Incendios en Salta: una política ´controlada´ en favor del capital

Escribe Violeta Gil

Tiempo de lectura: 4 minutos

Se cumplieron 3 meses desde el inicio de los incendios forestales en los departamentos del norte de Salta. Orán y San Martín están bajo fuego en un cuadro delicado: más de 50 mil hectáreas de bosque y selva de yungas con su flora y fauna nativos han sido destruidos por el avance de los incendios. Los actuales incendios consumieron más hectáreas que la suma de los que se produjeron en los últimos 11 años; un verdadero desastre ecológico.

En una región donde el impacto del cambio climático y el calentamiento global, como resultado de la explotación y contaminación capitalista, ya hace estragos, con temperaturas habituales de 40 y 45 grados en verano, sufrirá en lo inmediato un alza de temperatura de hasta 10 grados por la ausencia de pulmones verdes (Aries FM, 4/11).

El aire atestado de humo afecta las vías respiratorias y los ojos de toda la población, las enfermedades infecciosas incrementaron, entre ellas nuevos casos de hantavirus. En los últimos 10 días murieron 3 personas en Orán, como consecuencia de las infecciones que produce el excremento de los ratones de campo que viven entre los cañaverales, y que, frente a los incendios, se refugian en las zonas urbanas.

Desidia estatal

En el lugar hace más de 120 días trabajan bomberos voluntarios, sin equipamientos, ni herramientas, junto con efectivos de defensa civil. A ellos se le suman cientos de trabajadores del lugar que ven amenazadas sus viviendas rurales y sus fuentes de trabajo. El gobernador Sáenz recién en el día de ayer se hizo presente en el lugar para “escuchar” las demandas que hace meses vienen exigiendo para poder cumplir con su vital tarea. Lo mismo sucede con Nación, que recién en la última semana ha enviado brigadistas, pero sin recursos básicos para poder alimentarse adecuadamente.

El avión y el helicóptero hidrantes de la provincia no dan abasto. Las avionetas con las que los terratenientes fumigan habitualmente a los vecinos que son rodeados por el crecimiento de la frontera agrícola, no fueron puestas al servicio de apagar los incendios.

Incendios intencionales

Un sacerdote de la localidad de Virgen de la Peña, ubicada al norte de la ciudad de Tartagal, en la localidad de Yariguarenda, departamento de San Martín, denunció penalmente al propietario de una finca que practica la "quema controlada", un mecanismo habitual entre los terratenientes para limpiar al costo mínimo porciones extensas de territorio que son el principal motivo de la propagación y continuidad de los incendios en todo el norte provincial, según lo reconocen las autoridades de Defensa Civil. La Seaboard Co. está en la mira de todo el pueblo de Orán porque es el mecanismo histórico para limpiar los campos al finalizar la zafra y preparar la tierra para la nueva temporada. El incendio que asoló el sur de la ciudad de Orán se habría producido por el descontrol de un incendio “controlado” en las tierras de la Seaboard.

Sin embargo, el propio aparato de estado se encarga de encubrir las responsabilidades de la patronal extranjera y apunta contra peones rurales. El massista, Gustavo Sáenz, dijo que la justicia tenía que actuar de oficio para no impulsar él investigación alguna y hasta coqueteó con la creación de una Fiscalía Penal Ambiental.

Alejandro Aldazabal, el secretario de ambiente de la provincia dijo que "los incendios son provocados por el hombre, claramente. Las quemas controladas deben gestionar una autorización en Defensa Civil" (Aries FM, 10/11). Por otro lado, el coordinador de Defensa Civil de Orán, Daniel Guzmán, dijo que "de acuerdo con lo que se supo, estaban haciendo una quema controlada en cañaverales de la Seaboard Corporation. Esta quema se realiza siempre. Nosotros pedimos a la Seaboard que nos hagan saber" (Aries, 9/11). La compañía emitió un comunicado en el que niegan responsabilidad.

Es claro que ni el gobierno provincial ni el nacional tienen un plan de manejo de incendios acorde al cuadro de sequía, ni piensan poner freno a la quema intencional de campos por parte de finqueros y empresas. La vía judicial que propone Sáenz, no sólo busca deslindar responsabilidades sino también garantizar la dilación de las investigaciones y la impunidad para los capitalistas y terratenientes responsables.

Por el contrario fue la movilización popular con decenas de vecinos y trabajadores en conjunto con el accionar heroico de los bomberos voluntarios, en gran medida trabajadores precarizados de cada una de las localidades, los que evitaron que el fuego alcanzara las barriadas, con baldes de agua y desmalezados. Ante la desidia del estado, la defensa del medio ambiente, pero sobre todo, la preservación de la vida misma, depende de las familias obreras.

El miércoles por la noche, el incendio en Finca La Trinidad, a 4km del pueblo de Colonia Santa Rosa, destruyó una vivienda. Una mujer y sus hijos fueron evacuados gracias a la acción decidida de bomberos y una docente de la zona; los niños con claros síntomas de intoxicación tuvieron que ser hospitalizados.

Una verdadera defensa del medio ambiente exige la más completa independencia del Estado en su accionar. Con un programa propio que parta de fijar un plan de uso de las cuencas hídricas bajo control de obreros rurales y pequeños campesinos, en contraposición al uso que les dan los finqueros y la Seaboard. Una investigación de las responsabilidades políticas y sociales de los capitalistas vinculados y el financiamiento a su cargo de un plan integral de restauración ambiental bajo control de los trabajadores afectados, profesionales y organizaciones ambientales.

Está independencia se construye en las asambleas, en los piquetes y en la acción directa, como método de lucha de la clase obrera en la necesidad de abrirse un curso humano que supere la descomposición de este régimen social.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera