Los docentes de Córdoba frente a la cuarentena

Escribe Ángel Villa

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Los efectos de las extenuantes jornadas laborales de la docencia ya se hacen sentir. Dolores cervicales y problemas en la columna son las secuelas de horas y horas frente a las computadoras, tratando de reemplazar, con un enorme esfuerzo, lo que el estado ha decidido no hacer, es decir, brindar las herramientas para que las dificultades de las clases virtuales resulten lo menos traumáticas posibles para docentes y alumnos.

Zulema Miretti, de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), señaló a Perfil Córdoba que “Debe quedar claro que, pese a la crisis, no somos los trabajadores los que debemos perder derechos o resignar ingresos. No vamos a aceptar ningún tipo de flexibilización ni recorte salarial. Los trabajadores hemos sufrido una fuerte transformación en nuestras tareas. En el caso de los docentes, el paso a la enseñanza virtual de manera abrupta y total hace que los compañeros deban trabajar muchas más horas de las habituales y se enfrenten a desafíos muy grandes que no son recompensados desde el punto de vista salarial”. Ahora bien, ¿cuáles son las medidas de lucha que propone la dirigente gremial? Ninguna.

Es que UEPC, que viene de firmar una paritaria en medio de la cuarentena que fue repudiada por la docencia, está dejando pasar sin el menor chistido el enorme reclamo de los docentes por la situación agobiante por la que atraviesan. Con los actos públicos suspendidos y miles de docentes que no han podido tomar horas o cargos, la situación tiende a agravarse considerablemente. Más aún cuando los docentes que se quedaron sin trabajar son rechazados por el Ingreso Familiar de Emergencia por el solo hecho de estar anotado en los listados oficiales.

Más allá de las ambigüedades con las que responde el ministro nacional de educación cada vez que lo consultan sobre una posible vuelta a las clases, nadie espera que eso se produzca antes de agosto. Estamos frente a una situación insostenible por cuatro meses más.

La enorme cantidad de horas que deben dedicar los docentes en actividad, para tratar de sobrellevar las tareas, contrasta con la desocupación y con la subocupación de muchos otros.

Se empiezan a discutir la necesidad de la incorporación de los docentes sin horas para coordinar los trabajos con los docentes a cargos de cursos con más de 25 alumnos. Esta es una salida que da una respuesta de conjunto al problema y que empalma con el reclamo de los centros de estudiantes, motorizados por la UJS, que han empezado a reclamar sobre el reparto de netbooks y conectividad para todos los estudiantes que no cuenten con estos elementos básicos para seguir estudiando.

El desarrollo de “comités virtuales” para impulsar estas cuestiones se pone a la orden del día. Las últimas grandes luchas de los trabajadores de la educación, tanto en Salta como en Tucumán, fueron impulsadas, dirigidas y sostenidas por los docentes autoconvocados, que pasaron por encima a sus direcciones gremiales. Esa debe ser la perspectiva. Los “proyectos de ley” para exigir el pago a la docencia de un salario mínimo, presentada en la provincia por el PO oficial, olvida que los docentes tenemos un convenio colectivo que debería ser actualizado por inflación, parece olvidar también que la legislatura no se reúne más que para hacer los mandados de Schiaretti.

La crisis económica, social y laboral tras el levantamiento de las medidas de aislamiento y el agravamiento del paro de actividades sin precedentes que provocara, ya está siendo utilizada por las patronales y el gobierno para agitar la necesidad de rebajas salariales, pérdida de conquistas históricas, pago en cuotas o con bonos.

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