El movimiento de mujeres y la pandemia. El patriarcado y su caída. La osadía es obrera y socialista.

Escribe Laura Kohn

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Cuando Alejandra Kollontai explica la diferencia original entre el feminismo burgués y las socialistas, se refiere exactamente a la consigna que levantaban unas y otras, reitero: “El movimiento feminista burgués se desarrolló a partir de la consigna “igualdad de derechos”. La primera consigna de las obreras fue “derecho al trabajo”. Y a partir de allí expuse, en mi texto anterior publicado aquí, todo el pliego reivindicativo de las proletarias, que las socialistas llevaron adelante consecuentemente contra el Estado.

Despreciar la pelea por el programa en el seno de cualquier movimiento, bajo la acusación de que aquello lo hace ya el PO oficial, nos puede llevar a un ángulo puramente faccional, de aparato, por fuera de nuestra propia clase. Las pujas por las agendas, es decir, por lo que debe luchar toda organización, sea de mujeres, lugar de trabajo, ambiental, etc, son justamente las peleas, por direccionar hacia los intereses de la clase obrera, a ese movimiento.

En tal sentido, hay que discutir sobre lo escrito, no sobre lo no dicho. El debate comienza en un boletín interno, ante mi critica a la tapa nro. 7 de nuestro periódico, por ende debe entonces publicarse ese documento, pues de lo contrario, se habla en textos sucesivos, de conceptos que el público desconoce.

Pues bien entonces, reitero, en ningún momento el derecho al aborto se encuentra separado del conjunto de las reivindicaciones proletarias, por lo contrario es una reivindicación proletaria, más que pequeño burguesa incluso, pues las mujeres proletarias son las que no pueden pagar por su práctica. El derecho al aborto, es vital para las más oprimidas.

Para dialogar con un movimiento no es necesario utilizar sus conceptos, sino colocar los nuestros en el centro de la agenda. En las asambleas de trabajadoras, no se vota nunca “contra el patriarcado” o el “machismo”, salvo que la ideología pequeño burguesa se entrometa en ellas. Hablo de las asambleas que realizamos las delegadas clasistas en nuestros lugares de trabajo concretamente, para por ejemplo asistir a la marcha del 8 de marzo. Si ellas son escasas, deberíamos darnos una política decidida en construirlas, pues solo con la presencia masiva de asambleas de trabajadoras, se podrá colocar nuestra agenda, y no la de otras clases sociales, que se encuentra en un movimiento tan pluriclasista como el de mujeres.

La presencia masiva de laburantes mujeres en las marchas, no la hace, lamentablemente, un movimiento de clase. Puede llevar adelante un programa pequeño burgués, porque justamente no tiene claridad en que lo suyo debe ser la pelea con su clase. No hace falta explicar mucho esto, pues la historia esta plagada de presencia obrera en luchas burguesas.

Para que un movimiento incorpore posiciones de nuestra clase, debemos intervenir en él con nuestro programa, no nosotras adoptar el de ellas. El patriarcado no está en nuestra agenda, es decir la violencia machista como eje y origen del mal contra las mujeres. Que una tapa de nuestro periódico diga el patriarcado es el FMI, más que apertura de dialogo, insisto, confunde. No soy yo la que quiere debatir sobre el patriarcado, sino la tapa de PO. Clarifiquemos un poco.

Marxismo versus feminismo

Para los marxistas, el patriarcado es fruto del surgimiento de la sociedad de clases, es el orden familiar que adopta la explotación del hombre por el hombre, que conllevó inmediatamente el sometiendo de la mujer.

El problema actual reside en que, para el feminismo, que es la ideología imperante en el movimiento masivo de la mujer, el patriarcado es la ideología machista del estado burgués. El feminismo sexualiza, le pone género al Estado. “El estado opresor es un macho violador” cantan por el mundo entero. Todo lo malo es el varón, todo lo bueno es la mujer. Obviando así, que en el poder estatal se encuentra la burguesía de todos los géneros, y colores, mujeres, negros, amarillos, homosexuales y heteros.

Pues no se trata del género, ni de elección sexual, sino de la clase social que representan. Creer que por luchar contra el patriarcado, van a derrocar al estado porque el patriarcado es estructura del capitalismo, es creer que el feminismo asocia naturalmente la concepción marxista del Estado. Cuando el feminismo, lo único que quiere es feminizar el Estado existente.

En realidad, en el léxico del feminismo, cuando decimos patriarcado estamos diciendo, si sí el FMI es machista, metiéndonos en sus categorías y no al revés. Lejos de dialogar estamos nosotros colocándole sexo y genero al poder. Y ahí uf! Entraremos en el debate ideológico, hegeliano, gramsciano, que ya lo está haciendo el resto de la izquierda argentina. La incorporación del lenguaje inclusivo de todas las corrientes de izquierda tiene que ver exactamente con esto. La izquierda quiere dialogar con el feminismo, adaptándose a su lenguaje. En vez de explicar que aún con un FMI feminista, un gobierno feminista, que ya habla en inclusivo, no se acaba ninguna opresión.

Por ende, que en vez de luchar contra el “patriarcado”, por sus ideas segregacionistas de todo tipo, debe ir por sus reivindicaciones económicas que son las que SI las hará chochar contra el Estado. Pues por algo el Estado ya le concedió a las mujeres lo ideológico, lo que no le quiere conceder para nada, es el derecho al aborto, el salario igual a la canasta familiar, el pleno empleo, los jardines y colonias de vacaciones gratuitas, el día femenino, etc, etc. Si le otorga el derecho al aborto será sobre la base de una enorme lucha, que encima luego le querrá quitar. Pues como dijo Altamira en el campamento de la UJS, en esta época de selenitud del capital, lo que te otorgue la patronal nos lo va a tener que quitar, en algún momento. Ojo! No estoy diciendo que no esté bien luchar contra toda segregación, está muy bien, pero no se terminara con las segregaciones ideológicas sino le ponemos materia al asunto.

El capitalismo ya ha demostrado que puede adoptar ideologías varias, siempre y cuando estas no toquen sus intereses económicos. Y así como ya hay estado “plurinacionales” en Ecuador y Bolivia, ante el reclamo indigenista, también podrá adoptar en sus constituciones, un estado feminista, o anti racista, como ya sucedió en la lucha contra el apartheid. Más cerca aun es la ESI.

La trampa más grande

De lo antedicho se desprende el siguiente problema más grande. Se le quiere otorgar al movimiento de mujeres, per se, un programa universal, cuando los únicos que pueden tener ese programa universal, es la clase obrera consiente para sí. Un movimiento parcial de reivindicaciones, por supuesto puede tener el germen de una futura revolución, pero no debemos embellecerlo de manera impresionista.

¿Tenían los chalecos amarillos el germen de procesos revolucionarios más agudos? Si, pues toda lucha en esta etapa histórica, adquiere esa necesidad, pues insisto, en la crisis mundial, el capital tiene cada vez menos recursos para contener las luchas que van dando las masas. Todas las peleas son síntomas de un desbarranque mundial del régimen social existente. Incluso la huelga mundial ambiental. ¿Puede el capitalismo no contaminar el medio ambiente? No, ¿Puede el capitalismo igualar a la humanidad? No. ¿Puede otorgar el peno empleo?, No. ¿Puede por separado cada uno de estos movimientos derribar al régimen para que finalmente si se le otorguen sus demandas? NO.

Cada movimiento parcial debe unirse a lo que sí, es el sujeto histórico revolucionario y universal que es la clase obrera. ¿Esto se hará hablando el idioma de cada movimiento? El programa del movimiento de mujeres, cuya dirección este vacante o no, al cual le viene ganando por goleada el feminismo populista, no tiene nada de universal, y menos aún per se. Si tiene tantos súper-poderes vayamos a su rastra, porque naturalmente, ya está hecho. Como socialistas ya no sería necesaria, nuestra intervención en el. Aquello es de un espontaneísmo liquidacionista.

Crisis mundial. No necesitamos hacer piruetas, ni buscar atajos

Para llegar a la conclusión de que “bien entendidas” las reivindicaciones de la mujer cuestionan absolutamente todo, debemos entonces comprobar que, para lograr, por ejemplo, el derecho al aborto, hay que tomar el poder. ¡Un exabrupto, compañeras, por favor! Existen cientos de derechos igualitarios en el capitalismo desarrollado, y de hecho este gobierno nacional tiene firmes intenciones de aprobar el derecho al aborto, si lo tiene que hacer para contener la marea verde, y a las miles de manifestaciones por venir, lo hará. ¿Lo hará de manera parcial? ¿Con trampas, sin presupuesto, etc? Y sí, pero así es con todas las conquistas que ha tenido que otorgar el capital en la historia de la lucha de clases. A eso me refiero con que capaz hasta eliminen el patriarcado, y no el régimen. Se eliminó el racismo en la formalidad legal, y no por ello dejó de existir el racismo, pero está más que claro que aminoro con creces. Pues lo mismo puede suceder con el sexismo, machismo, y decenas de ismos, que genera todo orden opresor.

Caer en un esquematismo anti dialéctico nos va a hacer girar 180 grados. Nuestras socialistas, no necesitaron hablar el léxico burgués para dialogar con el movimiento de mujeres, lo que ellas hicieron es construir poderosos partidos obreros y en su seno construyeron el programa proletario especifico de las mujeres. Sin piruetas léxicas.

Antes de que realmente se agoten todos los recursos del capital para contener revoluciones, habrá avances y retrocesos, que claramente más temprano que tarde van a terminar, o en la barbarie o en la revolución mundial. Pero con esto, no necesitamos forzar la mano a un movimiento que es brutalmente confuso y mayoritariamente de ideología pequeñoburguesa de glitter verde.

“El proletariado no necesita diluirse en movimientos pluriclasistas para defender derechos de todas las mujeres sin excepción, ante cualquier manifestación de opresión o violencia, simplemente porque los derechos que defiende el proletariado son universales -la abolición de toda forma de opresión. Por eso mismo, es necesario desarrollar un fuerte movimiento de clase de la mujer, si ese movimiento quiere ser consecuente.” Jorge Altamira, EDM N° 48.

Volviendo al principio de mi texto, de eso se trata nuestra tarea, el programa o pliego reivindicativo, transitorio, deber ser el arma en el seno de este vasto movimiento. Aquello, lejos de ser distinto a la era de las la II y la III Internacional, está más que nunca a la hora del día. ¿Esto es sectario? Ojo con las piruetas, para no ser “sectarios”.

La mujer en la pandemia y la cuarentena, seamos audaces

Según los observatorios de mujeres, la violencia doméstica y los femicidios, se han acrecentado ferozmente en la cuarentena. Lo cual es lógico, ante este emergente, el ministerio de la mujer ha creado incluso una línea 144 para los varones en situaciones críticas, y asistirlos psicológicamente, contener así su violencia. La presión de la burguesía por levantar la cuarentena no solo es por la recuperación del andamiaje económico, sino también para descomprimir una situación explosiva de hambre, desocupación y violencia familiar. Habría que analizar si estos Ministerios femeninos, que deberían estar colapsados, también empujan hacia la liberación de la cuarentena para menguar los femicidios.

Por ello, nuestro debate en esta crisis también es pertinente. Pues un gobierno que se auto-denomina feminista, tendrá salidas no solo cosméticas, sino de consecuencias drásticas, no te mata el varón en tu casa, nos matara el virus. Sin salida.

De eso se trata justamente el feminismo anti patriarcal en boga, por la vida de las compañeras es que debemos desenmascararlo, no embellecerlo o colocarle nosotras una comprensión de clase que no tiene. O acaso le vamos a discutir a Kristalina del FMI, y a los Fernández que ellos en realidad NO son feministas como dicen, ¿que las verdaderas feministas somos nosotras?

Hacer eso, como se pretende desde la tapa nro. 7, y los textos de algunas compañeras en este debate, nos llevaría también a decirle al peronismo, bien atendido, ustedes quieren un gobierno de los trabajadores, los verdaderos peronistas somos nosotros, los que luchamos por la dictadura del proletariado. Sin embargo, nosotros somos la corriente que nació justamente para independizar al movimiento obrero del peronismo, en una fuerte delimitación con él.

Es imperioso nos coloquemos a la altura de las circunstancias, y seamos realmente audaces, así como lo está haciendo ahora nuestro Polo Obrero, organicemos asambleas de mujeres uniéndola con la familia obrera contra la debacle que está dejando esta brutal crisis mundial, acelerada ahora por la pandemia.

Disculpen la extensión, pero ya he escrito dos textos cortos, abriendo un debate que pensé iba a entenderse con mayor facilidad, ante lo contrario, me explayo, más en profundidad.

Saludos socialistas.

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