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El gobierno de Milei, al despido de los trabajadores del Estado nacional que ingresaron en 2023, le sumó ahora la renovación por sólo 90 días del resto de trabajadores contratados y la posibilidad de despedir a quienes revisten en la planta permanente. El mismo martes 2, cuando debían hacerse efectivos los despidos, salió publicado en Boletín Oficial la baja de las resoluciones de renovaciones anuales de los contratos de convenio. Para que la de 90 días quede vigente, deberían salir resoluciones por organismo con listados nominales. Como frutilla del postre, Javier Milei incluyó en la ley Ómnibus la posibilidad de pasar a disponibilidad a la planta permanente que no haya conseguido tareas en el término de 12 meses.
El ataque al "Capital Humano" que desarrolla tareas en el Estado Nacional no es sólo la reducción de personal y el achique de las estructuras de los ministerios -los cuales, en su mayoría, devinieron en secretarías-, sino también desfinancia organismos descentralizados y se propone cerrar otros, como el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional del Teatro, dependientes de la actual Secretaría de Cultura. El paquete antiobrero en el Estado es una advertencia al conjunto de los trabajadores privados.
En ese camino a nadie sorprendió que fueran los delegados de UPCN, en manos de Andrés Rodríguez, uno de los encargados de informar los despidos. Las noticias dicen que serían 7.000 las bajas respecto de 2023. Desde hace dos semanas se rumorea, sin embargo, que el recorte alcanzaría al 30 % del personal. Habitualmente, los estatales fueron la prueba piloto de las paritarias a la baja: en esta oportunidad, además, serán el laboratorio del fin de los puestos de trabajo bajo convenio.
La respuesta de los trabajadores
Por lo pronto, el martes 2, con 7.000 despidos confirmados, ATE no convocó a ninguna medida de fuerza efectiva, aunque en muchas dependencias las Juntas Internas y los trabajadores tomaron iniciativas: en el ex Ministerio de Trabajo, se organizó un corte en la entrada con asamblea que votó el ingreso masivo al edificio y lo logró; en Cultura, los despedidos lograron ingresar sin mayor problema. La asamblea votó cortar Alem frente a la entrada del CCK, conformar una comisión de despedidos y confluir en las acciones de la asamblea de Unidos x la Cultura; desde hacía semanas asambleas de afiliados y no afiliados mandataban a la Junta Interna a votar por un paro general contra los despidos y por aumento de salario. La CNEA, que no renovó autoridades aún, inició el martes con una asamblea en la que se informaron las no novedades: no tienen lista de despidos. En el Ministerio de Economía, los 2023 no pudieron ingresar y la JI se convocó en la puerta.
Las semanas previas a que se hiciera efectiva la caída de los contratos, las asambleas de varios organismos votaron el Estado de Alerta y Movilización. Sorprendió el secretario general de ATE Nacional cuando, al presentarse en la puerta del CCK, avisó de una jornada nacional de lucha con Paro para el 15 de enero; en concreto lo que el Consejo Directivo votó es una Jornada Nacional de Lucha con modalidad a definir en cada seccional. Siguen pateando la pelota afuera en lugar de ser los organizadores de un paro nacional estatal contra los 7000 despidos de nacionales, otros miles en CABA y los que seguro están cayendo en las provincias y los municipios. Recibió aplausos de un montón de trabajadores que venían exigiendo el paro a oídos sordos y que, en breve, puede ser que se encuentren con otro cese de actividades de 4 horas con una concentración de vereda de 30 minutos como el 22 pasado.
Las asambleas y medidas por organismo es una escena que se repite, sobre todo en aquellos donde dirigen Juntas Internas no oficialistas. El plenario de secretarios generales convocado por ATE Capital para el 3 iba acompañado por una recomendación de que fueran uno por JI. Cortaron la calle Carlos Calvo para levantar la movilización del 30/11 al Congreso y transformarla en una conferencia de prensa en ATE Nacional, pero para definir cómo se levantan 7000 despidos hacen un plenario de 1 delegado por organismo. Es una tomada de pelo.
Hasta el momento lo que está haciendo el sindicato es conseguir mesas “técnicas” con funcionarios para levantar despidos por la vía administrativa (apelando a las excepciones del propio DNU). Sindicatos combativos como Atrana, de Radio Nacional, apuestan a la decisión colectiva convocando asambleas, algunas intersindicales, todas de carácter nacional para enfrentar los despidos con fuerza y con lucha.
Para contrarrestar la vía administrativa y las decisiones a puerta cerrada los trabajadores y trabajadoras, sin importar condición de revista ni afiliación, tenemos que convocar asambleas que voten un plan de lucha en defensa de los puestos de trabajo, aumento de salario y para tirar abajo el DNU y la Ley ómnibus.
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