El Polo Obrero (T) organiza ollas populares

Escribe El Be

Lanzamos campaña por donaciones.

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Una ola de luchas y huelgas obreras emergen en todo el mundo como respuesta a las políticas estatales ante la pandemia. Desde Medellín a París, de Nueva York a Lombardía, de Montevideo a Chiloé, las protestas se suceden a pesar de la amenaza del coronavirus. Y es que a la destrucción de los sistemas de salud y la falta de protocolos sanitarios se le agrega otra amenaza que acompaña a la de la pandemia: la del hambre y los despidos masivos. En nuestro país se expresa en la lucha que libran los trabajadores de la salud que denuncian la falta de presupuesto y recursos; en las luchas por salarios y condiciones laborales de los trabajadores del transporte, de la alimentación, de comercio, de la carne, de metalúrgicos, del neumático, del reparto, y varios más. Sólo la lucha de los trabajadores puede garantizar la vida y la salud de la población.

Los desocupados y trabajadores precarizados son el sector más golpeado por esta crisis. Miles de hogares se han quedado sin ningún tipo de ingreso. Las patronales de los trabajadores textiles, de la construcción o de trabajadoras domésticas, rubros con enorme porcentaje de trabajo en negro, han suspendido gran parte de sus trabajadores precarizados sin garantizarles su sueldo. La lucha por el plato de comida se ha vuelto una travesía diaria en los barrios más pobres, donde miles de desocupados recorren comedores y realizan largas filas para poder alimentarse, y muchas veces no lo consiguen porque la comida escasea.

El escándalo de sobreprecios en Desarrollo Social de Nación ha paralizado la entrega de alimentos en todos los barrios. El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (involucrado, a su vez, en el escándalo de sobreprecios de barbijos) y las intendencias argumentan que no tienen presupuesto para aumentar las raciones de los comedores ni para subsidiar a los que funcionan a pulmón. El gobierno postergó para mayo el cobro del Ingreso Familiar de Emergencia, mientras millones de rechazados siguen peleando por acceder al subsidio. Los $10.000 del IFE, es evidente, quedan muy por detrás de la escalada de precios.

Los desocupados han comenzado a organizarse en sus barrios para abrir comedores populares con donaciones y aportes de los vecinos. Con ellos, las compañeras y compañeros de la Tendencia del Polo Obrero comenzaron a poner en pie ollas populares en los locales para enfrentar el hambre y la falta de respuestas del Estado. Estas ollas populares han tenido un desarrollo extraordinario. Cientos de vecinos se acercan a los locales cada día para retirar un plato de comida.

Más de 400 raciones se reparten por día entre merendero y cena en el local de la Villa 31, sólo gracias a la solidaridad y unión de los trabajadores y vecinos que realizan donaciones diarias.

En la villa 1-11-14 las compañeras de la asamblea del Polo Obrero Tendencia han puesto una olla popular a pulmón y tiene el objetivo de poner otra más en otra parte del barrio. Lo mismo se está haciendo en otros puntos de la Capital y del país. Pero las ollas se vacían rápido. Cientos de desocupados van a retirar y otros tantos se quedan sin su ración. Por eso reclamamos que el Estado subsidie todos los comedores que están funcionando y aumente las raciones, como así también que entregue los elementos de seguridad e higiene necesarios para evitar que se propaguen los contagios.

En este cuadro, desde la Tendencia del Partido Obrero lanzamos una gran campaña nacional por aportes y donaciones para las ollas populares que se están abriendo en los barrios más pobres del país y donde las familias trabajadoras se han visto más golpeadas por esta crisis. El aporte solidario a las ollas populares es un aliciente para la organización de la clase obrera precarizada y desocupada que se congrega en los comedores y delibera en comités barriales.

Reclamamos al Estado que reinicie las entregas de mercadería y productos de higiene y que convoque a los vecinos para organizar un plan de comedores subsidiados por el Estado, acorde a las necesidades de cada barrio. Es imprescindible un subsidio universal al desocupado, sin restricciones, igual a un salario mínimo. Reclamamos la realización de testeos masivos en los barrios.

Mientras se desarrolla la lucha y organización de la clase obrera en el país y en el mundo, los desocupados usan su creatividad y sus recursos para poder poner en pie un movimiento que permita pelear por estas reivindicaciones. Los aportes, las donaciones y las ollas populares tienen un programa. Pongamos en pie esta gran campaña nacional por una salida obrera a la crisis.

Contacto: polotendencia@gmail.com

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