Docentes de Buenos Aires: necesitamos una huelga general autoconvocada por el salario

Escribe Emiliano Fabris

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En un reciente comunicado, el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) solicitó al gobierno de la provincia de Buenos Aires la convocatoria a la Comisión Técnica Salarial “activando la cláusula de monitoreo y revisión vigente en la paritaria”. Mencionan que el fundamento del pedido son los “ataques especulativos y desestabilización económica" causales de “los incrementos de los precios y el deterioro de nuestros salarios”.

Con esta política, lo que se hace es convalidar la “desestabilización económica” pero específicamente de los salarios y, más precisamente, su pulverización ante los recientes saltos inflacionarios. El esquema de pedidos, solicitudes, reuniones y espera de respuestas solo sirve para que los docentes atravesemos con salarios fijos los aumentos ya consagrados, con los cuales habrá una inflación mínima de dos dígitos solo en el mes de agosto. Toda la paritaria del 2023 ha tenido este objetivo diletante y, por sobre todo, de recauchutaje del salario mediante aumentos en cuotas con cifras no remunerativas, tanto de la paritaria nacional como de la provincial. El último salario inicial conformado en agosto se fijó en $200.000, muy por debajo de la canasta de pobreza. El propósito es mantener a rajatabla un mínimo de doble jornada para toda la docencia.

Según un reciente informe de del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), “el gremio que más perdió en el salario básico real entre julio de 2023 e igual mes de 2022 fue el de los Docentes, con una merma del 5,8 por ciento” (página12, 25/8). La docencia ya trabaja extensamente en un cuadro “semi-vocacional”, porque es remunerada en forma creciente mediante pagos en negro por el propio Estado.

El comunicado del FUDB apunta, por sobre todo, a un rescate político del gobierno responsable por los “ataques especulativos” con una devaluación del 20% el día posterior a las elecciones y todos los aumentos de precios de alimentos, alquileres y servicios que le continuaron. Una nueva negociación con el FMI apuntó claramente a poner un cepo a los aumentos de los salarios del sector público.

La burocracia ofrece un camino de derrota y de pulverización del salario. Lo explico en la TV el dirigente de la CTA y diputado Hugo Yasky: “un paro general le hace el juego a la derecha” (IP noticias). La burocracia extorsiona a una docencia para que abandone la lucha, la cual abonaría –dicen ellos- una victoria electoral de Milei y la derecha. La historia enseña que cuando la lucha merma o se abandona, avanzan los ataques a la clase obrera.

De todas formas, la docencia bonaerense hace rato que viene pasando de largo el maridaje de la burocracia kirchnerista con el gobierno de Fernández-Massa-Kicillof. Ha realizado varios paros generales docentes en el último tiempo, sin que estos fueran convocados por las conducciones burocráticas de los sindicatos docentes. La respuesta del gobierno fue los descuentos, faltas injustificadas y, recientemente en boca de Massa, un furibundo ataque al derecho a la huelga, uno de los puntales de toda la derecha en la reciente campaña de las PASO.

Por el contrario, en las escuelas, crece la inquietud y la disposición a retomar las medidas de lucha. En asamblea del SUTEBA Tigre se propuso mandato de lucha para la primera semana de septiembre –aunque no se votaron medidas en concreto. En la próxima semana tendrá lugar una asamblea general del SUTEBA Bahía Blanca. La lista Multicolor ha convocado un plenario virtual el 31 de agosto “para evaluar la continuidad de las medidas de lucha frente a la devaluación y la crisis social”. Una de las agrupaciones de la Multicolor ha informado que el 6 de septiembre habrá una “jornada nacional, con paros y movilizaciones” de la que serían parte distintos sindicatos docentes provinciales independientes de la burocracia. Los acuerdos de organizaciones por arriba sin la preparación o fuerza de una discusión por abajo repite un desgastado recurso de los aparatos del FITU para una figuración que, como se ha comprobado, estuvo al servicio de alimentar un “campo de disputas”. Lo demuestra también la continuada ausencia de llamar a preparar una huelga general cuando aumenta el ajuste en curso y todas las amenazas contra el salario, la educación pública y derechos laborales de parte de Massa, Bullrich y Milei. Siguen apareciendo, a su vez, “exigencias” a la burocracia sindical para que “salga a luchar”.

Es necesaria una enorme deliberación por abajo en torno a la necesidad de promover una lucha decidida por duplicar en forma inmediata los salarios, en camino a la canasta familiar por una única jornada escolar. Promovemos pronunciamientos, reuniones y asambleas docentes que tomen posición de lucha ante el escenario planteado. Nuestra corriente trabaja por que cada movilización y acción apunte a construir una huelga general que le ponga un freno al mega ajuste al salario y sea un factor de lucha contra los derechistas fascistoides.

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