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Con el cobro de los salarios de abril, los empleados de las cadenas de comida rápida se encontraron con descuentos gigantescos -de hasta un 70%- en sus salarios.
Los trabajadores, en su mayoría jóvenes, pero no por ello excluidos de tener que mantener hogares e hijos, trabajan precarizados históricamente en este rubro. Acceder parcialmente a un convenio no fue garantía de una mejora en las condiciones. Las flexibilizaciones que le permiten los gobiernos a estas firmas multinacionales, a las que se les sumó Mostaza, de capital nacional, es la base para que puedan pagar sueldos de miseria. Cabe recordar que uno de los primeros acuerdos del gobierno macrista con McDonald’s, en 2016, que permitió a la empresa pagar salarios de 4.500 pesos (u$s296 aproximadamente). Hoy, bajo el gobierno de Alberto Fernández, los trabajadores cobraron en abril $2.900 promedio.
El sustento de las empresas está en los vacíos que dejan los decretos (DNU) y la reglamentación del mismo por parte del Ministerio de Trabajo. El artículo 8 del DNU que estableció el aislamiento obligatorio y con ello el cierre de los locales de comida rápida entre otros rubros señala que “Durante la vigencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio, los trabajadores y trabajadoras del sector privado tendrán derecho al goce íntegro de sus ingresos habituales, en los términos que establecerá la reglamentación del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social”. La nombrada reglamentación no expresa más que el carácter de justificadas a las faltas por estos casos, dejando a criterio de los empleadores el pago o no de los mismos y con ellos los complementos tales como presentismo, entre otros. Por lo que, aceptando las faltas justificadas, igualmente no pagan los días de cuarentena y quitan los ítems, dejando solo las horas básicas o “minimas”, 60 horas mensuales.
Para abril se espera una situación igual o peor: las patronales avisaron que no van a pagar más del 50% del salario habitual, sea cual sea la situación. Al mismo tiempo, empezaron las citaciones a presentarse a trabajar a partir del sábado, como es el caso de Mostaza, en principio para entregas solo con delivery. Esto adelanta un aspecto de lo que trae la flexibilidad de la cuarentena que anunció el gobierno.
Los empleados conforman sus salarios sobre la base de sumar horas a sus turnos (nunca pagas como extra) y trabajar en horarios nocturnos. Y, por supuesto, sin faltar por ninguna razón para mantener el presentismo. Sus aportes gremiales van a sindicatos ausente en estos rubros: Confiteros, Pasteleros, Gastronómicos, etc. A los mismos no se les conoce una lucha. Por el contrario, funcionan como desmovilizador de cualquier iniciativa y dejan pasar todos los atropellos.
Otros rubros, misma situación
En otros sectores dónde los jóvenes ocupan la mayoría o totalidad de los puestos se presentan situaciones similares. Los trabajadores de Todo Moda y Isadora de un mismo capital; Blue Star Group, Starbucks de los mismos dueños de Burger King (https://politicaobrera.com/movimiento-obrero/850-trabajadores-de-starbucks-en-lucha/), turismo en general y cines están atravesados por la misma situación, a la que se suman los despidos al comienzo de la cuarentena, como es el caso de los cines Cinemark Hoyts que despidieron a decenas en Santa Fe, pese a la conciliación obligatoria dictada. Esto se complementa también con la sistemática negación de las patronales a pagar los días de cuarentena y/o presentismo.
Las persecuciones por las publicaciones, comentarios o “likes” en las redes sociales que denuncien está situación van en aumento. En algunos casos, recordándoles a los trabajadores el contrato de confidencialidad que firman al ingresar.
En un contexto de catástrofe como el que atravesamos, es vital que se garanticen los pagos completos de los salarios y a su vez se equiparen estos a los costos de la canasta básica, indexándolos a los aumentos sistemáticos de los precios.
Exigimos la apertura de los libros contables de las empresas que acusen no poder pagar salarios, pese a los beneficios brindados por el gobierno que las exime de los aportes patronales y brinda créditos con una tasa del 24% anual.
Llamamos a la organización de los trabajadores en esta situación, unificando las acciones, como base en la lucha por el salario y la mejora integral de las condiciones contractuales.