Ni un metro se le entrega a nadie: crónica de la lucha iniciada en el Hospital Borda

Luego de que crecieran las sospechas de que el Pabellón “Amable Jones” del Hospital Borda estaba siendo desalojado por reiterados pedidos de mudanza de servicios, los trabajadores, en estado de alerta, decidieron solicitar a la dirección que convoque a una reunión del Consejo Asesor Técnico Administrativo, nucleando a las jefaturas de todos los departamentos, la dirección y las organizaciones gremiales. La reunión tuvo lugar el 5 de julio pasado. Su propósito era frenar los intentos de traslado.

Este martes 12, tuvo lugar una asamblea en el hall del hospital. Muchos fueron los reclamos que se pusieron sobre la mesa, entre ellos, la falta de cobertura de vacantes profesionales y administrativas. Cuatro de los servicios ubicados en el edificio nombrado fueron desactivados, mientras intentan reubicarlos en lugares en peores condiciones edilicias. Flotaba en el ambiente la sospecha de que este edificio fue entregado por la dirección del hospital Borda a cambio de mantener sus cargos. Las intervenciones apuntaron a visibilizar la pésima gestión de las autoridades que, en lugar de ocuparse de las carencias escandalosas de agua, calefacción y refrigeración en servicios donde se encuentran pacientes insulinodependientes, está empeñada en complacer a las autoridades de turno, brindándoles uno de los únicos espacios en buenas condiciones con los que cuenta el hospital.

La dirección del Hospital Borda toma una decisión disparatada, en una ciudad que cuenta con un presupuesto exorbitante. Los discursos "transformadores" o "modernizadores" se dan de frente ante los números que expuso recientemente el Centro de Economía Política Argentina. El mismo señala que en los últimos dos mandatos de Larreta el recorte en hospitales públicos fue de 78.000 millones de pesos. Sólo en el Borda este ajuste fue de 2.500 millones, lo que representa un 25 % de recorte.

Este achique en salud mental no se trata de un "delirio", sino que está estadísticamente verificado. Solamente en el último año, la subejecución en la salud pública fue de 55.000 millones de pesos, lo que representa un 11 % del presupuesto total. Durante el primer año de la pandemia, cuando más se necesitó la actividad del sistema hospitalario ante el cuadro de emergencia sanitaria, este recorte fue de 500 millones de pesos.

La asamblea resolvió una nueva convocatoria para la semana próxima y continuar con el estado de alerta y movilización, bajo el lema "Ni un metro se le entrega a nadie".

Estos recortes responden a una política de Estado. Este proceso de organización y lucha que llevan adelante los compañeros del Hospital Borda se enmarca en las experiencias de autoconvocatorias que están creciendo en los sistemas de salud y educación.

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