Rebelión en el Puerto de Rosario

Escribe Emilio Blanco

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“Viva la huelga portuaria. Todos adentro. Abajo la reforma laboral.” Estas son las consignas principales de la enorme lucha de los portuarios rosarinos.

Desde diciembre, los trabajadores mantienen paralizado el puerto por estos reclamos. Fue la respuesta que votaron en asamblea frente a los despidos masivos, la negativa a un reajuste salarial y a los intentos por modificar el régimen laboral, llevando la jornada de trabajo de 6 a 8 horas, como inicio de una reforma laboral más general. El paro por tiempo indeterminado es sostenido por la base y los luchadores y todas las resoluciones se toman en asambleas.

El desarrollo de este aguerrido movimiento de lucha se tuvo que enfrentar tanto a la patronal como a la propia conducción del SUPA, que desconoce las resoluciones de las asambleas. A espalda de los trabajadores, la burocracia del sindicato redactó con la patronal y el Ministerio de Trabajo de la Nación un acuerdo que anunció como el fin del conflicto. La asamblea lo rechazó masivamente porque mantenían el despido de 5 compañeros, algunos de ellos reconocidos luchadores y críticos de la política de la burocracia del SUPA. Allí mismo se votó la continuidad de la huelga.

Aybar, el secretario general del SUPA, comenzó a bajar los mismos argumentos de la patronal, acusando a los compañeros despedidos de violentos, de que fueron echados con causa y de que el sindicato daba por terminado el conflicto. Llamó a la vuelta al trabajo y se sumó a la política de la patronal de amenazas sobre los huelguistas y los piquetes, presionando sobre el resto de los estibadores para que retomen el trabajo. Sin embargo, el primer día que tenían que retornar no ingresó nadie. Los piquetes de convencimiento en la puerta y la agitación del conflicto ayudaron a mantener el paro.

El propio lunes al mediodía se realizó, en el piquete principal de 27 y Circunvalación, una convocatoria a las diferentes organizaciones. Estuvieron presentes directivos de sindicatos como Aceiteros de Rosario, ATE Rosario, Amsafe Rosario, Siprus y Fesprosa; delegados de diferentes lugares de trabajo, agrupaciones políticas y de desocupados. Carlos Blanco, de la Junta Interna del Hospital Baigorria y de Política Obrera, reivindicó la huelga señalando “que es una lucha de fondo, estratégica, de la clase obrera porque la Agro Sojera Vicentín que comanda el grupo que tiene la concesión del Puerto está desarrollando el programa de todas las patronales, de toda la clase capitalista, que es atacar los convenios, imponer la reforma laboral, destruir los salarios y fundamentalmente atacar la organización de los trabajadores”. Denunció “la complicidad de la burocracia sindical, de la CGT, que no mueve un dedo y de Perotti y del Ministerio de Trabajo Nacional que avalan los despidos”. Finalmente planteó la necesidad de "reforzar los piquetes con una acción masiva" y puso a consideración la propuesta de "impulsar un paro regional”.

La posición del SUPA, totalmente hostil a la huelga, refuerza las tareas de fortalecer los piquetes y desarrollar un fondo de huelga, entre los sindicatos y fábricas con comisiones internas solidarias, centralizado en la asamblea.

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