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Con el modelo “oficial” de los estatutos que sugiere el Ministerio de Trabajo, se ha creado la CONSITEL (Confederación de Sindicatos de la Telecomunicaciones), integrada por la FATEL, FOESITRA. CEPETEL, UPJET y FOMMTRA.
Su nacimiento, una vieja aspiración de los mayores gremios, constituye un armado económico que incorpora los clásicos seguros de vida y sepelios, turismo, capacitación, y hasta viviendas. Quedará por ver si estas aspiraciones se traducen en mayores descuentos a los trabajadores, o se si realizarán con el aporte de las cajas actuales de los sindicatos que la integran.
Aunque formalmente la llamada unidad “hace la fuerza”, este nacimiento de la Confederación es la creación de una construcción por arriba que no surge del activismo de los gremios, ni de la aprobación en asambleas de trabajadores. En el estatuto aprobado, la composición de sus organismos y la posibilidad de elegir sus representantes están firmemente supeditadas al control de los dirigentes de cada sindicato, que llevan más de 20 años en sus sillones. La reelección está permitida sin restricciones y no incluye ninguna participación de minorías, o la obligación de balances públicos, evidenciando un aparato por encima y lejano a los trabajadores.
El estatuto tiene las normas clásicas de lo que la burocracia sindical llama “los cuerpos orgánicos”. Fija la elección de los delegados congresales proporcionalmente por gremio, con el sello clásico de la CGT, dejando de lado la elección directa por los afiliados, por la que aboga la CTA, que Marín y el CEPETEL integran. Pese a pretender representar la totalidad de los trabajadores de las Telecomunicaciones, argumentando hacer frente a las patronales, solo permiten un gremio por provincia, como hacen Yasky-CTERA con los gremios docentes.
La redacción del estatuto es una pelea por el ámbito de actuación de la Confederación, porque incluye las tareas de construcción, mantenimiento de las instalaciones y comercialización, tareas que las empresas encuadran para su beneficio en los sindicatos de la Construcción, Empleados de Comercio y monotributistas, que hoy son miles de trabajadores con contratos precarizados.
Hasta ahora, las direcciones de los gremios que forman la Confederación vienen firmando actas a la baja y precarias, o sea, en los términos de las patronales, que incluyen flexibilidad, polifunción, métricas mínimas y la expulsión del trabajador del sector. Nada indica que hayan decidido pegar un viraje para poner en pie de lucha a los trabajadores telefónicos.
Más allá del tratado de buenas intenciones de la formación de la Consitel, el objetivo fundamental del estatuto es asegurarse un fuerte cerrojo burocrático desde su nacimiento. Por eso no se debatió su programa cuando los trabajadores de la Telecomunicación necesitan salarios básicos mínimos acordes al costo de la canasta familiar, nivelar el salario al nivel del salario mayor que se pague en la industria de telecomunicaciones, terminar con la precarización laboral y los contratos basura , y un estricto control obrero de sus obras sociales y de los “fondos compensatorios” dirigidos por las actuales direcciones, que hoy atraviesan una severa crisis.
Se ha formado una Confederación; estamos muy lejos de una herramienta de lucha de todos los trabajadores de la telecomunicación.
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