“Política Obrera va a hacer de la cuestión de la reforma laboral y de la denuncia de la precarización un poderoso eje de su campaña”

Discurso pronunciado por Marcelo Ramal, candidato a presidente de la Nación, en la presentación de listas de Política Obrera, 14/7/2023.

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Compañeras y compañeros: quiero abrir este acto saludando la extraordinaria lucha y rebelión del pueblo de Jujuy contra la reforma reaccionaria de Gerardo Morales, el Estado policial de Gerardo Morales y la tentativa de quebrar la acción de los obreros, maestros, pueblos originarios de Jujuy, que sigue siendo enfrentada en las calles, en los pueblos y en toda la geografía de la provincia de Jujuy. Lo que está ocurriendo en Jujuy, compañeros, es una extraordinaria prueba de fuerza. Hace dos semanas atrás, cuando empezamos a ver spots de campaña electoral, aparecía uno de Gerardo Morales mostrando las calles, mostrando la represión y diciendo “con esta reforma constitucional puse un artículo, un punto en la reforma y se terminaron los piquetes”. Gobernador Morales: ¡la vida, la realidad, la lucha obrera es mucho más profunda y complicada que los spots de campaña! Hoy tenemos presente, incluso con la reforma sancionada, un movimiento que no cesa, que está presente en huelgas que se continúan y se desarrollan, porque hace quince días atrás el movimiento estaba concentrado en los maestros, en los trabajadores de la salud, en los pueblos originarios: ¡ahora comenzó una huelga general de Aguilar! También por salarios, también por condiciones de trabajo. Esta es la realidad a la que tenemos que mirar con toda atención, con todo el foco y esta es la ruta que mira Política Obrera, en la campaña electoral sí, por supuesto, porque hoy estamos en campaña, pero en un sentido más amplio, respecto de la vigencia y de la acción de la clase obrera en medio de una crisis histórica en la Argentina y en el mundo.

Miren: las listas electorales cerraron hace diez días más o menos y, cuando cerraron, al lunes siguiente las acciones de la Bolsa, los títulos de la deuda pública, parecían levantarse quién sabe hasta dónde, festejaban la suba de las acciones en Nueva York y bueno, había distintas explicaciones. Algunas, que tenían que ver con una coyuntura momentánea internacional, pero había algo en lo cual todos los analistas coincidían: lo que pasa es que, al cierre de la inscripción de listas, los cuatro candidatos principales, los cuatro jinetes del ajuste son naturalmente gente “promercado”. “La situación argentina está garantizada” decían los financistas, los especuladores, los capitalistas. “Ahí tienen a los cuatro, ahí tienen el arco libre, sin arquero, todo para ustedes” y, quince días después, el sistema financiero tiembla, el dólar se va para arriba, la incertidumbre económica vuelve a ganar el lugar. Resulta que los cuatro jinetes que le daban un cheque seguro a la estabilidad de los capitalistas no pueden ofrecer ninguna garantía. Y esto muestra indudablemente el volcán donde tiene lugar esta campaña electoral. Hoy lo que se discute, naturalmente, es si este gobierno con un candidato, el ministro de Economía “colocado” por el Fondo Monetario, afín a Washington, que el Fondo Monetario pidió “pongan a este, es el que venimos discutiendo, con él nos llevamos bien, no queremos otros candidatos, bah, si quieren pongan por ahí una segunda marca para la gilada, pero el candidato, el candidato es este, es Massa”, bueno, ahí lo tienen, está ahí y el acuerdo con el FMI no se logra cerrar. ¿Y por qué no se logra cerrar? Porque el Fondo Monetario le dice “mirá, yo no te voy a dar los dólares para que los patines ahora en quince días, si te tengo que adelantar y, por lo tanto, si querés ese dinero, vas a tener que devaluar en plenas PASO, en plena campaña electoral”. ¿Y qué es lo que piensan Massa y el gobierno? “Si devaluamos, tenemos en puerta no solamente acentuar una debacle electoral, sino instalar el escenario de una hiperinflación, de un desmadre económico y… el escenario de Jujuy”. Entonces, piensen ustedes en este país donde a la hora del cierre de las listas electorales todos celebran a “Los Cuatro Jinetes del Ajuste” resulta que… “Los Cuatro Jinetes del Ajuste” no pueden dormir, porque la pesadilla de este país continúa siendo su clase obrera, su acción y su rechazo visceral a cargar sobre sus espaldas con la crisis de una bancarrota una vez más generada por la clase capitalista.

Compañeras, compañeros: una campaña electoral como tribuna política para los trabajadores, para los socialistas, es la oportunidad de un balance riguroso de la política del capital y de las cuestiones que enfrentamos hoy. Compañeras, compañeros, pocas veces en la Argentina tuvo lugar una operación de rescate de la clase capitalista del alcance que tuvo la que operó bajo este gobierno, antes Frente de Todos, ahora Unión Patriótica. Tuvimos una pandemia, sí, ¿fue la pandemia el escenario de un rescate de la salud, de sus trabajadores, de los enfermeros? No. Trabajaron como bestias y luego muchísimos de ellos fueron despedidos. Mientras tanto, ¡3 de cada 4 pesos que emitió el Estado bajo la pandemia fueron a rescatar a las corporaciones capitalistas! Con subsidios, con exenciones, con dinero para que paguen sueldos, mientras ellos remitían sus recursos al exterior. En dos años, la clase capitalista argentina se llevó 40.000 millones de dólares del Banco Central y, en el superávit histórico de balanza comercial que tuvo la Argentina, tuvimos el vaciamiento de reservas internacionales más intenso que podíamos haber conocido. ¿Qué podemos decir del actual candidato, de Sergio Massa? Asume en medio de esta quiebra y hace lo siguiente: lo poco que queda en la olla vamos a seguir reasignándoselo a la clase capitalista. Dólar especial para los exportadores, dólar barato para los importadores, emisión desenfrenada de moneda para mantener arriba el valor de la deuda pública argentina, es decir, para salvar a los especuladores de la deuda. El resultado, el balance de este proceso es muy claro. De un lado, empresas, corporaciones capitalistas que celebran ganancias extraordinarias cosechadas gracias a la inflación, gracias al aumento de los precios, gracias a la indexación de las tarifas, gracias a la indexación de los intereses. Del otro lado, compañeros, hoy, como salió incluso en el diario, 42 % de los trabajadores argentinos están precarizados. La clase obrera argentina ha soportado en este periodo un proceso de liquidación, de remate de conquistas sociales históricas; no solo el derecho al trabajo, sino el derecho al trabajo con convenio, con salario, con estabilidad laboral. Entonces, a la luz de esta realidad, cuando llega la campaña electoral uno dice ¿dónde se sientan acusados y acusadores, víctimas y victimarios, de cara a esta crisis? ¿Escuchamos en la campaña electoral algún señalamiento, alguna observación respecto de los beneficios acumulados por el gran capital? No. La agenda de la campaña electoral es esencialmente una agenda de guerra contra la clase obrera, en todos los planos. La cuestión de la reforma laboral se ha instalado con una fuerza inusitada. Quieren eliminar la indemnización por despido. Fíjense ustedes en lo siguiente: el contrato de trabajo es un contrato más de la sociedad, un contrato entre el capitalista y aquel que solo tiene su fuerza de trabajo para vender. En todos los demás contratos que firman compradores y vendedores, propietarios e inquilinos, proveedores y vendedores, cuando alguien interrumpe el contrato súbitamente cobra un resarcimiento. La clase capitalista, sus partidos, Larreta, Bullrich, Massa, quieren eliminar ese derecho ¡solo para los trabajadores! El trabajador sería el único sujeto que, en este país, si le terminan un contrato, chau, andate, te vas a tu casa sin nada. En segundo lugar, aumentar el período de prueba. Hoy el período de prueba en las fábricas ya es una excusa indigna para hacer rotar a trabajadores de seis meses en seis meses; ahora lo quieren llevar a un año. ¿Qué significa esto? Establecer una especie de “puerta giratoria”. ¿Se acuerdan de cuando hablaban de la “puerta giratoria” de la Justicia? No: la “puerta giratoria” de las fábricas, para que la patronal se deshaga de aquellos compañeros cuya salud ha sido destruida, desgastada en años de fábrica y ser remplazados por otros, hasta que esos otros también sean desgastados y destruidos, porque además pretenden terminar con eso que llaman “la industria del juicio”. Es un término extraordinario. Es decir, una patronal actúa en forma indecorosa al interior de una fábrica, permite que los trabajadores se mutilen los dedos, no paga los aportes previsionales, entonces alguien les inicia un juicio. “Industria del juicio”. Digo, ¿por qué no hablan de industria cuando una mujer apela a la justicia frente a la violencia, o un crimen, “la industria del femicidio”? cualquiera que escuchara esto se horrorizaría y, sin embargo, quiere instalarse la idea de que las infracciones patronales al derecho al trabajo constituyen algo así como un negociado, un operativo económico. No es solo una reforma laboral: ¡es una contrarrevolución social y laboral al interior de las fábricas! Política Obrera va a hacer de la cuestión de la reforma laboral y de la denuncia de la precarización un poderoso eje de su campaña. Vamos a ir a las fábricas, a todos los lugares de trabajo a señalar que queremos terminar con la precarización. Luchamos por la jornada de 6 horas, con un salario igual costo de la canasta familiar formado por el salario verdadero y no por las indignas cláusulas de productividad, que arman un régimen de extorsión permanente sobre el trabajador.

Compañeras, compañeros: yo nombré a Morales, a Bullrich. ¿Massa no está en la reforma laboral? Fíjense en lo siguiente: en las noticias que vemos ahora sobre todo este debate de la reforma laboral, apareció un nuevo bailarín sobre la pista, la CGT. Está discutiendo, está negociando la cuestión. El argumento ya lo conocemos: como se viene la maroma, entreguemos algo para que no vengan por todo, ¿no es cierto? El clásico pretexto para comenzar a renunciar a todas las conquistas de los trabajadores. Y ¿con quién se reunió Massa, días atrás? Con la CGT. Es indudable que está circulando un entendimiento de fondo sobre esta cuestión y, naturalmente, el arquitecto, el titiritero central es el Fondo Monetario Internacional, cuyo planteo sobre esto es bien conocido; bueno, ahora vemos con la devaluación, con esto otro, cómo manejamos las cosas, pero de cara al próximo gobierno reformas de fondo. Reforma laboral, reforma previsional y el hombre del FMI es Massa. Entonces, es indudable que detrás de este escenario de peles, chicanas, que recorren el escenario político, hay un compromiso de fondo en la línea de aplicar esto que es difícil llamarlo de alguna manera. Yo lo podría llamar ajuste sobre el ajuste. Es decir que en un país y en una clase obrera brutalmente golpeada, como lo que ha ocurrido en estos años, intentar una reorganización social antiobrera y reaccionaria nuevamente contra la clase obrera. Y entonces acá reaparece lo que dije al comienzo: el escenario de Jujuy, que también es el escenario de Salta, frente a la huelga general que decretaron sus maestros, y el que vemos en muchísimos distritos del país frente a huelgas obreras. Lo veo acá a Mariano, nuestro candidato a intendente en La Matanza, animador de la lucha, del movimiento antiburocrático en la provincia de Buenos Aires que ha impuesto paros extraordinarios. Pero me quiero detener, compañeros, en cuando hablé de la CGT y dije esto de que ceden la reforma laboral con el pretexto de que se viene la Bullrich y toda esta cuestión. Tenemos que estar muy atentos a la operación política, al operativo que se está urdiendo en torno a esta próxima campaña electoral. A ver, los que levantan el espantapájaros de Bullrich, de Milei, de Morales, del propio Larreta, sin duda elementos antiobreros, reaccionarios, enemigos de los trabajadores; los que desde el gobierno levantan el fantasma de todos ellos: ¿están realmente preocupados o interesados en terminar con esta ola derechista o fascistizante? En el tema de Jujuy, Morales, que tiene poderosos amigos en el gobierno, lo único que sentimos es alguna chicana judicial, algún canal oficial sacando videos. No pasa ninguna otra cosa. Para los que gobiernan, para Massa, para esta flamante Unión Patriótica, el derechismo es simplemente el pretexto para tratar de enchufarle a los trabajadores el programa reaccionario, antiobrero, proreforma laboral que está en las manos del propio Sergio Massa. A ver, el otro día lo escuchamos hablando contra Bullrich; decía “yo la denuncio porque quiere ajuste con represión”; ahora, en Salta, hace un mes un socio directo del gobierno y particularmente de Massa, el gobernador Gustavo Sáenz, reprimió y encarceló maestros en una huelga general docente. ¿Cuál es la autoridad de Massa para invocar o advertir, frente al derechismo de Bullrich, cuando él hizo campañas electorales, por ejemplo, en el año 2015, levantando la bandera de la “tolerancia cero” y pavoneándose con que estaba asesorado en materia de seguridad por el alcalde fascistoide Giuliani, de Nueva York? El Fondo Monetario le ha colocado el candidato a los “nacionales y populares” y los “nacionales y populares” están utilizando el palabrerío y la retórica para tratar de hacerle tragar a su electorado la candidatura intragable y, encima, probablemente perdidosa de Sergio Massa. A ese compañero, a ese trabajador que quiere ser sometido a una operación política indigna nosotros le decimos: compañera, compañero, ¡votá por tus derechos, votá por tu perspectiva social y política, votá por Política Obrera, para que en la campaña electoral tu lucha por el salario y el derecho al trabajo tenga una apoyatura verdadera y no imposturas!

Compañeros: cuando yo mencionaba recién despidos sin derecho a reclamar, trabajo sin derecho a denunciar siquiera infracciones laborales, rotación permanente, estamos hablando de una barbarie. Estamos hablando de un intento por liquidar física y moralmente a la clase obrera, y el tema de la barbarie y el tema de la degradación a la cual el régimen capitalista quiere someter a la humanidad trabajadora tiene una inmensa proyección. La tiene de un modo político general y la debe tener en la propia campaña. Estamos frente a una crisis mundial que, concentrada en la cuestión de la guerra, de una guerra imperialista, de una guerra largamente preparada por la OTAN con el propósito de extender su área de influencia y asegurar el dominio directo de las potencias imperialistas sobre la geografía de la ex Unión Soviética y sobre la propia Rusia y que, del otro lado, enfrenta a una camarilla también nutrida de intereses capitalistas -la oligarquía que dirige Putin-, esa guerra, como toda guerra imperialista, es también la expresión máxima de un escenario de liquidación de la clase obrera. En primer lugar, liquidación física por lo que deben dejar su vida en la masacre de la guerra; liquidación a través de hambrunas y de exilios, como lo que estamos viendo ahora en África, en Asia, en distintos lugares, que padecen pavorosas crisis alimentarias y, también, en el uso de la guerra para arremeter directamente contra los derechos de la clase obrera. Las guerras imperialistas han sido siempre el escenario de una agresión a la condición laboral de los obreros de las potencias involucradas en la guerra. Y esta vez no es la excepción. Ucrania, Zelenski, ha impuesto una reforma laboral con la excusa de la guerra. Una ley laboral de tiempos de guerra, que parece que la hubiera escrito en conexión con los reformadores de acá, porque el hilo conductor es muy claro: el despido en cualquier momento, la posibilidad de desprenderse de trabajadores, prohibir las protestas, naturalmente. Entonces, en este escenario de la Argentina de barbarie laboral y en la barbarie de la guerra hay, como hilo conductor, esta orientación de agresión sistemática a la humanidad trabajadora, que se completa con un elemento que también integra poderosamente nuestra campaña y que, seguramente, mi compañera Patricia va a tocar enseguida, que es la liquidación del hábitat, del medio ambiente que envuelve a la sociedad humana. Entonces esto explica consignas y planteos que hemos pensado y hemos discutido largamente, pero que responden a esta realidad: ¡nuestras vidas, primero! ¡La humanidad, primero! ¡Los trabajadores, primero! Esta es la forma que hemos encontrado para sintetizar otro de los ejes centrales que queremos desarrollar, que es la lucha contra la guerra imperialista: ¡por el cese inmediato del fuego, por la derrota de las potencias imperialistas que promueven la guerra a través de la lucha por un gobierno de trabajadores en todo el mundo!

Compañeras, compañeros, probablemente esta presentación que hicimos hasta ahora sea suficiente para entender por qué Política Obrera tiene una fisonomía peculiar, inconfundible, en el escenario de esta campaña electoral y naturalmente en el seno de la izquierda. ¿Han escuchado ustedes no sé, intervenciones, spots o actos, presentación de programas, en el que dirigentes de izquierda coloquen de este modo la cuestión de la guerra y de este modo la crisis civilizatoria que el capital pretende descargar sobre la clase obrera? Yo, por lo menos, no, no lo escuché. Ocultan la cuestión de la guerra imperialista, en primer lugar, porque no quieren ni pueden desenvolver un análisis riguroso, despiadado, revolucionario, de este escenario catastrófico al cual el capitalismo está sometiendo al conjunto de la masa trabajadora. Pero además en sus propias filas, en sus propias listas electorales, albergan partidos que apoyan a la OTAN en el escenario de la guerra. El argumento de la autonomía ucraniana ha servido para que incluso en la Argentina se hagan colectas, cuando es muy claro que cualquier causa nacional, en el escenario de esta guerra imperialista, está absolutamente subsumida por el carácter imperialista de esta guerra. Política Obrera distingue y establece en su campaña electoral una lucha muy clara contra la guerra como parte de un planteo socialista y como parte de un planteo internacionalista.

Compañeras y compañeros: hoy, exactamente, comenzamos una campaña de un mes. Como se señaló acá, tenemos listas electorales en los lugares más importantes de la estratégica provincia de Buenos Aires, vamos a intervenir en el conjunto del escenario electoral del país, en la campaña nacional presidencial y, a la luz de esta caracterización y de estos propósitos, tenemos que ver a esta campaña como una gran oportunidad para despertar el interés de los elementos más activos, más avanzados de la clase trabajadora, aquellos que están palpitando en este momentos las luchas, sí, pero también una enorme inquietud política por el impasse que los partidos capitalistas muestran ante lo que está ocurriendo. Miren, hablábamos de las operaciones políticas, de los cucos que se levantan para tratar de que los trabajadores no levantemos un planteo independiente. Levantaron el fantasma, que no nombré hasta ahora, de Javier Milei; hasta libros se escribieron para hablar de la “derechización” de la sociedad. Resulta que muchos de los que votan a Javier Milei ni siquiera conocen cabalmente sus planteos y, simplemente, forman parte de una masa que se encuentra en parte en un desconcierto y en parte en una búsqueda política en la Argentina y en el mundo. Compañeras, compañeros: en Jujuy votaron a Morales sólidamente y dos meses después tenemos una rebelión popular. en Salta lo votaron a Sáenz: ¡a las 48 horas había una huelga general, una movilización de cuarenta mil personas! La Francia del derechista Macron tiene las calles ocupadas por los jóvenes rebelados. No podemos confundir la inmensa volatilidad, la búsqueda de una salida de masas, de jóvenes, de obreros, que buscan un rumbo y un futuro, con la derechización o el fascismo. No hay acá ningún movimiento de masas en favor de estos esperpentos que hacen spots en favor de la reforma laboral. Hay que dirigirse a todos los que nos dicen no queremos votar, no queremos ir, estamos desalentados, nos quedamos en casa ese día y decirle “Compañera, compañero: tenés muchas razones para esa conducta, pero en el planteo que te estamos haciendo, en la perspectiva que te estamos abriendo, creemos que podés encontrar el motivo para que el domingo a las 9 de la mañana busques la boleta de Política Obrera y asegures un voto en defensa de tu futuro y de tus propios intereses”.

Compañeras y compañeros: esta campaña ha sido durísima para nosotros. Con enorme esfuerzo pusimos un partido nacional. Hemos reunido 27.000 afiliados en todo el país. Hemos vencido distintos obstáculos y cada uno de esos obstáculos ha sido, sin embargo, la excusa para un desarrollo político. Nos propusimos llegar a un conjunto de distritos, por ejemplo, del Gran Buenos Aires, y hoy hemos construido verdaderos núcleos de partido o, al menos, el principio de núcleos de partido, en muchos de esos distritos. Las campañas electorales, cada día están más aferradas, más subordinadas al poder del dinero, de las burocracias electorales; verdaderas maquinarias lucran con esto. Nosotros estamos poniendo una campaña electoral en marcha y naturalmente sin esos recursos. Pero ¿saben una cosa? Esas maquinarias electorales no valen nada. Ninguna gigantografía, ninguna bravuconada mediática, ningún afiche bonito va a remplazar a la convicción política de las ideas. La fuerza de la historia es más fuerte que cualquier aparato y tenemos que ir a esta campaña electoral envueltos en esa convicción. Una reunión en un distrito con cinco compañeros, con seis obreros, con diez maestras, es un peldaño extraordinario, que venga el que quiera, el que quiera llevar adelante una tarea. Lo mismo en los barrios: formar comités de apoyo, hacer del inmenso trabajo de difusión, del reparto de nuestra boleta, luego, de la fiscalización, una tarea de reagrupamiento, de reorganización de una vanguardia obrera, socialista. Esa es la tarea que tenemos por delante. Y el primer objetivo es muy claro, es muy concreto: en esta maraña de trabas las más grandes de todas son las propias PASO. Finalmente, estamos inmersos en esta campaña para ganarnos el derecho a intervenir en la verdadera campaña electoral, la que se va a jugar después en octubre y, entonces, ahora queremos avanzar en ese paso. A todos estos compañeros, a todos los que nos vamos a dirigir hay que decirles con claridad: si todo esto que estamos señalando pensás que merece, en primer lugar, merece resonar y estar presente en la lucha política de la elección general, en medio de esta crisis nacional inmensa, ¡votanos en las PASO! Esto tenemos que explicarlo y llevarlo, naturalmente, a todos lados y llevarlo al conjunto del país. Ya nos ganamos el derecho a participar en esta tribuna, la tribuna de las PASO, y tenemos que ir naturalmente a esa batalla posterior, que es la batalla de las elecciones y yo les aseguro que si, con toda la dificultad que implica, podemos superar la traba de las PASO, el debate de la elección nacional queda polarizado entre Política Obrera y “los cuatro del Apocalipsis”. Compañeras, compañeros, para terminar: me preguntaron hace poco en un programa de televisión… un periodista que no tiene pelo, pero que tiene mañas porque al poco tiempo se fue del canal, se fue de Crónica a América 24, o sea que pienso que fue para mejor, me preguntó cuándo, en qué país, se habían cumplido, se habían dado las cosas que nosotros planteábamos. Y después, de vez en cuando, algún periodista fastidiado siempre lo dice. Yo le dije lo siguiente a este muchacho: ¿en qué país, en qué época? ¡En todos los países y en todas las épocas! Nosotros somos parte del movimiento histórico de oprimidos, de trabajadores que llevó adelante y empujó ¡todas las batallas emancipatorias de la Historia! ¡Nosotros somos parte del movimiento que escribía cartas a los patrones a principios del siglo diecinueve por sus reivindicaciones, que conquistó las 8 horas muchos años después, que llevó adelante la Comuna de París, que protagonizó revoluciones obreras victoriosas, luego usurpadas, como siempre la historia transcurre contradictoria, dura! ¡En nombre de ese movimiento y de la gran lucha que debe dar la clase obrera, que es construir su propio partido, vamos a este mes con todo!

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