Los trabajadores de la UBA movilizaron al Rectorado

Escribe Patricia Lambruschini

Tiempo de lectura: 2 minutos

Docentes y no docentes de la Universidad de Buenos Aires nos movilizamos el miércoles pasado a las puertas del Rectorado mientras sesionaba el Consejo Superior, por un conjunto de reclamos urgentes.

En primer lugar, la devolución de los descuentos realizados a los docentes preuniversitarios de los colegios Carlos Pellegrini y Nacional Buenos Aires, por adherir al paro de AGD y Conadu Histórica. Una clara medida de amedrentamiento, que vulnera el derecho a huelga y pretende disciplinar a los trabajadores que salieron a luchar contra la paritaria ruinosa que impuso el gobierno, en complicidad con la burocracia sindical, que acaba de volver a firmar el reordenamiento de las cuotas propuesto hace pocos días.

En segundo lugar, se exigió la inmediata reincorporación de los 5 docentes despedidos de la carrera de Musicoterapia, que fueron cesanteados por enfrentar las designaciones a dedo perpetradas el año pasado por la gestión radical de la Facultad de Psicología, que colocó personal de su propio riñón político en las cátedras donde ellos trabajaban. También se denunció que este tipo de manejos arbitrarios no han concluido y que se están preparando nuevos concursos digitados por las autoridades. La asamblea autoconvocada de Musicoterapia viene llevando adelante una intensa pelea por la reincorporación y por terminar con la discrecionalidad y la persecución política en Psicología y en la UBA.

En tercer lugar, se volvió a exigir la derogación del nuevo reglamento de afiliaciones de DOSUBA, aprobado por unanimidad por el Consejo Superior en las vísperas de fin de año. Una reforma reaccionaria que deja afuera de la obra social a los futuros jubilados y a los docentes ad-honorem.

Finalmente, una delegación de estudiantes denunció la suspensión de las elecciones de centros de estudiantes acordada a espaldas del movimiento estudiantil por la actual conducción de la FUBA (Nuevo espacio, MNR, UES) y otras agrupaciones afines al gobierno. Un ataque violento a la democracia estudiantil, que apunta a que esas mismas agrupaciones sigan atornilladas en la conducción de los centros y de la federación, mientras obstaculizan cualquier intento de organización y de lucha de los estudiantes.

Como se expresa en estos reclamos, la situación en la UBA es grave, pero no es muy distinta de la que están viviendo otras universidades del país, producto de las políticas de ajuste que se están llevando adelante y que las gestiones descargan sobre trabajadores y estudiantes. Las direcciones burocráticas de docentes, no-docentes y estudiantes no quieren hacer olas frente al derrumbe del gobierno del Frente de Todos, y actúan como correa de transmisión de un ataque brutal a las condiciones de vida. Incluso Conadu Histórica resolvió en su último congreso aflojar el plan de lucha, abandonando las medidas de fuerza y sustituyéndolas por acciones de visibilización.

Pero la situación de la universidad y la crisis general que atraviesa el país exigen lo contrario. Es necesario apostar a intensificar la lucha, convocar asambleas para debatir, impulsar las autoconvocatorias, la coordinación con otros niveles de la educación y de los trabajadores, para dar la pelea a fondo contra la destrucción de los salarios, las jubilaciones y las condiciones de trabajo, y por una salida propia a esta crisis.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera