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El 30 de septiembre finalizaron las elecciones en el ISFDyT 52, con 34% de votos para la Tendencia de Estudiantes Combativos y 66% para Unidos x Arancibia.
Durante el año, la TEC, como conducción del centro de estudiantes, mantuvo reuniones de delegados de forma sistemática e impulsó reclamos por mejores condiciones alimentarias, un edificio propio y una guardería, así cómo atender los reclamos particulares de cada estudiante. La participación en movilizaciones del distrito contra el cierre de cursos, y por mejores condiciones edilicias en los colegios y escuelas, nos permitieron poner el eje de discusión con activistas en los recortes a salarios y presupuestos que se vivieron durante todo el año.
Esto llamó rápidamente la atención de las autoridades, que en medio de golpes de mando al interior del instituto, intentó quitar el espacio del centro de estudiantes, y comenzó a restringir sus actividades. Las charlas que se buscaron impulsar desde el centro de estudiantes comenzaron a tener trabas burocráticas, desde el lado de los directivos y los inspectores, con el objetivo claro de evitar el debate, como ocurrió con la charla sobre la represión en Jujuy.
Esta presión sobre el centro de estudiantes también tuvo otro escenario: el de las reformas de los planes de estudio. En el profesorado técnico, un profesor denunció el vaciamiento de contenidos en su llamada "modernización" del plan de estudios, que acorta contenidos y retira el título de técnico, suscitando la deliberación de los estudiantes, que convocaron asambleas y plenarios. El equipo directivo tomó un rol apoyando esta reforma, y pasando por cursos en su defensa.
Alrededor del equipo directivo, La Cámpora impulsó la lista Unidos x Arancibia, con una línea "apolítica". Los problemas del instituto no tendrían solución porque el centro de estudiantes estaría bajo el control de un "partido político", por supuesto, ignorando las resoluciones de las reuniones de delegados, de las asambleas, y, sobre todas las cosas, que es el Estado quién desarrolló un plan de ajuste monumental a la educación pública, visto claramente en los masivos paros en la provincia y en el país.
Esta línea estuvo repleta de ataques personales contra nuestros compañeros, aceitada por una fuerte intervención del aparato camporista, que llegó a copar la junta electoral, haciéndose pasar por "independientes", cometiendo una clara estafa a los estudiantes.
Luego de la elección, Unidos x Arancibia quedó dividido en tres sectores: La Paulo Freire, agrupación compuesta por los militantes de La Cámpora, ocupando la secretaría general, La Fraternidad, estudiantes del técnico que apoyan la nueva reforma y confían en las autoridades, en la presidencia, y un elemento de independientes, sobre todo alrededor de la vicepresidencia.
Cada una de sus propuestas, desde conseguir papel higiénico en los baños, pasando por maquinaria para el técnico, hasta la conquista de una sede propia, va a chocar con el ajuste que hay en la educación pública. Los estudiantes también sufriremos salarios cada vez más bajos, y por lo tanto una mayor recarga laboral. No alcanzará con nuestra voluntad, y el dinero que juntemos con donaciones, rifas, o el kiosco, para adquirir los elementos necesarios de la cursada.
Si la nueva conducción quiere conquistar todo aquello que propuso en campaña, deberá sumarse a una lucha por aumento del presupuesto educativo, es decir, una lucha contra el gobierno provincial y nacional.
Lo propio ocurre con el equipo directivo, que está obligado a hacer pasar las reformas antieducativas, causando un gran perjuicio a los estudiantes. En el técnico esto se va a profundizar, ya que año tras año hay un nuevo ataque, desde el intento de cerrar la sede hasta degradar cada vez más su contenido. El objetivo es claro: hacer desaparecer el profesorado técnico del 52. Por su puesto, el equipo directivo tiene la obligación de ejecutar las normativas de la DGCyE, por lo tanto, más temprano que tarde, La Fraternidad tendrá que fijar posición ante estos problemas.
La única forma de hacer pasar el ajuste, a su vez, es tomando una actitud censora. Las presiones de la DGCyE, los inspectores, y el equipo directivo, tornarán el discurso democratizante de la nueva conducción en una acción concreta de censura de las iniciativas de los estudiantes, sobre todo, aquellas que lleven al choque con el gobierno por la defensa de las condiciones de cursada.
La profundización del ajuste y la inflación, que luego del 19 de noviembre serán catastróficas, van a obligar a los estudiantes a dar una lucha por mantener sus condiciones de vida. Por delante está la perspectiva de organizar un cuerpo de delegados independiente y sostener mediante la autoconvocatoria una lucha por nuestras reivindicaciones
Es importante hacer un esfuerzo en organizar las reuniones de la agrupación cada semana, e impulsar reuniones de delegados cada 15 días. En el temario intentar mantener un seguimiento de los problemas del instituto, sobre todo aquellos que estén relacionados a los recortes (falta de personal, falta de materiales, falta de boletos, falta de docentes, etc).
Todo problema que no sea reflejo de un ajuste, necesariamente es un punto de encuentro entre las tres agrupaciones. El kiosco, las colectas, las rifas, las revistas, festivales, torneos, talleres de ESI, los actos, son puntos en común con las otras agrupaciones. Hay que participar de cada actividad, y colocar en debate el qué hacer y la situación actual del instituto. Sobre todo, por las grandes contradicciones internas que manejan entre sí.
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