CABA: paro de los trabajadores de los centros comunitarios

Escribe Círculo de Salud Parque Patricios

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Un paro autoconvocado del personal de enfermería de los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CESAC), dedicado a la atención primaria en los barrios de la ciudad, ha cumplido 72 horas. Reclama por la liquidación irregular del bono correspondiente al Sistema de Atención Médica Organizada (SAMO). El SAMO surge de la recaudación que hace el sistema público a las obras sociales y prepagas por las prestaciones brindadas a sus afiliados. Distintas asociaciones sindicales y agrupaciones convocaron a una movilización al ministerio de Salud porteño.

Las autoridades a través de las estructuras de jefatura se apresuraron a indicar que el problema técnico por el cual no se pagó el SAMO se corregiría inmediatamente, pero no fue así. Este problema “técnico” surge a consecuencia de la reciente modificación de las estructuras hospitalarias, que deja aislados a los 37 CESACS de la ciudad del resto de la estructura hospitalaria, sin poder brindar prestaciones de mayor calidad, por falta de insumos, infraestructura y personal.

El descuento, para salarios que rozan la indigencia, oscila entre 8.000 y 50.000 pesos según las especialidades por hospital. Este rasgo discriminatorio corresponde a que se cobra según el costo de las prestaciones que utilizan los y las usuarias, dos veces por año. Incluso una parte del personal del sistema de salud, como los suplentes de guardia o residentes y concurrentes, que trabajan como becarios y contribuyen a esa recaudación, que no lo cobran.

Se trata de una política impuesta durante el gobierno menemista, que tiene como objetivo el autofinanciamiento de los hospitales con el consiguiente vaciamiento. Esta forma perversa genera un sistema ‘productivista’ donde los trabajadores deben correr detrás de las facturaciones. Una política de privatización.

La reacción de los trabajadores es la consecuencia de años de reclamos por sus condiciones de trabajo, por sus condiciones salariales, por las condiciones de infraestructura -el CESAC 31 del barrio Bajo Flores tuvo que cerrar en enero por sus inseguras condiciones edilicias- y por el gran incremento de situaciones de inseguridad en las barriadas.

Por citar un ejemplo, en un informe elaborado por los propios trabajadores, se denuncia que en la zona de la villa 2124 al sur de la capital federal, donde viven 70.000 habitantes y crece el suicidio, no hay psiquiatra y solo hay cinco psicólogos. Los casos graves deben esperar hasta tres meses (La Nación, 3 de marzo). El colapso es total y es la propia población trabajadora del barrio de los centros de salud quienes saben mejor que nadie lo que necesitan para el cuidado de sus vidas.

El paro por el SAMO es solo un síntoma más de un sistema de salud. En esta discusión por el aumento o la homologación del SAMO para todas y todos los trabajadores, yace un importante desconocimiento sobre cómo el Gobierno asigna y subejecuta sus presupuestos. Con las paritarias reabiertas luego de la lucha de residencias y concurrencias, se obtuvo un aumento de salarios, pero ya ha quedado desvalorizado en un cuadro ascendente de híper inflación. La burocracia sindical, de espaldas al paro y los reclamos de los trabajadores, han informado recientemente de un aumento de 4 % que ha otorgado el gobierno.

La lucha de los CESAC por la inclusión y equiparación del SAMO para todo el personal de salud de la ciudad de Buenos Aires abre una perspectiva por la reapertura de las paritarias, por un nuevo aumento de emergencia que defienda a los salarios de la terrible inflación que los devora.

El achique del sistema de salud público, junto a la destrucción de las obras sociales a través de los distintos gobiernos en complicidad con las burocracias sindicales, está colocando fuera de todo cuidado básico a la población trabajadora, dejándola de rehén de las corporaciones privadas de la salud que han aumentado sus tarifas entre 2012 y 2022 en un 3544 %, frente a una inflación de 2467 % según un informe de la asociación de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco).

La lucha de la salud plantea una necesaria transformación integral del régimen sanitario, para restablecer la atención de los trabajadores en un contexto de pandemias y resurgimiento de enfermedades y virus.

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