Escriben Sebastián Rodríguez y Emiliano Fabris
Un monumento patronal y estatal a la precariedad laboral.
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El viernes 2, en el frigorífico Villa Olga de General Cerri, una explosión de un tanque contenedor generó un escape de amoníaco que afectó a once trabajadores que tuvieron que ser trasladados e internados en el Hospital Municipal de Bahía Blanca por intoxicación, problemas respiratorios e irritación ocular y en las mucosas.
A pesar de este grave incidente, el frigorífico continúo operando con normalidad. El lunes 5, un segundo escape de amoníaco envió al hospital a otros dos operarios del frigorífico. En esta ocasión, Policía Ecológica solicitó la evacuación del lugar, lo cual fue rechazado en un principio por la patronal. El Comité Técnico Ejecutivo, un organismo del municipio, tomó mediciones de las partículas de amoníaco en el lugar. Mientras el máximo no nocivo es de 4ppm (partículas por millón), las mediciones arrojaron 40ppm, es decir diez veces más que los valores permitidos. Las mediciones del escape del viernes dieron valores aún mayores. La desidia patronal y del Estado es completa.
Luego del segundo escape de amoniaco, el Sindicato de la Carne pidió inspección y clausura del frigorífico, y denunció falta de mantenimiento en las instalaciones (Lanueva, 6/12). Finalmente, el OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible) dispuso la clausura preventiva de uno de los sectores del frigorífico.
El frigorífico se ha convertido en una bomba a punto de estallar. Está establecido en una localidad que no cuenta con las instalaciones médicas ni los recursos necesarios para atender accidentes laborales de este tipo. Aún peor, los trabajadores no cuentan con las mínimas condiciones de seguridad ni los equipos de protección personal necesarios para las tareas allí desempeñadas. Se han denunciado irregularidades en la contratación laboral. Existe la amenaza permanente de ceses laborales.
El frigorífico Villa Olga, propiedad de la familia Siracusa, fue puesto en marcha a fines de 2021 luego de 10 años de inactividad con apoyo del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, cuyo titular es Federico Susbielles, excandidato a la intendencia de Bahía Blanca en 2019 por el Frente de Todos. Tiene unos 300 obreros y se dedica enteramente a faenar cortes de exportación para Israel.
La patronal cuenta con una extensa historia de precarización laboral y masacre de sus trabajadores. En el 2012, unos 100 obreros que estaban cooperativizados tomaron el frigorífico, denunciando fraude laboral y despidos, junto con la muerte de dos compañeros por falta de condiciones de seguridad. El Municipio ha trabajado desde ese entonces para rescatar y garantizar impunidad a la patronal responsable de las muertes obreras, de fraudes laborales y de estos recientes escapes que afectaron gravemente la salud de 13 trabajadores. En la ciudad existe el ejemplo opuesto a la desidia de la gestión patronal, con el frigorífico bajo control obrero INCOB.
Para defender la vida y condiciones de trabajo, es necesario imponer un comité obrero que defina si existen las condiciones de seguridad e higiene en el frigorífico, con poder de veto para frenar la producción sin afectar los puestos del trabajo y el salario. Por la regularización laboral de todos los trabajadores, bajo convenio. El Sindicato de la Carne debe convocar a un paro y movilización contra esta masacre obrera.