El abrazo "maligno" de Bergoglio y el abrazo del oso de Macri

Escribe Marcelo Ramal

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El abrazo de Bergoglio con Milei es parte de una operación política que excede a la Curia. El “representante del maligno” no ha puesto la otra mejilla por consideraciones cristianas. Una rápida lectura a los titulares de la prensa dominical es suficiente para advertir un tufillo de preocupación por el descarrilamiento de Milei. Hace seis años, la compañía de Luis Caputo fue la causa suficiente para iniciar la debacle del gobierno de Macri. Pero Milei no necesita que nadie lo ayude para provocar el mismo resultado con su gobierno. Nada como el diablo, en estas circunstancias, para evitar una crisis final de gobernabilidad.

Francisco abrazó a Milei en el mismo momento en que Mauricio Macri mueve las fichas para organizar una suerte de gobierno bifronte. De todos modos, el macrismo ha quedado reducido, como consecuencia de una crisis que no arranca hoy, a una parcela del Pro. Milei habría roto con la ancha avenida del medio, conducida por Pichetto, Frigerio y Llaryola, para recalar en una cueva de expatriados. Por eso, “la escalada macrista sobre el gobierno”, según la describe el kirchnerismo, no pasa de la subida a un cerro. Milei podría ensayar un cambio de gabinete, como presiona Macri, sólo para pasar de una crisis con el Congreso a otra con sus ministros.

Si se mira bien, lo que voló por los aires es el esquema de poder urdido después del balotaje, cuando Milei desplazó a la camarilla itinerante que quería poner un fin inmediato al Banco Central y designó a la camarilla de fondos internacionales que se mueve en torno de Luis Caputo. Esta purga de ‘libertarios’, días antes de la asunción de Milei, fue calurosamente saludada por el círculo rojo.

Ahora, la ruptura con los gobernadores ha desatado una crisis de gabinete a nivel de secretarías. Milei eyectó del ANSES al cordobés Giordano, un experto en privatización previsional, y a la salteña Royón, una activa operadora de los intereses mineros; antes, aunque con efecto demorado, había destituido a Ferraro de la obra pública e infraestructura. Las futuras designaciones para estos casilleros conllevan la atención de grandes intereses económicos –en especial los fondos de inversión, que están interesados en la cartera de acciones privadas de ANSES, en la financiación de infraestructura para la minería y Vaca Muerta, y en los negocios de seguros y privatización previsional. Para una parte del PRO, la coalición con Milei debe limitarse al Parlamento (un “interbloque”); para Macri, en cambio, debe involucrar la participación en el gobierno. Macri se apunta para presidir de nuevo al Pro en disputa con Patricia Bullrich; probablemente busque la mediación de Milei para alcanzar este objetivo. Lo mejor sería “morir con las botas puestas”, porque un derrumbe de Milei también pondría fin al macrismo.

En estos días, el periodista Roberto Navarro, un vocero oficioso de Cristina Kirchner, desparramó los elogios desmesurados de CFK a Milei, por la rápida obtención del “equilibrio fiscal”. Si la ex piensa esto seriamente, habría que mirar a Kicillof, su pupilo, que ya se inclinó a meter un ajuste en la docencia y la educación bonaerenses, a partir del corte de fondos nacionales a las provincias. Kicillof, cuando la ley ómnibus transitaba el tratamiento particular, acompañaba activamente a la oposición 'dialoguista' en un frente para retener prebendas y fondos provinciales.

Caputo

El otro pilar que improvisó Milei a fines de noviembre fue el nombramiento de Caputo, el cual venía con la promesa de un préstamo internacional de 10 o 15.000 millones de dólares bajo el brazo. Ocurrió lo contrario, porque el acuerdo con el FMI ha representado una salida de divisas por cuatro mil millones de dólares, en pago de intereses al fondo y a los bonos reestructurados por Martín Guzmán en 2020.En cuanto al “ajuste fiscal”, ha arrancado un equilibrio ficticio en el mes de enero; más allá de saquear los haberes de trabajadores estatales, jubilados y el gasto en obras, ha postergado gastos a cambio de nueva deuda de la Tesorería. La recesión es la principal apuesta del gobierno para abatir a la inflación. Milei ha vuelto a menear la cuestión de la dolarización, como consecuencia de la disminución catastrófica de la base monetaria al equivalente a 9 mil millones de dólares. Caputo no ha dejado de repetir que la dolarización sigue en gateras, porque sería la única forma de establecer un régimen monetario que no podría cambiar otro gobierno o una mayoría homogénea en el Congreso.

En marzo abren a pleno escuelas y universidades, sin que las provincias o los rectorados cuenten con el dinero para financiarlas. La cuestión educativa y docente ingresará al centro de la crisis política y de la lucha de los trabajadores. La recesión, a su vez, desatará una ola de despidos, como ya ocurre en Bridgestone y, advierten, en la construcción, en la industria automotriz y siderúrgica.

Este es el escenario político y social objetivo para el planteo de una huelga general.

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