Docentes de José C. Paz: paro contra la violencia en las escuelas

El 9 de mayo pasado, en la escuela primaria 29 de José C. Paz, que comparte edificio con la EESN° 34, ocurrió un hecho de violencia que puso en riesgo la integridad de los estudiantes, los docentes y todo el personal del establecimiento. Un conflicto ajeno a la escuela derivó en que familiares de una estudiante ingresaran por la fuerza, con palos, a los gritos y propinando amenazas e insultos. Ante esto un auxiliar que intentó contener la situación fue golpeado, las maestras se tuvieron que encerrar con estudiantes en la receptoría para no ser agredidas. El episodio concluyó con la policía entrando a la escuela. El episodio pudo ser más grave debido a que el establecimiento no cuenta ni siquiera con salida de emergencia.

A raíz de esto se suspendieron las clases al día siguiente y, a instancias del personal de la escuela y parte de la comunidad educativa, se solicitó una reunión con Jefatura distrital y las direcciones de los sindicatos. Por parte de jefatura distrital no hubo respuestas concretas que garanticen la seguridad del personal de la escuela y los estudiantes.

La noticia de este hecho de violencia circuló de forma viral por los grupos de todas las escuelas del distrito. Las direcciones del Suteba y Udocba local se vieron obligadas a convocar a un paro distrital para el 11 de mayo, “en solidaridad por los hechos de extrema violencia que se manifestaron en el edificio de la EP29/EES34”. También se realizó un acto en la plaza de José C. Paz “para abrazar a todas las comunidades que hoy padecen situaciones análogas”. Las burocracias tomaron nota del clima de debate y deliberación que se dio en las escuelas inmediatamente después de este caso de violencia, pero también de la masividad que tuvieron los paros de abril en el distrito, que, aunque convocados por las seccionales multicolor, tomaron un carácter autoconvocado.

En José C. Paz el conjunto de las reivindicaciones de la docencia provincial se profundiza por el hecho de tratarse del distrito más pobre de la provincia. La situación edilicia es pésima en la mayoría de las escuelas, con establecimientos con peligro de derrumbe, mientras la mayoría de las escuelas periféricas no cuentan con gas, ni calefacción, ni agua potable -tampoco los barrios aledaños- y la sobrepoblación en las aulas es común a la mayoría de los establecimientos. A esto se suma una ola de vandalismo que termina de destruir las escuelas, como fueron los casos de la EESN°23 -robada e incendiada a principio del ciclo lectivo- y la EES N°2, vandalizada en dos ocasiones este año, por citar algunos ejemplos.

Llamamos a parar masivamente y a construir un movimiento autoconvocado para arrancar las medidas de protección y resguardo para los trabajadores de la educación.