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El mismo día en que el régimen iraní ejecutó a tres jóvenes más, convirtiéndose en el segundo país del mundo con mayor cantidad de sentencias de muerte cumplidas, Política Obrera convocó a un acto a la embajada para exigir el fin de la pena de muerte, de las violaciones “aleccionadoras” a las estudiantes que se quitan el velo y de las torturas y asesinatos a los y las manifestantes.
Hace cuatro meses que Irán vive una rebelión iniciada por las jóvenes y masivamente apoyada por mujeres y varones en defensa de los derechos democráticos, contra la miseria y por reivindicaciones salariales.
El acto fue precedido por una campaña de fotos en redes con las consignas: “Viva las heroicas mujeres iraníes y la rebelión popular. Abajo el régimen criminal de los ayatollah”, “No a la pena de muerte”, “Libertad al futbolista Amir Azadani, al actor Hossein Mohammadi y a los condenados por defender los derechos de las mujeres”.
La campaña cosechó el apoyo de otras organizaciones de mujeres y políticas, y fue replicada por personalidades de la cultura y de derechos humanos dentro y fuera del país.
A la cita se acercaron Izquierda Socialista, Democracia Obrera, Comuna Socialista y Convergencia Socialista. Otros hicieron llegar sus adhesiones como integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y Nora Cortiñas, quien estaba en la ronda de los jueves en ese mismo horario. El micrófono fue abierto a todos los presentes y cada uno manifestó su posición en una demostración democrática de frente único por el apoyo a la rebelión contra el régimen teocrático.
Valu Viglieca, dirigente de nuestra organización, abrió el acto explicando el origen de la rebelión y señaló que las mujeres socialistas “no caemos presas de las lágrimas de cocodrilo de los gobiernos imperialistas, esos mismos gobiernos donde reina la trata de personas y donde retroceden derechos históricos como el derecho al aborto. Denunciamos las vejaciones a las mujeres en los países occidentales y denunciamos las vejaciones a las mujeres en los países árabes. Venimos a la embajada de Irán a exigir la libertad de los condenados y el cese de las torturas y violaciones en grupo a las estudiantes secundarias”. En la intervención de Política Obrera estuvo presente la denuncia a la guerra de la Otan y Putin y a sus consecuencias para las masas explotadas del mundo. A continuación tomaron la palabra compañeras de las organizaciones presentes y se cerró el acto con la lectura de una adhesión de una mujer iraní que saludaba nuestra manifestación.
Al mismo tiempo que nos pronunciábamos ante la vallada embajada iraní, el gobierno de Ebrahim Raisi ejecutaba a otros tres jóvenes más, ascendiendo a 469 los asesinados desde el inicio de la rebelión, entre ellos 63 niños.
Las condenas a los manifestantes se explican porque supuestamente atacaron la autoridad divina, pero en realidad castigan la rebelión contra un régimen reaccionario y explotador. Son un intento de amedrentar a las mujeres en lucha y de asfixiar por la vía de la represión las manifestaciones obreras.