Tiempo de lectura: 1 minuto
Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, le reclamó a Juan Debandi, candidato a intendente por Unión por La Patria y vicepresidente de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, haber cajoneado la cesión de predios a los clubes locales Estudiantes y Almagro de Caseros.
El reclamo viene a cuenta de que, en las últimas semanas, Debandi tomó notoriedad al cederles terrenos a clubes de primera como River Plate, Vélez Sarsfield y Tigre, pero, según Valenzuela, retrasa los proyectos que benefician a los clubes de su propio distrito.
Dicho esto, los principales candidatos de Tres de Febrero están muy preocupados por ayudar a los clubes de fútbol, pero en nada tienen en cuenta las necesidades de la población.
La crisis de vivienda asola en el municipio, como en el resto del AMBA. El costo del suelo es exorbitante, el 40% de la población alquila o vive de prestado, pagando rentas altísimas similares a las de CABA, y con un porcentaje de gente sin techo que no para de crecer. Como respuesta, el gobierno nacional solo ofrece un plan procrear de 400 viviendas para todo el distrito. La provincia y el municipio, nada. Todos muy ocupados en disputarse la foto regalando suelos a los clubes.
En 2019, el intendente de Juntos por el Cambio le cedió terrenos en Martin Coronado a Estudiantes, sin costo, por un lapso de 30 años. A Almagro, le dio por 10 años renovables el predio que es parte del “Campito de Ciudadela”, que ya tiene dos canchas de fútbol y todas las instalaciones construidas por un club que las ocupaba en el pasado. A J.J.Urquiza, le formalizó la entrega del polideportivo de barrio Libertador (que ya estaba ocupando sobre tierras del CEAMSE) por 99 años.
Los terrenos fiscales cedidos gratuitamente a los clubes tienen por destino un uso meramente lucrativo, ya que no brindan ningún servicio gratuitamente, pero esta práctica está completamente naturalizada. La adquisición gratuita permite abaratar los costos y maximiza las ganancias de las burocracias enquistadas en los clubes, completamente vinculadas al poder político, mientras el valor del suelo se encarece y arrecia la crisis de la vivienda.
