Escribe Olga Cristóbal
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Desde el martes 2 de mayo, nadie escribe ni un solo guion en Hollywood, es la primera gran huelga en quince años, y la primera en la era del streaming. El sindicato de actores se ha sumado.
Los guionistas de televisión y cine formaron nutridos piquetes el martes al mediodía a las puertas de los 8 grandes estudios tanto en Hollywood como en Los Angeles y en Manhattan, Nueva York, vestidos con la camiseta del sindicato, el Writers Guild of America (WGA).
Netflix, Amazon, Apple, Disney, Discovery-Warner, NBC Universal, Paramount y Sony son las empresas que pretenden legitimar la precarización y un feroz aumento de los ritmos de productividad en un año de beneficios récord. Los guionistas cobran por texto, a veces, 7 centavos de dólar.
“El comportamiento de las empresas ha creado una economía de trabajos temporarios dentro de una fuerza laboral sindical, y su postura inamovible en esta negociación refleja el compromiso de devaluar aún más la profesión de escribir”, dijo la WGA en un comunicado el lunes por la noche. "Desde la negativa a garantizar cualquier nivel de empleo semanal en la televisión episódica, hasta la creación de una 'tarifa diaria' en la variedad de comedia, hasta su obstinación en el trabajo gratuito para los guionistas y en la IA para todos los escritores, han cerrado la puerta a sus trabajadores y abierto la puerta a la escritura como una profesión completamente independiente", agregaron (npr.org, 2/5).
Los guionistas, aunque estén sindicalizados son básicamente trabajadores temporarios, que buscan constantemente su próximo trabajo. Incluso los escritores de programas viven “una existencia muy de clase trabajadora y no hay nada de qué avergonzarse. Pero he llegado a un punto en el que no sé cómo puedo seguir sobreviviendo en este trabajo tal como está", dice uno de ellos.
Una serie de ocho episodios en una plataforma digital se resuelve con cuatro guionistas, cuando el sindicato considera que deberían ser por lo menos siete. “Somos los responsables de crear series con las que ellos ganan millones de dólares, prestigio, premios Emmy y Oscar, y simplemente no nos quieren compensar”, denuncian. Un guionista de una serie ganadora de un Emmy explica que, después de dos décadas de oficio, “su próximo trabajo no está garantizado” y no sabe cómo va a hacer para pagar el alquiler.
Todos los aspectos de la profesión se han degradado: NBC, la cadena de televisión, ofrecía contratos de 20 semanas de trabajo para preparar una temporada de televisión. Netflix propone el mismo plazo, pero para dos temporadas.
El comité de negociación de los guionistas determinó la noche del lunes que la huelga era inevitable después de que los estudios rechazaron ocho de las 14 propuestas del sindicato: prohibir que se ofrezca “trabajo” gratis, elevar el mínimo de escritores por proyecto, subir un 6% el monto de las regalías que los guionistas reciben por cada transmisión de sus proyectos (los estudios propusieron 2%).
Las regalías suelen ser el recurso de los trabajadores para sobrevivir en un trabajo que muchas veces carece de continuidad. Las empresas, en cambio, se llenan de oro porque las series se repiten en todo el mundo.
Las patronales también rechazaron la prohibición de que los guiones sean escritos por la inteligencia artificial (IA).
El sueldo de David Zaslav, ejecutivo de Warner Bros Discovery, generó escándalo entre los guionistas. Zaslav ganó el año pasado 250 millones de dólares, lo que podría cubrir el sueldo de unos 10.000 escritores, el total de afiliados al WGA (El País, 4/5).
El impacto de la huelga se evidenció el martes, cuando las cadenas principales informaron que todos los programas de televisión nocturnos emitirían solo reposiciones. Algunos programas fueron directamente cancelados.
El antecedente de este conflicto es la gran huelga de 2007, que duró 100 días a partir de noviembre de 2007, y terminó con un pésimo acuerdo para los trabajadores.
Este año, la huelga de los guionistas puede tener un efecto dominó y acabar paralizando toda la industria. El 30 de junio vence el convenio colectivo del sindicato de directores. Todos los gremios “esperaban obtener de los guionistas la hoja de ruta para actuar frente a los estudios agrupados en la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP, por sus siglas en inglés)”.
Por ahora, esa hoja de ruta lleva directo al paro.