Crisis sanitaria y la situación del ISFD N°51

Escribe Mercedes Flor

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A 15 días de decretado el aislamiento social y obligatorio por parte del gobierno de Fernández, sigue siendo un eje de discusión como garantizar la continuidad pedagógica a lxs estudiantes de todos los niveles educativos. En este sentido, pretender que lxs docentes se conviertan en ases de la virtualidad y llenen de tareas y trabajos prácticos a sus estudiantes sin una capacitación previa y desconociendo, que no todos tienen un acceso ilimitado y dispositivos para cumplir con las tareas pedidas, es descabellado.

Si hablamos de virtualidad, en el caso de los terciarios de la provincia de Buenos Aires, donde la mayoría se ubican en establecimientos prestados, con grandes problemas edilicios y en condiciones de hacinamiento, donde gran parte de sus estudiantes son sostén de hogar y/o trabajadores precarizados, no se puede pretender que se incorporen contenidos a través de plataformas virtuales no se puede lograr de un día para el otro por un campus virtual.

En el caso del ISFD N 51, que desde el 25 de marzo viene subiendo periódicamente tareas y trabajos para sus más de 1.500 estudiantes, además, las autoridades no dan respuestas aún sobre qué pasará con los finales que no se tomaron, con las inscripciones que aún no realizamos y nos asigna “clases” con profesores que aun ni siquiera conocemos.

En la carta dirigida a lxs estudiantes, los directivos llaman a dar continuidad a la cursada, reconociendo, sin embargo, que no todos tienen acceso a Internet.

Por su parte, las organizaciones estudiantiles parecen haberse encuadrado detrás de los pedidos de las autoridades de “representación compromiso, solidaridad, empatía y tolerancia en un momento en donde no cabe el reclamo, la exigencia ni la queja” (sic), incitando a abandonar la lucha de los estudiantes en pos de la “unión” estado-institución-alumnado. Las organizaciones estudiantiles se limitan a re-postear el comunicado de la conducción. La comisión directiva del centro de estudiantes EEPA (UJS-PO -oficial- e Independientes) ha adoptado el rol de interlocutor de los comunicados oficiales y ha pasado a actuar más como un centro cultural virtual que como una verdadera organización política de lxs estudiantes.

Exigimos, en primer lugar, actualizar el salario docente. La capacitación y los recursos tecnológicos necesarios para poder “cumplir” con la continuidad pedagógica tienen que estar integralmente afrontados por el Estado. Proponemos la puesta en marcha de foros de debate entre estudiantes y agrupaciones de lucha, y recoger todo tipo de planteos frente a esta modalidad educativa. La forma de las evaluaciones, además de la solución de los límites que representa la virtualidad, tiene que ser parte de este debate. Planteamos la excepción de correlatividades para el 2020, como superación al problema de inscripciones e inicio de cursada cuando se retomen las clases. Garantizar que, una vez retomada la cursada, se revisen las currículas, adaptándolas a los meses que restan del ciclo lectivo sin el recorte de contenidos que pretenden hacer. Por otro lado, que se nos garantice un plan de becas integral, cuya entrega debe ser inmediata, para evitar la deserción masiva de estudiantes.

Solo la organización de estudiantes y docentes va a poder asegurar que se cumplan estas condiciones y se avance sobre una mejora integral de las condiciones de cursada como lo son mayor oferta de comisiones y turnos y elementos de higiene suficientes para evitar un rebrote del virus en las aulas.

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