14 años sin el “Bocha” Sokol

Escribe Mauri Colón

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Alejandro “bocha” Sokol, nació en enero de 1960, en Hurlingham, provincia de Buenos Aires. El miércoles pasado, se cumplieron 14 años de su deceso, su partida se dio tan solo a semanas de su cumpleaños número 49. Alejandro es catalogado por muchos como el último héroe del Rock Nacional debido a su sencillez, su calidez y su sensibilidad, además de haber formado parte de dos bandas de culto de la música nacional: Sumo y Las Pelotas.

A Alejandro, que de joven trabajó como pintor y en una fábrica de cajas de cartón, le iba a cambiar la vida cuando, en 1981, empezaba a forjar su carrera musical. En ese año, junto a Luca Prodan (voz), Ricardo Curtet (Guitarra), Germán Daffunchio (Guitarra) y Stephanie Nuttal (Batería), se convirtió en uno de los fundadores de la icónica banda de rock Sumo. La banda venía a patear el tablero musical con una propuesta distinta a todo lo que sonaba en el país durante esos años oscuros de dictadura y Guerra de Malvinas. Sorteando la censura y los ataques del gobierno militar, la banda liderada por Prodan se consagró como una de las más importantes del rock nacional en los años 80. Sokol se sumaría a tocar el Bajo, pero con la salida de Stephanie Nuttal, tomó el mando de la batería.

Con Sumo, en octubre de 1983, grabó el emblemático disco "Corpiños en la madrugada", que originalmente salió como demo. Este trabajo contiene canciones como: “Mejor no hablar de ciertas cosas” (compuesta por el Indio Solari) “Una noche en New York City”; que después pasaría a llamarse: “La Rubia Tarada”, “Divididos por la Felicidad”, “Heroin”, entre otros hits que, después, se convertirán en clásicos del Rock Argentino.

Pese a un metódico ascenso en la popularidad de la banda, el ciclo de Alejandro en Sumo duraría poco. Un año después, en 1984, luego de acusar a sus compañeros de banda de llevar una "vida desordenada" que lo afectaban en su salud, Sokol dejaría la banda. Años después declaró que si no se hubiera ido de Sumo habría muerto debido a los excesos en el consumo de drogas de la banda.

Sigue andando como un buey

En 1987, tras la muerte de Luca Prodan, que sentenció la disolusion de Sumo, junto a Germán Daffunchio (Guitarra y voz) y Alberto “Superman” Troglio (Batería), conformaron "Las Pelotas". Otra de las bandas que marcó la historia musical de nuestro país. En esta nueva etapa, nuestro homenajeado tomará el liderazgo de la banda, además de ser su voz y su compositor principal.

Dueño de una sensibilidad única, que podía poner en música cada sentir del ser humano, junto a su desfachatez en su vida privada y en los escenarios, logró conquistar el corazón de la gente. La anécdota de cuando en 1995 los Rolling Stones vinieron a la Argentina lo pinta de cuerpo entero. “Alejandro, lo primero que hizo, fue usarle la pasarela a Mick Jagger. Lo perseguían los ‘negros’ y no lo podían agarrar. El chabón gambeteaba… Todo lo que nos prohibían que hiciéramos, él lo hizo en el primer show. En el segundo ya estaba tomando fernet con ellos”. Esto lo cuenta el trompetista Gillespi, en el documental dedicado a Sokol llamado “Solo”. Cosas como esta o su extrema humildad de quedarse a hablar con el público, le hicieron ganar el mote de “antihéroe del rock”.

Formaría parte de Las Pelotas por 20 años. En ese tiempo grabó 8 discos (“Corderos en la noche”, “Máscaras de sal”, “Amor seco”, “La clave del éxito”, ”¿Para qué?”, “Todo por un polvo”, “Esperando el milagro” y “Basta”) y un sinfín de éxitos: “Capitán América”, “Shine”, “Sin Hilo”, “El cazador”, entre otros muchos más. Durante este tiempo, Las Pelotas debió conformar su propio estilo musical, para alejar los estigmas de ser unos "ex Sumo”. La otra banda que parió la disolución de Sumo, Divididos (Con Ricardo Mollo y Diego Arnedo), alcanzó bastante rápidamente una repercusión y un estilo propio.

Jaqueado por problemas internos de la banda, pero por sobre todo por los recurrentes problemas de adicciones que se desencadenaron uno tras otro y tras un accidente automovilístico, Alejandro abandonaba Las Pelotas. En la última etapa de su vida, formó “El Vuelto S.A.”. Acompañado de su hijo Ismael, tocaron en bares pequeños de Córdoba y la Capital Federal. Su repertorio se basaba en versiones acústicas de temas de Pink Floyd, Bowie, Bob Marley, las bandas que inspiraron a Sokol durante su vida.

Tenía planeado lanzar un disco en marzo de 2009, pero la muerte lo alcanzó un lunes 12 de enero de 2009, mientras esperaba un colectivo en Río Cuarto para volver a la Capital Federal. Así, el pibe laburante de barrio obrero que fundó dos bandas de culto del rock rioplatense dejó la vida, para convertirse en un mito.

Alejandro por siempre, Shine, Shine, Shine.

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