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Trabajadores del subte, ferroviarios y de la empresa de saneamiento del agua protagonizaron este martes una “huelga conjunta” contra la agenda de privatizaciones del gobernador de San Pablo, el bolsonarista Tarcisio de Freitas. A pesar de que una orden judicial pretendía obligar a los trabajadores a garantizar el 100 % del transporte en horas pico y el 80 % en las horas de menor circulación, la medida fue cumplida de forma total o parcial en cuatro líneas de subte y cinco de tren.
De la jornada participaron también estudiantes y profesores de la Universidad de San Pablo, que llevan 10 días de huelga reclamando llamado a concurso para la designación de docentes y mejoras en la infraestructura universitaria. El gobierno suspendió concursos para contratar profesores en las carreras de filosofía, ingeniería, artes escénicas, cine y letras, en reemplazo de docentes que se fueron jubilando. Los estudiantes denuncian que los retiros son aprovechados para recortar el plantel o proceder a nombramientos discrecionales.
Freitas es un dirigente importante de la derecha brasilera. Fue ministro de Infraestructura en el gabinete de Jair Bolsonaro y su partido, Republicanos, gobierna el mayor estado de Brasil, con 44 millones de habitantes. Es señalado como el probable candidato presidencial del bolsonarismo en 2026. Es la segunda huelga de los trabajadores ferroviarios que Freitas enfrenta desde que asumió el cargo de gobernador de San Pablo en enero pasado. La primera tuvo lugar en marzo, en reclamo de mejoras salariales y nuevas contrataciones. La dirección del sindicato plantea la realización de un plebiscito oficial sobre la privatización del metro, el tren y la Sabesp (agua). Por el momento, no anunciaron continuidad de las medidas.
Por otra parte, este martes brotó un nuevo foco de conflicto con una huelga indefinida de los trabajadores de Embraer, la tercera empresa de aviación del mundo, cuya planta está ubicada en el municipio de Sao José dos Campos de la provincia paulista. “Los trabajadores denuncian que la empresa redujo los beneficios para el proyecto de carrera y sistema de jubilaciones dentro de la compañía y quieren aumentos salariales superiores al cuatro por ciento ofrecido por la patronal” (Página/12, 4/10).
La derecha bolsonarista no es el único blanco de protestas. En Rio de Janeiro hubo una importante marcha contra la privatización de Petrobras y protestas de trabajadores públicos en diferentes Estados. El gobierno de Lula y Haddad, coaligado a buena parte de los partidos que sustentaron políticamente a Bolsonaro, participaron del golpe que destituyó a Dilma Rousseff y llevó a la cárcel al líder del PT, ha establecido una política de ´austeridad´ (“marco fiscal”) que limitó el gasto en salud y educación y superó en gasto al crecimiento económico. Brasil carga con una deuda pública de un billón de dólares.
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