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En la ciudad de Buenos Aires, por estas horas, se está gestando un proceso de deliberación de los y las docentes del Nivel Inicial. En todos los grupos de trabajo, en jardines y escuelas infantiles, se discute la necesidad de organizarse en defensa de las compañeras del distrito 9 y de los derechos de nuestro colectivo. El acatamiento al paro de hoy fue casi total, incluso entre el personal de conducción.
Los medios de comunicación se hacen eco de las denuncias sobre supuestos abusos que habrían ocurrido en el jardín, publicando la dirección de la institución y nombres de las docentes, tratándose de información que la ley prohíbe que sea divulgada públicamente. Se publican detalles inverosímiles dándolos por hechos, que sin embargo no fueron comprobados. De esta manera, se encargan de echar leña al fuego. Sin embargo, no ha sido publicado que las docentes han sufrido situaciones de agresión, que la Policía de la Ciudad entró a la escuela para realizar un allanamiento en medio de la jornada escolar y que un canal de televisión incluso estuvo grabando en la escena. Todos estos episodios irregulares atentan contra la investigación, irrumpe en la tarea educativa y vulnera los derechos de docentes e infancias. El gobierno de CABA y el Ministerio de Educación, son responsables de este hostigamiento. Son los números uno en responsabilizar a la docencia, estudiantes y sus familias del fracaso educativo, estigmatizándolos ante la opinión pública.
Lo que ocurrió en el JIN C DE 9, no es un hecho aislado. Cotidianamente nos encontramos con situaciones de vulneración de derechos de las infancias y degradación de nuestro trabajo. Los problemas de infraestructura en las escuelas, recursos y material didáctico insuficiente y en malas condiciones, presencia de ratas, falta de ventilación y refrigeración, comedor y viandas escolares de pésima calidad, fallos en las conexiones eléctricas, inundaciones, falta en la designación de personal docente, vaciamiento de los Equipos de Orientación Escolar y de la Educación Especial en general, afecta a la primera infancia y a sus docentes por igual. Por todas estas razones, es que el paro fue tan fuerte en el nivel.
El Estado es responsable de la pauperización de las condiciones de vida de la clase trabajadora y de sus hijos/as, que repercuten en la tarea de la docencia. Cada vez, encontramos en las aulas más problemáticas: diagnósticos de TGD, TEA, déficit atencional, entre otras cuestiones, sin los recursos suficientes para atender estas problemáticas. A las familias de estos niños y niñas, no se le otorgan consultas regulares, estudios y asesoramiento. Se encuentran con la falta de turnos en obras sociales y en hospitales públicos, producto del vaciamiento que también sufre el sistema de salud público. Algunas de estas familias, viven en hacinamiento por no poder pagar un alquiler. Todos estos factores son el caldo de cultivo en el cual emergen las denuncias por abuso, acusando a quienes han cumplido un rol histórico como garantes de los derechos de las infancias. El paro de hoy, debe ser el punto de partida para poner en pie cuerpos de delegados en cada uno de los jardines y realizar asambleas donde se discutan todas nuestras reivindicaciones.
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