22 de abril: paro nacional e internacional de los repartidores

Escribe Corresponsal

Contra la ultraexplotación, por la vida y la salud.

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Se encuentra en marcha la convocatoria a un paro internacional de repartidores para el próximo 22 de abril. Este paro representa nuevo un paso con relación a medidas de fuerza ya adoptadas en diferentes lugares. En diciembre pasado, tuvo lugar un paro en Mar del Plata. El 5 de abril pasado, se produjo una medida similar en Guatemala, ya bajo la crisis del coronavirus.

El reclamo del paro del próximo 22 de abril es por un 100% de aumento y elementos de seguridad e higiene. En el marco de la pandemia, con la agudización de las ya pésimas condiciones de trabajo, el movimiento está recorriendo una experiencia inédita y se amplía día a día. Los activistas discuten reforzar su organización en asambleas (virtuales por ahora) para establecer un programa integral de los trabajadores de reparto, y discutir una continuidad de la lucha planteada. En los últimos años creció enormemente el trabajo a través de plataformas digitales. Entre las de mayor desarrollo se encuentran las de reparto, que emplean grandes masas de fuerza laboral entre la juventud. Estos trabajos se realizan en condiciones de precariedad y, en general, a destajo -se cobra por viaje realizado. Los jóvenes arriesgan sus vidas vida frente a un posible accidente de tránsito completamente desguarnecidos.

La pandemia ha venido a profundizar esta situación de precariedad, e impone nuevas condiciones a la organización. Los trabajadores de reparto desarrollan su actividad bajo una relación de dependencia encubierta con las empresas. Entre los eufemismos que esgrimen las patronales está el de ser “colaboradores” y “emprendedores”, mientras, a través de la aplicación, suspenden, sancionan, o bajan la prioridad de viajes a su antojo. En las condiciones actuale, se agrega que el costo de los materiales de seguridad queda a cargo del trabajador. Es el caso del uso de barbijos, so pena de recibir multas personales. Algunas empresas venían entregando un "bono" para el mantenimiento de la bicicleta o moto, pero está por detrás de lo necesario. Actualmente, los gastos operativos de cada trabajador aumentan como consecuencia de la pandemia y las disposiciones estatales.

Las patronales, amparándose en la precariedad, presionan para salir a trabajar desprovistos de todo tipo de protección, transformando las cuarentenas de diferentes gobiernos en su contrario -un relajo. Por las características de la actividad, no solo se expone la salud del trabajador sino también la de cualquier cliente, ya que, circulando permanentemente, los repartidadores, son además de susceptibles de enfermarse y convertirse en vector de contagio. Esta modalidad de trabajo explotadora y antiobrera, cuenta con complicidad del estado, que auspicia estas formas de “nueva economía”. Asambleas para discutir cómo seguimos.

Para terminar con la relación de dependencia encubierta, es necesario plantear la lucha por un convenio en regla: ingreso base, que debería cubrir el costo de una canasta familiar por una jornada completa de trabajo; ART, vacaciones, aguinaldo, y plus por zona desfavorable, entre otras reivindicaciones. Ni que hablar del costo de internación y medicamentos en caso de accidente.

Los protocolos de salubridad de las patronales son deficientes, descargan su costo sobre el trabajador y en algunos casos ni siquiera son respetados por los mismos que los dictan. Por este motivo es fundamental que sean los propios trabajadores quienes elaboren un protocolo acorde a sus necesidades.

Difundamos y organicemos el paro de este 22; pongamos en pie un programa integral para que esta lucha de los repartidores tenga una continuidad.

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