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No pasaron 48 horas de las elecciones generales del 22 de octubre para que el fascista Othacehé y su agrupamiento peronista distrital se pronunciaran por el voto al candidato oficialista. Alegaron defensa del “crecimiento de nuestra patria, la justicia social y los valores característicos del pueblo argentino”.
Othacehé militó con entusiasmo en sus 'años mozos' en Tacuara, una agrupación política nazi y antisemita que se disolvió a mediados de la década del 60. Comenzó su carrera política en la municipalidad de Merlo a mediados del 75 y fue ascendido de empleado en Mesa de Entradas a la Asesoría Jurídica durante el gobierno de facto de 1976. Fue denunciado por cesantear a los luchadores populares aplicando la Ley de Prescindibilidad. Con la recuperación de la democracia, pasó a la intendencia de Merlo.
En 1991 debuta como intendente despidiendo, un 23 de diciembre, a 1.200 trabajadores municipales. Durante los 24 años que estuvo al mando del ejecutivo municipal, aplicó una política de hostigamiento político, judicial, mediático y físico contra todos los opositores, especialmente contra los luchadores de la clase obrera y la juventud. Apaleó con las fuerzas policiales o con barrabravas a cuanta manifestación popular le saliese al paso. Fue denunciado por ser instigador de asesinatos políticos -como el emblemático caso del ex senador provincial De Armas y otros hechos similares, como el secuestro de una adolescente (caso Villafañe)-. La lista de atropellos a las libertades democráticas es verdaderamente interminable y todos y cada uno de estos atropellos está documentado por la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación y por el Servicio Paz y Justicia del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Esta política municipal de características lopezreguista se desenvolvía ante los ojos del Poder Judicial y de gobernadores y presidentes. Todos los presidentes del PJ desde Menem hasta Néstor y Cristina Fernández de Kirchner se sirvieron de su colaboración política.
La alianza de Othacehé con Massa no es de última hora. En 2013, Othacehé se va del Frente para la Victoria, que lo apañó por 10 largos años, y acuerda acompañar al entonces intendente tigrense en las elecciones legislativas.
La gran mayoría del personal político que ocupó las “instituciones del Estado” que funcionaron durante la dictadura lo siguieron haciendo durante la posterior democracia, algunos en lugares expuestos, otros en las sombras, otros como proveedores del Estado. Que un hombre de Tacuara y filo Triple A se pronuncie por el voto a Massa deja en off side el macaneo de que Massa representa el campo de la democracia.
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