Escriben Elena Florín y Patricia Urones
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Este año vencen las concesiones de varias represas patagónicas ubicadas en la cuenca del Comahue, compartidas por las provincias de Río Negro y Neuquén. Esos contratos privatizadores se firmaron en pleno menemismo, en el año 1993. Treinta años después las aguas se agitan, pues la secretaria de Energía Flavia Royón instruyó a Agustín Geréz, gerente general de ENARSA, a tomar las medidas necesarias para una eventual toma de posesión de las represas, incluído personal y otros contratos (econojournal.com, 07/06).
Las concesiones en debate son de Alicura, operada por el capital norteamericano AES; Chocón- Arroyito, perteneciente a la Italiana Enel; y Planicie Banderita, administrada por la norteamericana Orazul; las tres vencen en agosto. Y Piedra del Águila, cuya concesión vence en diciembre de este año, actualmente administrada por Central Puerto, la empresa que compró recientemente tierras dedicadas a la forestación en los humedales del Iberá. Entre las cinco centrales suman más de 4.000 mw de potencia energética, es decir, por encima de Yacyretá, administrada por Argentina y Paraguay.
Estamos en presencia de una pugna entre Nación, que a través de ENARSA recuperaría el comando de las hidroeléctricas, y las provincias donde están localizadas las represas. Las provincias pretenden ser parte de la gestión conjunta. Con el argumento de que la constitución del ’94 reafirmó la titularidad de las provincias sobre los recursos naturales, Elías Sapag, de la dinastía Sapag y el MPN y presidente de Emprendimientos Hidroeléctricos, amenaza con cobrar el agua para las represas si no se incluye a las provincias en la gestión y con llevar la queja a la justicia por la inconstitucionalidad de la medida de la Secretaría. También pidió una normativa sobre el manejo del agua sin aclarar qué trascendencia tendría esa normativa. Por su lado, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, más “dialoguista”, solicitó una “urgente” reunión con Massa y Royón. Paralelamente, dos diputados rionegrinos han presentado en el Congreso nacional un proyecto de ley para modificar la “Ley de Energía Eléctrica” sancionada durante el gobierno de Frondizi. La mencionada ley otorga al Estado nacional la potestad de concesionar las centrales; los rionegrinos, con los mismos fundamentos que Sapag, buscan agregar a las provincias a esta mesa de negociaciones.
El gobierno nacional avanzaría en la creación de una nueva empresa estatal, ENARSA HIDROELÉCTRICA COMAHUE de la que ENARSA tendría el 90% de la participación accionaria mientras que el 10% restante sería del Estado nacional. Las provincias buscarían ser parte de esta empresa. Las regalías que reciben las provincias de Neuquén y Río Negro son un 6% de las ganancias de las empresas concesionarias. Pretenden ser parte de la nueva empresa y así terciar en una mayor tajada. Ya se anunció que al mismo tiempo que la Nación volvería a poseer las represas, delegaría su operación y el mantenimiento en las mismas concesionarias salientes. Esto quiere decir que el capital norteamericano no perdería posiciones, tal vez las incremente. Por su parte, capitales israelíes también se han mostrado interesados en el rubro.
Como primera conclusión, tenemos una pelea entre camarillas gobernantes nacionales y provinciales por entrar ellas, o sus amigos, al negocio de la energía renovable. En junio de 2025 vence la concesión de Hidroeléctrica Futaleufú SA en Chubut, que también se originó durante el proceso de desguace y privatización del Estado nacional del menemismo. Aluar, de Madanes Quintanilla, es la principal accionista y no solo tiene garantizada la energía eléctrica para su planta de aluminio en Puerto Madryn, sino que desde hace 28 años se la provee a tarifa subsidiada.
La crisis mundial también tiene su lugar en este tablero de transición de fin de las concesiones. Es que China se viene instalando con fuerza en la Patagonia. Es concesionaria de la mina de hierro de Sierra Grande, gran productora de hierro hasta el 2016, cuando el derrumbe del precio del hierro hizo inviable la explotación. Invirtió en la estación satelital Espacio Lejano cerca de la ciudad de Las Lajas en la provincia de Neuquén. La estación es motivo de celo de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, que la entiende como una amenaza plantada en el patio trasero. La demorada construcción de dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz, Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, también ha sido motivo de crisis hacia adentro de las fuerzas políticas patronales. Recientemente se anunció la construcción de un puerto multipropósito en Tierra del Fuego, más precisamente en Río Grande, un lugar estratégico geopolíticamente. Pero el desarrollo de la guerra imperialista determinará la continuidad de las inversiones chinas en el país.
La crisis en desarrollo sobre las represas de la cuenca del Comahue, donde lo que menos importa es la cuenca, concentra la crisis política nacional y la crisis política internacional, sintetizada en la guerra de la OTAN y Rusia.