El paro docente en Entre Ríos

Escribe Pablo Vallejo

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Mientras la base docente se expresó contundentemente frente a la paupérrima oferta salarial del gobernador Frigerio (PRO), la burocracia sindical está apelando a todos sus recursos para no enfrentarlo.

La aislada medida de fuerza de la CTERA le sirvió a la conducción provincial de AGMER para dividir las aguas entre Nación y Provincia. Adhirió al paro nacional de no inicio al mismo tiempo que puso en suspenso la voluntad expresada por la base de desarrollar una lucha a fondo ante el deterioro salarial y las condiciones de trabajo, posponiendo este mandato a una “mejora” de la oferta del gobierno, cualquiera que sea.

Esta maniobra le sirvió para promover el 26F un paro simbólico, sin convocatorias provinciales de ningún tipo. Ni siquiera pusieron una bandera en la ciudad de Paraná, donde la seccional no tuvo más remedio que convocar a marchar debido al reclamo de los delegados y el rotundo mandato de sus asambleas de parar por 72 horas.

En la marcha se expresó el vaciamiento sindical generado en los últimos años por la conducción local, una seccional históricamente combativa y hoy integrada a la burocracia. La convocatoria fue impulsada sobre todo por sectores independientes que se han movilizado frente a la Ley Ómnibus, docentes de Cultura, universitarios y movimientos sociales.

Los discursos del acto mostraron al desnudo la política “oficialista” del gremio, ya que evitaron toda alusión al gobernador Frigerio. Esta posición los llevó a protagonizar un escándalo cuando le negaron abiertamente el micrófono a las compañeras del sindicato universitario (SITRADU) quienes decidieron irrumpir con sus megáfonos para tomar la palabra, algo que celebraron los docentes al grito de “unidad de los trabajadores”.

Ante la apertura del micrófono la dirigencia se retiró de la plaza, generando un malestar en los docentes y delegados movilizados. Allí mismo surgió una autoconvocatoria de docentes de Artes, quienes vienen de un mes de asambleas y movilizaciones en defensa de la cultura.

El paro y la marcha han puesto de relieve el inmovilismo que llevan adelante las burocracias sindicales que fueron parte de los gobiernos de Bordet y los Fernández, para enfrentar a estos gobiernos. Es por ello que la nueva camada de delegados de escuelas recién electos y las autoconvocatorias incipientes de organización son el motor real para llevar adelante una huelga general que luche por un salario igual al costo de la canasta familiar y la defensa integral de la escuela pública.

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