El ‘estallido social’, el espanto de los candidatos y las patronales

Escribe Comité Editorial

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La proclama que difundió la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el nucleamiento de la gran-gran burguesía argentina, frente a los comicios generales, no pierde el tiempo en detalles. Su primera recomendación es la “preservación de las instituciones, y en particular, de nuestra Corte Suprema”. En vísperas de la elección de un nuevo Ejecutivo, los jefes capitalistas reclaman cuidar al poder del Estado. Advierten que la envergadura del impasse capitalista y su poder para crear un situación prerrevolucionaria, podría llevar a la declaración de “un estado de excepción”. El próximo parlamento estará extremadamente fragmentado, lo que obligaría a un gobierno por decreto; Milei advirtió que recurriría al plebiscito para sancionar las leyes. El peronismo se encuentra en estado de disolución, cuando no pactando con Milei.

Las ‘propuestas’ de los candidatos son juzgadas ‘extremas’: dolarización, circulación legal de divisas extranjeras, mega devaluación. Unos 150 economistas, que responden a una variada clientela de patronales, decidió declarar un estado de alarma de frente a la amenaza de que la hiperinflación reduzca a cenizas el vacilante sistema monetario y la deuda pública, y se establezca una dolarización ‘con fórceps’ de la moneda. Injundiosos intelectuales, por otro lado, han decidido comprometerse con el voto a Massa o Bullrich con el pretexto de evitar una victoria de Milei. Cuando una sociedad se encuentra a punto de parir una situación de conflicto histórica, o sea prerrevolucionaria, en lugar de orientar a las masas a imponer sus propias salidas, la intelligentzia criolla invita a profundizar la crisis mediante la confianza en la vieja política de la clase capitalista. Por primera vez, este círculo de personas dejó de lado el antinguo ‘cliché’ de que “toda crisis es una oportunidad”. De eso se trata, sin embargo, de focalizar a los trabajadores a que aprovechen la oportunidad para barrer con un sistema social y político podrido, mediante la lucha y la organización.

Los candidatos y asesores de candidatos que están empeñados en bajarle el precio a esta crisis, que presentan como un asunto fiscal o monetario, olvidan que las crisis fiscales y monetarias son la madre de todas las crisis capitalistas. No es un asunto presupuestario o ‘contencioso-administrativo’; es la concentración de la crisis capitalista. No sorprende por eso que se haya hablado de salidas en helicóptero y de crisis de ‘gobernabilidad’. La “carta de los economistas” va dirigida contra una corriente que tiene universidades propias, amplio eco académico y que gobernó Argentina bajo la última dictadura, Menem, De la Rua e incluso parte de los gobiernos de Duhalde y Kirchner. Es cierto que Argentina no tiene una reserva de dólares para canjear los pesos en circulación y en plazo fijo, pero tampoco los tiene para cualquier otra salida, El dueño de los dólares, Estados Unidos, tiene un déficit fiscal del 10% del PBI (2 billones de dólares) y una deuda pública de 24 billones – lo mismo que su PBI. Los economistas de la “carta” omiten esta realidad, o sea que Estados Unidos es quien más necesita “dolarizar” su economía dolarizada, ni hablar de la deuda potencial contraída por servicios de salud y previsionales, que llevan la deuda total a los tres dígitos. La dolarización de Milei es la salida extrema de la ultraderecha para resolver una crisis de poder. La inviabilidad que se adjudica a este planteo dolarizador desnudó el carácter catastrófico de las salidas capitalistas. Deja al desnudo la bancarrota de las salidas electoreras y parlamentaristas, de la izquierda que da la espalda a la preparación sistemática de una lucha revolucionaria.

Los tres candidatos del FMI coinciden en proponer una reducción de impuestos en medio de una súper crisis fiscal, que incluye una súper mega deuda pública, incluida la del Banco Central. La ‘liberación’ de las fuerzas del capital, supuestamente ‘contenidas’ por el Estado, implicaría, entonces, declarar una bancarrota financiera. Desde Nueva York, una jueza de distrito le acerca otro fósforo a la mecha, al cargar sobre el Estado un resarcimiento de 16 mil millones de dólares (20% de la deuda pública de Argentina) en beneficio de una familia que estuvo ligada a los Kirchner y que ahora conspira con Milei, como lo mostró el programa “La Mirada” el domingo pasado. Los ‘nacionales y populares’ han ido al pie de este atropello y van a seguir mediante apelaciones infructuosas. Pero la expropiación ruinosa de Repsol fue votada por el Congreso, con el apoyo de la UCR, de modo que no se le puede aplicar la práctica de la Oferta Pública de Adquisición (“Buy Out) que comprometen a los grupos financieros a atender los reclamos del conjunto de los accionistas cuando ofertan por un porcentaje elevado de acciones o por el control de la empresa. La crisis de poder se manifiesta en la incapacidad rayana en lo absoluto de defender la soberanía jurisidccional del Estado.

En la crisis de Argentina intervienen en forma pesada Biden, de un lado, y Xi, del otro, que encabezan una lucha financiera despiadada, incluida la guerra –ahora en Europa, pero que apunta por sobre todo al Indo-Pacífico. Los mencionados economistas no han considerado esta ‘variable’ en su “carta”. No pueden caracterizar por lo tanto la crisis mundial del capital y las severas crisis de poder en numerosas naciones. En estas circunstancias es necesario focalizar a los trabajadores en el carácter político de la crisis y en su carácter irreversible. Porque de estas crisis, el capitalismo sólo puede ‘salir’ por un tiempo relativamente corto e imponiendo penurias y sacrificios inéditos a las masas.

Gobernabilidad

Cuando se advierte el escenario explosivo por el que avanzan los presidenciables, no sorprende la preocupación de la gran burguesía por la cuestión de la gobernabilidad. “The Economist” acaba de lanzar su habitual objeción a los líderes o candidatos ‘populistas’, como caracteriza a Milei, así como lo hizo contra Berlusconi, Trump, Bolsonaro o Bukele –todos finalmente ganadores. Pero una noticia de ayer dejó a la centenaria revista en ‘off side’, cuando Diana Mondino, la cancillera ‘in pectore’ de Milei, declaró al diario inglés The Telegraph, del ala trumpista de Gran Bretaña, que las Malvinas son de los ingleses. Esta ‘autodeterminación’ a favor de los kelper The Economist no la tuvo en cuenta, pecó por apresuramiento. La defensa de la ‘autoderterminación’ de Malvinas por parte de Milei hace contrapunto con el pretexto levantado por la OTAN para lanzar la guerra contra Rusia, que es la ‘autodeterminación’ de Ucrania, al igual que la mayor parte de la izquierda mundial y nacional. The Economist sufre de los mismos síntomas de decadencia del Imperio al que ha servido durante tanto tiempo.

Las cartas de los economistas y de la Inteligentzia forman parte de una campaña de Magnetto y Saguier (o sea Macri) y la Fundación Mediterránea, para levantar a Bullrich y meterla en el ballotage. Para el jueves próximo está prevista una marcha del FIT-U y otras organizaciones para levantar a Massa “contra Milei y la derecha”. La coincidencia de propósitos para defender el staus quo es sugestiva: ella obedece al objetivo de bloquear una intervención de las masas, en especial de sus focos más resueltos y, por eso, con capacidad de arrastre. La “democracia” y la “defensa de la soberanía monetaria” encubren una operación para contener y disolver una situación prerrevolucionaria y, en última instancia, aplastar una intervención decisiva de los trabajadores. A medio siglo del derrocamiento de Allende y de la instalación de la dictadura de Pinochet, el colaboracionismo clasista no ha aprendido, obviamente, nada.

Hacia una situación prerrevolucionaria

Para repetir una vez más a Borges –los une el espanto. El “estallido social” es advertido en todos los círculos patronales y de poder; solamente lo omite la ‘progresía’, que usa el peligro del ‘fascismo’ para no ocuparse de organizar una salida de poder anticapitalista en el seno de la militancia obrera. La situación revolucionaria es el tema de debate también a nivel internacional. Un bloqueo a este desarrollo será perjudicial para los trabajadores.

En Argentina se desarrolla un escenario electoral, pero no una agitación política, incluso electoral. Las multitudes huyen de los candidatos, incluso del fascistoide que va en punta. Esto demuestra que Argentina no va a una situación contrarrevolucionaria, y menos por un cambio de personal en la administración pública. Pero sí, o muchísimo más probablemente, a una situación prerrevolucionaria. Esto explica, mucho más que el oportunismo electoral, el anuncio de Massa de anular el impuesto directo al salario. Ni bonos ni cambios impositivos han cambiado el registro de Massa en las encuestas.

Esta caracterización, que no improvisamos ahora, sostiene la agitación de nuestro partido, Política Obrera. Por eso reforzamos nuestra agitación de la huelga general en base a autoconvocatorias y coordinadoras, como acaba de probar con éxito la huelga en SUTEBA convocada por tres seccionales. Por la misma razón denunciamos a las elecciones como reaccionarias, cuyo eje común es reestructurar el Estado con una política de catástrofe contra las masas. Hay entre los candidatos patronales divergencias tácticas sustanciales, en tanto responden, hasta cierto punto, a intereses enfrentados. Pero la coordinación entre el patrón de Milei, la Corporación América de Eurnekian, con Vila y Manzano, del campo de Massa, advierte sus poderosos vasos comunicantes. La gran unidad electoral es estratégica –forzar a las masas a resignarse a mayores sacrificios y a impedir que encuentren una fisonomía política propia. En cuanto al FIT-U, éste navega entre las aguas que mueven los candidatos del FMI.

Las “propuestas” electorales apenas disimulan el completo desconcierto de la burguesía y sus candidatos, que carecen de los medios políticos para manejar la presente crisis. La iniciativa está en el campo de los trabajadores. Sólo necesita ser explicada, preparada y organizada con una política adecuada a las extraordinarias circunstancias.

Nuestro partido, Política Obrera, llama a discutir seriamente la situación política y un programa de agitación que sirva para preparar y organizar una huelga general mediante coordinadoras, comités y autoconvocatorias en los sectores estratégicos de la clase obrera y las masas.

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