos de licencias por hijo.

En un segundo comunicado, la Comisión Interna abandonó la euforia canchera del principio para denunciar a la empresa a través de otro comunicado titulado "repudio total". En el mismo, a pesar de levantar todas las denuncias mencionadas, y de responsabilizar a la gerencia de Recursos Humanos, no convoca a la deliberación. Hasta el momento, no hubo asambleas por sector ni plan de lucha alguno.

Finalmente, en estos últimos días, la patronal se vio obligada a reducir el personal al 50%, manteniendo el salario, mediante un sistema de rotación de trabajadores por semana. A su vez, redujo la producción. Esto fue, por un lado, por la presión de los trabajadores en una fábrica que aglomera a mil obreros. Pero también por la caída de las ventas de los productos que se elaboran en Danone Longchamps (postres, quesos y yogures).

Otra arista de esta situación es que la patronal ha privilegiado la distribución de sus productos hacia las grandes cadenas de supermercados, en desmedro de los autoservicios y almacenes de barrio, a pesar de las recomendaciones del gobierno de hacer las compras en los lugares más cercanos al hogar para evitar aglomeraciones en transportes y comercios.

La deliberación de los trabajadores es fundamental. Ninguna medida puede ser tomada de manera arbitraria por la patronal ni mucho menos por una burocracia sindical que hace rato dejó de ser una representación real de los trabajadores. Por asambleas por sector donde se discuta la producción esencial, y distribución de los productos en beneficio de la población trabajadora.

Que se garantice el salario de todos los trabajadores.

Por medidas de seguridad e higiene frente a la pandemia.

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