Tropas del ejército de Israel abrieron fuego contra una multitud que esperaba recibir comida

Escribe Olga Cristóbal

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El Ejército de Israel abrió fuego el amanecer del jueves pasado contra una multitud que se congregaba cerca de un convoy de camiones con alimentos en la ciudad de Gaza, en la zona más afectada por la hambruna y, al decir de la prensa internacional, donde los niños mueren de hambre y deshidratación “en cámara lenta”.

Los sionistas asesinaron por lo menos a 104 personas e hirieron a otras 760, cifras que no cesan de crecer. Es uno de los ataques más mortíferos infligido por Israel a la población palestina desde octubre.

Las fotos de las bolsas de harina impregnadas en sangre han dado la vuelta al mundo, que bautizó la carnicería como “la masacre de la harina”. En un principio, el Ejército israelí admitió haber disparado contra una multitud que suponía "una amenaza" durante la distribución de alimentos. Ante la envergadura de las protestas, incluso de algunos gobiernos cómplices, ahora intentan enmascarar el crimen diciendo que las muertes fueron producto de una estampida.

"Fuimos por harina. El ejército israelí nos disparó. Hay muchos mártires sobre el terreno y hasta este momento los estamos retirando", describió un testigo a Al Jazeera. "No hay primeros auxilios".

La falta de ambulancias hace que el personal de salud llegue al lugar de una emergencia en carros tirados por burros para llevar a la gente a los hospitales. Pero esto casi no funcionan porque han sido bombardeados y porque el asedio impide que lleguen suministros esenciales.

“El ejército israelí difundió fragmentos de vídeos grabados con drones y se negó a proporcionar imágenes sin editar, lo que aumentó la confusión”, informa el New York Times. Un médico gazatí, Yehia Al Masri, le dijo al NYT que había visto decenas de muertos y heridos con heridas de bala, entre ellas en la cabeza, el cuello y la ingle, tendidos en la calle el jueves después de que las fuerzas israelíes abrieran fuego.

"El ataque fue premeditado e intencionado, en el contexto del genocidio y la limpieza étnica del pueblo de la Franja de Gaza. El ejército de ocupación sabía que estas víctimas habían llegado a esta zona para obtener alimentos y ayuda, pero las mató a sangre fría", denunció el gobierno gazatí en un comunicado.

Hamás ha responsabilizado de lo sucedido a Estados Unidos, y "personalmente" a su presidente, Joe Biden, a Israel y a las organizaciones internacionales "que no han cumplido sus obligaciones". "Los hacemos totalmente responsables de los horribles asesinatos en masa, masacres, la guerra de extermino y las guerras de hambre lanzadas y llevadas a cabo por el Ejército de ocupación hasta ahora", al tiempo que reclamaron que "de forma inmediata y urgente" Israel "ponga fin a la guerra genocida contra el pueblo palestino en Gaza" y "detenga la cascada de sangre y el asesinato de civiles, niños y mujeres".

Un administrador del Ummah Welfare Trust -una de las pocas organizaciones benéficas que distribuyen ayuda en Gaza- ha declarado que los israelíes les exigieron que les informaran el lugar donde se haría la distribución, lo que hace sospechar que el ataque fue premeditado.

Mientras que Francia, España, Portugal, Arabia Saudí y Qatar han condenado los asesinatos, Estados Unidos ha bloqueado una declaración presentada por Argelia ante el Consejo de Seguridad de la ONU que habría culpado a Israel de los asesinatos, afirmando que el tiroteo masivo "debe investigarse a fondo".

En el diario Haaretz, de Tel Aviv, sostienen que "accidental o no", esta masacre cambia el curso de la guerra.

El sionismo debe ser aplastado.

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