Tiempo de lectura: 4 minutos
El primer round entre los candidatos a presidente -el próximo se realizará el domingo que viene- fue caracterizado, por diversos medios y analistas, como un debate "contenido" o a “la defensiva”. Ninguno se ha salido de un libreto preestablecido, incluso en las variantes de preguntas y réplicas. Detrás de esta "moderación" se refleja un poderoso impasse y desconcierto sobre cómo abordar la crítica situación política y económica y su explosivo desenlace. El debate, de todas formas, fue seguido con mucho interés por la población, con altos niveles de audiencia, lo que podría significar más que una expectativa, una fuerte incertidumbre sobre el destino del voto. En una encuesta que realizó TN al cierre del debate y donde se contabilizan 650.000 votos, el “ganador”, por amplio margen, sería Javier Milei con el 46 % de las preferencias, seguido por Patricia Bullrich con un 20 %, un llamativo empate entre Sergio Massa y Juan Schiaretti con el 15 % y, finalmente, Miryam Bregman, con el 2%. Las repercusiones "positivas" de Bregman y Schiaretti se han producido en las redes. La candidata de Juntos por el Cambio fue la que peor parada salió de este debate.
El candidato de Unión por la Patria rehuyó su responsabilidad frente al derrumbe político y económico del gobierno que preside de facto. Se "despegó" como si no fuera uno de los socios fundadores de la coalición Frente de Todos, expresidente de la Cámara de Diputados y actual ministro de Economía. Convocó en reiteradas ocasiones a formar un gobierno de “unidad nacional” con radicales, miembros del PRO e incluso "libertarios". Se trata de una reconfiguración política, ya sepultando definitivamente al actual presidente y a la vicepresidenta. Anunció el proyecto de creación de una “moneda nacional digital”, una cripto, en este caso estatal, que aborde mediante otra variante la disolución de la moneda nacional. Junto con la moneda digital, Massa propuso un enésimo “blanqueo de capitales”, “para que los que tienen dinero en el exterior lo puedan usar libremente sin nuevos impuestos”.
El ministro volvió a la carga con su separata, enviada en ocasión de la discusión presupuestaria, donde se contabiliza un 4,9 % del PBI en materia de “beneficios tributarios” a las grandes empresas. “A ver si los diputados se animan” (a quitar ese subsidio), dijo pateando la pelota a la tribuna. Como Cristina Kirchner hace una semana, se tomó su tiempo para atacar a los docentes, reclamando “presentismo” para “los que estén en el aula”.
El candidato "libertario", colocado en las PASO en la “pole position” para la presidencia, repitió sus frases conocidas de definiciones económicas y filosóficas sobre el liberalismo y, frente a la dolarización, contestó a la defensiva. Lo mismo con su propuesta “educativa” de escuelas vouchers. Frente a los cuestionamientos por su alianza con Barrionuevo, contestó que “hay que dialogar con todos”. Convocó a Schiaretti a acompañarlo en sus proyectos de ley. En otras oportunidades, Milei aseguró que su victoria en las elecciones va a producir un quiebre de los bloques principales y una “reconfiguración” política, donde peronistas y cambiemistas “abrazarán las ideas de la libertad”. Cuestionó la cifra de los 30.000 desaparecidos y reivindicó la teoría de los dos demonios.
A la candidata de Juntos por el Cambió se le achacó “no saber de economía”. Bullrich es la favorita del empresariado. La mención a Melconian no bastó para despejar ninguna duda y fue interpelada en varias ocasiones por Milei sobre el destino de las Leliqs, donde la candidata no pasó de un balbuceo y ni siquiera intentó dar vuelta la pregunta cuestionando al "libertario" sobre cuál sería su plan frente al derrumbe de la deuda. Massa la interrogó sobre si su bimonetarismo sería como el de “Cuba o de Venezuela”, a lo que respondió con una sonrisa. Bullrich pretendió hacerse fuerte en la capacidad de “poder político” que supone contar en Juntos por el Cambio con los gobernadores y las mayorías que pueda reunir en el Congreso. En realidad, JXC ya se encuentra partido y en una tendencia centrífuga hacia otros destinos.
Para los dos candidatos sin posibilidad de disputar esta elección el debate se presentaba como la oportunidad de un despegue. El gobernador de Córdoba, en su pose de tipo tranquilo y “alejado de la grieta”, captó alguna atención. Pretendió mostrarse como un dirigente “federal” criticando los “subsidios para el AMBA” y advirtiendo en varias oportunidades los riesgos de la hiperinflación, siendo el único candidato en mencionarla. Propuso un “desdoblamiento del tipo de cambio”, uno comercial y otro libre, de ahorro. Frente a la crisis de poder y la disolución del peso, se trae en danza a esta tercera variante de estallido "controlado".
La candidata del FIT-U destacó por varios de sus cruces, convirtiéndose en primera tendencia en X (antes Twitter). El ángulo elegido por Bregman apuntó al público "democrático y ́ progresista " y se centró en atacar a Bullrich y Milei en relación a la dictadura y la represión bajo los gobiernos democráticos. De conjunto, el planteo de Bregman fue nacionalista. Aseguró contar con un “programa integral” para acabar con la inflación y el FMI, mencionando nacionalizaciones como la del comercio exterior. Un planteo similar al de Massa, que reivindica la "independencia" de Nestor Kirchner pagando el conjunto de la deuda. Frente al ataque de Milei por “comunista”, Bregman respondió criticando al capitalismo desde el punto de vista del robo del salario y del despilfarro. Se la vio descolocada frente a la interpelación de Massa sobre si Milei y Bullrich son “lo mismo” que él, desnudando los vasos comunicantes entre el FIT-U y el kirchnerismo. Cerró convocando a “no resignarse”.
El próximo domingo en la Facultad de Derecho se viene el segundo round.
Los presidenciables: qué dijeron y qué ocultaron Por Jorge Altamira, 02/10/2023.
El adelantamiento de una crisis terminal Por Marcelo Ramal, 29/09/2023.
Nuestra posición electoral Declaración de Política Obrera, 26/09/2023.
El debate vicepresidencial en “A dos voces” Por Federico Fernández, 21/09/2023.