Escribe Joaquín Antúnez
La guerra imperialista y la clase obrera.
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La escalada inflacionaria en el Reino Unido ha desatado hace meses una ola de huelgas que se ha tendido a profundizar tanto en su adhesión como en extensión por las diversas ramas de la industria, el transporte y la salud. Hace solo semanas las enfermeras votaron masivamente convocar su primera huelga nacional en 106 años marcando un fuerte precedente entre los trabajadores de la isla en general.
El presidente del Partido Conservador, Nadhim Zahawi, -informa Ámbito, 4/12- anunció en una entrevista con el medio Sky News que su gobierno está estudiando utilizar personal militar, funcionarios y voluntarios, para trabajar en sectores estratégicos para suplir las tareas de los huelguistas en salud y transporte, principalmente. Entre las tareas que cumplirían estos 2.000 efectivos se encuentran “conducir ambulancias”, trabajar en las partes de gestión y oficinas tanto en el sector de fronteras como sanitario. El objetivo central es, en palabras del propio Zahawi: “tenemos que ser capaces de llegar a un nivel seguro de tratamiento y apoyo a los pacientes; vamos a intentar minimizar el impacto de las huelgas”. Europa Press, por su parte, asegura que el gobierno no descarta una intervención militar para frenar las huelgas.
Uno de los argumentos centrales de Zahawi es que las huelgas son funcionales a Putin y atentarían contra la unidad de Occidente para hacerle frente en Ucrania. Esta argumentación resulta esclarecedora, puesto que liga directamente a las huelgas obreras con un sabotaje al desarrollo bélico de la OTAN contra Rusia y contra China. Lo que aún no se ha vuelto una acción abiertamente consciente de los trabajadores contra la guerra imperialista, las propias metrópolis imperialistas lo señalan públicamente.
La burocracia sindical británica no ha tardado en deslindarse de cualquier acción contraria a la guerra. La secretaria general del sindicato de enfermeras Royal College of Nurses (RCN), Pat Cullen, dijo que era un "nuevo nivel" para el gobierno "utilizar la guerra de Rusia en Ucrania como justificación para un recorte salarial en términos reales para las enfermeras en el Reino Unido". Por su parte, la responsable de Sanidad de Unison (uno de los mayores sindicatos británicos de la administración pública), Sara Gorton, dijo que el Gobierno podría "evitar fácilmente las huelgas" si el secretario de Sanidad, Steve Barclay, empezara a hablar con los sindicatos sobre el aumento de los salarios (ídem). La burocracia sindical no tiene ninguna intención de emprender una lucha a fondo.
Las huelgas y movilizaciones contra la carestía provocada por la guerra han escalado en todo el continente europeo. La tentativa bélica de la OTAN contra Rusia y China ha resultado en una guerra interna entre las clases parasitarias y guerreristas, por un lado, y la clase obrera, por el otro. Este es el punto de partida para desarrollar un movimiento internacional contra la guerra que convierta a las luchas contra sus efectos destructivos en una movilización consciente de los trabajadores y la clase obrera mundial contra sus gobiernos, responsables principales de la guerra.