Apoyemos a Massa o vienen “horrores imprevisibles”*

Escribe Marcelo Ramal

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Ha comenzado a circular el texto de una solicitada que llama a votar a Massa, a quien describe como “ajustador” e instrumento de “las políticas del FMI”. La solicitada, impulsada por Eduardo Gruner, Diego Rojas, Lucas Rubinich y otros, alerta sobre los “horrores imprevisibles” (sic) de un gobierno Milei, aunque se contradice cuando lo juzga como un peligro “real y no abstracto”. Todo gobierno capitalista encierra la perspectiva del “horror” como resultado de su carácter de clase y de las contradicciones explosivas de la dominación capitalista. La solicitada no aporta nada nuevo, salvo que presupone que Argentina se encuentra o ha entrado en un período reaccionario de ofensiva capitalista, como sucedió hacia fines de la década del 20 del siglo pasado, o del ascenso terrorista bajo el último gobierno de Perón y el golpe del 76. Los ‘solicitantes’ abren el paraguas en un día de sol.

En el debate presidencial del balotaje, Milei reiteró durante dos horas su impericia para llevar adelante una agenda reaccionaria. Esta es la explicación politica de la paliza que recibió de Massa. Él mismo ha mostrado que Milei es una criatura del massismo. Massa tiene, en cambio, el apoyo de los verdaderos gestores del golpe del 76: las asociaciones de bancos, la UIA, la Camara de la Construcción, la patota sindical, “la embajada” y el directorio sionista.

La solicitada señala que “Milei expresa la tendencia internacional del ascenso de las ultraderechas en todo el mundo”. Haberlo escrito antes. Es una forma de verlo; la otra es que han sido cooptados por la “democracia”, en la versión guerra mundial de la OTAN contra Rusia y China, y contra el pueblo palestino. La otra es que ha mostrado el irrefutable fracaso de las Cristinas y los Massas de todo el mundo y de la izquierda seguidista de estos. Apoyarlos en su completa decadencia es permitir que ascienda un fascismo real y no uno de palabra.

Es un embellecimiento fenomenal de ese “ascenso”, que está sujeto a vaivenes políticos permanentes y a la alteración de la propia agenda de esas derechas, por el temor a lidiar con una rebelión popular. Las ultraderechas, por eso, no han podido apartarse del marco constitucional allí donde han gobernado. Cuando intentaron hacerlo, como Bolsonaro o Trump, terminaron en sonoros fracasos. Mientras tanto, el pretendido ascenso de derechas sirve de excusa a la postración política de las “izquierdas” ante los gobiernos “progresistas” del gran capital.

Los solicitantes no encontraron espacio para condenar el ataque genocida a Gaza, el tema más relevante para demócratas y socialistas en todo el mundo, quizás porque hubieran chocado con Massa. Esta omisión no es poca cosa. La rebelión popular palestina ha desatado un movimiento de masas en todo el mundo, directamente contra el Estado sionista. La clase obrera internacional no ha sufrido ninguna derrota que sustente las condiciones de un período de reacción política. La posición de los impulsores de esta solicitada coincide con las encuestas que asignan un voto por Massa del 77 % de los electores del FIT-U.

En la versión que se hizo circular originalmente figuraba esta expresión que luego se modificó por "consecuencias imprevisibles"

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