Justicia por Verónica Aban

Escribe Carlos Villarroel

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El pasado 17 de julio, en la localidad bonaerense de Hilario Ascasubi, partido de Villarino, dieron muerte violentamente a Verónica Aban. A más de una semana la investigación está empantanada, y se maneja con hermetismo, no hay detenidos, sólo trascendió que habría dos sospechosos.

A Verónica la encontró sin vida, cerca del medio día del Martes 18, un familiar que se dirigió hasta su vivienda ante la preocupación que generó que la víctima no se presentara a su lugar de trabajo. El crimen tuvo lugar en la casa en construcción de la víctima, situada en la calle 16 entre 21 y 23.

Las primeras investigaciones determinaron que los accesos a la casa no presentaban signos de violencia, tampoco faltaban elementos personales. descartando la posibilidad de un robo. En la escena del crimen, el médico de Policía constató lesiones por defensa en el cuerpo de la víctima, con signos de estrangulamiento, a simple vista (examen visual) Verónica presentaba lesiones compatibles con asfixia mecánica en su boca y cuello. y restos de piel humana debajo de las uñas de sus manos. Frente a la barbarie del hecho, Olga Aban, hermana de Verónica hizo declaraciones en su perfil de Facebook exigiendo justicia para su hermana y realizaron una multitudinaria movilización por la localidad.

La causa se investiga como femicidio y está a cargo del fiscal Jorge Viego, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5, especializada en homicidios del Departamento Judicial Bahía Blanca; del ayudante fiscal de Villarino, Ariel García Dimas; y su auxiliar letrado Nicolás Paggi. Hasta el día de la fecha no hay detenidos. En el medio nacional Infobae.com aseguran que el apuntado como principal sospechoso es un efectivo de la policía bonaerense. “los investigadores apuntaron a que podría tratarse de la pareja de Aban, cuya identidad permanece reservada. Se conoció que es parte de la Policía Bonaerense y que cumple sus funciones en el Conurbano”. Infobae.com 20.07.23.

El empantanamiento en la investigación no se produce como consecuencia de limitantes de insumos investigativos o faltas de prueba -fuentes policiales se lamentaron que en la zona no haya cámaras de seguridad-; ocurre que la lentitud en la investigación, “tiempos de la justicia”, representa un enorme beneficio para garantizar la impunidad del criminal y desviar la responsabilidad que le compete al Estado. Es sabido que los primeros instantes posteriores al hallazgo de un cuerpo son determinantes por la enorme cantidad de información que se puede extraer del escenario del crimen, siempre y cuando la misma no sea contaminada intencionalmente.

Hace menos de un año la ciudad de Bahía Blanca se vio conmocionada por la brutalidad con la que un soldado de 23 años trasladó el cuerpo de su pareja hasta el entubado donde la arrojó luego de asesinarla. En junio del corriente año un policía bonaerense (con antecedentes por violencia familiar) asesinó a su expareja y a su hermana en las afueras de La Plata. Los casos de violencia hacia las mujeres, los femicidios e intentos de femicidio crecen a diario. Las políticas estatales de género representan una estafa para el conjunto de los trabajadores del país. Según distintos organismos que desarrollan estadísticas sobre violencia de género, es cada vez mayor la cantidad de casos donde el femicida es un agente de las fuerzas de seguridad del Estado. Todo el aparato estatal es una enorme maquinaria que somete a la violencia cotidiana a las familias trabajadoras y doblemente lo hace con las mujeres. frente a las denuncias de abuso y violencia la mujer atraviesa un tortuoso camino que muchas veces conduce a la deserción de la denunciante por el agotamiento que produce; un porcentaje muy alto de las víctimas de femicidio habían presentado denuncias previas contra su agresor en comisarías y dependencias correspondientes. Las políticas de los distintos gobiernos no han hecho más que profundizar la violencia y la degradación social. Las exigencias del capital y el lucro privado se imponen ante la precarización de la vida en toda dimensión.

Frente a la barbarie que atraviesa a las familias trabajadoras no existe ley o declaración de emergencia que sirva para frenar la descomposición social. Se impone tomar la iniciativa, rodear de solidaridad a las víctimas y familiares de violencia de género, y abrir una amplia deliberación sobre las tareas inmediatas para garantizar condiciones de vida dignas y recursos necesarios para afrontar la creciente violencia hacia las mujeres.

La lucha para exigir justicia para Veronica es una lucha en defensa de condiciones de vida. Justicia para Verónica Aban! El Estado es responsable.

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