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Desde el lunes diversos gremios portuarios (dentro de los que se encuentra el SOMU) implementaron una demora en la salida de la flota fresquera en Mar del Plata y en otros puertos del país, exigiendo mayores salarios para los trabajadores que embarquen en los próximos 6 meses. La huelga alcanza a la flota fresquera de altura y congeladores.
Los gremios, sin embargo, no centran su pedido a las cámaras patronales de la pesca. Todo gira alrededor de eximir de impuesto a las ganancias al salario de los trabajadores de la pesca, en sintonía con lo exigido por otros gremios como bancarios, SUTNA o el SMATA.
El salario de los trabajadores embarcados está atado casi un 100 % a la productividad. La quita del impuesto a las ganancias sobre los ítems de producción sería un alivio si los trabajadores recibieran su salario en blanco, cuestión muy alejada de la realidad. Lo cierto es que los sindicatos atan la negociación paritaria a la exención del impuesto a las ganancias.
El enfoque de sacar el impuesto a las ganancias en los ítems de producción y no directamente sobre la totalidad del salario es una vía peligrosa: habilita a las patronales a introducir todo tipo de ítem como adicional al básico, con el pretexto de que ese plus salarial –generalmente asociado a la productividad- se encontraría eximido del impuesto a las ganancias.
Las patronales se han visto enormemente beneficiadas por un tipo de cambio especial. Los trabajadores de la pesca no pueden quedar atados a un debate por arriba, sino que tienen que tomar en sus propias manos esta lucha paritaria, planteando un real aumento de los básicos y la derogación incondicional del impuesto a las ganancias sobre los salarios.
