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En la reciente marcha convocada por la Unidad Piquetera y por el FIT-U se leyó un documento, suscripto por todos sus convocantes, que denuncia “el ajuste de Massa" y “las amenazas de Milei y la derecha”. La concurrencia estuvo centrada en las organizaciones sociales. No contó con la convocatoria ni participación del SUTNA, y sólo asistieron grupos contados de la docencia.
A los minutos de finalizada, los partidos del FITU se trenzaron en una serie denuncias cruzadas, soterradas durante la preparación de la marcha. Es cierto que tampoco acompañó la fortuna, porque fue seguida del anuncio de suba del piso del impuesto a la ganancia a 1 700 000 de pesos, e incluso de un proyecto de ley que elimina por completo la cuarta categoría, la que se refiere al trabajo en relación de dependencia. El *ajuste * es una versión muy estrecha de la explotación capitalista, se limita al campo de los gastos fiscales y no ofrece una perspectiva de luchas de clases ni de socialismo. La flexibilización de la jornada de trabajo no está contenida en el ajuste, y va más allá de la legislación laboral, porque es una ofensiva patronal que se ejerce en el ámbito del trabajo. La marcha no revirtió en nada la marginalidad política en la que se han metido los convocantes.
Según el PTS e IS, en la preparación de esta marcha y del documento que fue leído, el aparato del PO rechazó denunciar a las “cuatro candidaturas presidenciales patronales del ajuste y el FMI” y se limitó a “nombrar a Massa como ministro y no como candidato”. Alegó que no había que molestar a quienes votarán por Massa en la Unidad Piquetera, y también, decimos nosotros, en el Polo oficial. Todo esto confirma, en boca de sus propios convocantes, que la marcha apuntaba a un apoyo político vergonzante a la candidatura de Massa. A pesar de esta crítica’, el PTS suscribió el documento. Tampoco Myriam Bregman llamó a votar al FIT-U, en la entrevista que le hizo A Dos Voces. Más allá de la categoría superior en que el PO oficial coloca a Massa, pesa mucho la conciencia de la auto marginalidad.
Otra cosa sería que el FIT-U en lugar de llamar a luchar contra el ajuste lo hiciera por el gobierno de trabajadores y el socialismo. Con esta denuncia del PTS, tenemos que el conjunto de los partidos del FIT-U se denuncian recíprocamente por ser furgón de cola del kirchnerismo.
El documento del FIT-U no solamente le sube el precio a Massa, también llama a “poner en crisis la parálisis de la burocracia”. Los firmantes del texto confiesan el seguidismo a la burocracia, y ponen en evidencia su propia parálisis. La burocracia, en cambio, se mueve en todas las direcciones: con Milei, con Massa y, como ya lo demostró, con la embajada norteamericana. La docencia de Buenos Aires le demostró al FIT-U que está equivocado, pues acaba de protagonizar un enorme paro de 48 hs por fuera del aparato de la burocracia sindical, algo que no fue ni nombrado en el documento de la marcha, aunque tuvo entre sus convocantes a las direcciones del SUTEBA Tigre y Bahía Blanca. El riesgo es que los convocantes al paro pretendan que el objetivo de la huelga fue poner “en crisis la parálisis de la burocracia”, en cuyo caso no tendrán más remedio que dar la espalda a las expectativas de lucha de la docencia.
IS destaca la “irrelevancia política” en la que quedaron posicionados el PO oficial y el MST luego del derrumbe electoral sufrido por esa lista en las PASO del FIT-U. En casa de herrero, cuchillo de palo, IS escamotea “la irrelevancia” en que ha quedado todo el FIT-U. No se trata, fundamentalmente, de una irrelevancia electoral, que puede ser episódica. Simplemente no ofrece al electorado ninguna perspectiva: ni un pronóstico, ni un método, ni tampoco un objetivo.